"Evitar"

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Estaban en pleno verano, y lo único que hacían era quejarse del calor. Así que un sábado decidieron ir a un parque acuático.

Quisieron ir pronto, no excesivamente, pero si pronto. De manera que Hugo y Eva se quedaron dormidos en el coche por el sueño. Por suerte, conducía Samantha, que para despertarlos, tocó la bozina haciendo que se despertaran de golpe.

-¡Ya voy!- Gritó Eva.

-¡Ocho!¿He acertado?-

Samantha rió.- Claro que sí, Hugo.-

El rubio se pasó las manos por la cara intentando quitarse el sueño.

-¿Qué hora es?-

-Eso no importa. Hemos llegado.-

-¿Enserio?-

Después de esa pregunta, notó que los tres ya habían salido del coche y solo quedaba él.

Entraron rápidamente. Se notaba que habían abierto hace poco, había muy poca gente.

Fueron a dejar sus pertenencias a unas taquillas para luego empezar a discutir por donde ir primero. Finalmente ganó la idea de Hugo. Unos toboganes altos y estrechos.

La mañana pasaba rápido, y después de dar un pequeño parón, se pusieron de acuerdo en que lo mejor sería separarse durante un rato. Eva y Samantha de fueron a unos toboganes donde tenías que ir con unos flotadores de esos para sentarse. Mientras, Hugo arrastró a Flavio consigo para llevarlo a unos toboganes excesivamente altos, eran cerrados y bajaban en espiral.

-¡Hey! Hay flotadores compartidos. ¿Quieres?- Le propuso Eva a Samantha.

-¿Ir contigo en un flotador gigante para tirarte por un tobogán gigante?- Reflexionó Samantha.- ¡Pues claro que sí! Anda, vamos, que luego se forman colas infinitas.

Ambas fueron a coger el flotador a la vez, lo que hizo que sus manos chocaran. Las dos quedaron en un trance momentáneamente, aunque Samantha consiguió salir antes.

-Eh... ¿Lo coges tú por allí y lo llevamos a medias?- Preguntó Samantha señalando el otro lado.- ¿Eva?-

-¿Eh? Ah, sí, sí. Ya voy.- Respondió con algo de nerviosismo. Sus mejillas se pusieron levemente rojas.

Durante el camino hacia el tobogán, que estaba un poco más lejos, Samantha hablaba de lo genial que era el sitio. Sin embargo, Eva estaba sumida en sus pensamientos, reflexionando del porque de su reacción anterior. Samantha, como era obvio, lo notó.

-¿Sabes? Me sorprende que no se haya destruido nada. Una amiga me comentó que solía destrozarse todas las estructuras constantemente.- Probó Samantha tratando de saber la atención que tenía de Eva.

-Ajá.-

-¿Me estás escuchando?-

-Sí, ¿Cómo crees? Decías que tú amiga destrozó su móvil.- Dijo segura.

Samantha se rió.- Oye, ¿Estás bien? Estás rara.-

-Tranquila. Estoy bien.- Dijo Eva.- Vamos ahora que no hay cola. Es sorprendente la suerte que tenemos.-

-Ya...-

Y esa suerte no fue la misma que tuvieron Hugo y Flavio. Ellos tuvieron que superar una larga cola hasta subir arriba del todo.

Hugo disfrutaba de las vistas y el viento en su cara, le encantaba la sensación. Sin embargo, al girar hacia su compañero, pudo comprobar que el sentimiento no era el mismo.

-Oye, Flavio, ¿Estás bien? No tienes buen aspecto.-

-¿Yo? Sí, más o menos...- Respondió rápidamente tratando de evitar la mirada del mayor.

-¿Qué pasa?¿Tienes miedo a las alturas o algo así?- Preguntó curioso pasando su mano por el hombro de Flavio.

Él le quitó cuidadosamente, pero no respondió.

-¿Es eso?- Aunque iba a responder no lo dejó.- ¿Y por qué estamos aquí? Habérmelo dicho. ¿Quieres que bajemos?- Preguntó preocupado.

-No creo que sea un buen momento para bajar.- Dijo mirando la larga cola detrás suyo.- Además, no me dejaste mucha opción. Eres bastante insistente.- Comentó mostrando su brazo, el cuál aún tenía las marcas de las manos de Hugo.

-¿Yo te he hecho eso?- Sus mejillas estaban un poco rojas.- ¡Lo siento!¡Fue sin querer!-

-Relájate, ni que me hubieras arrancado el brazo.-

-Aún así...- Por su voz se notaba arrepentido.

Flavio sonrió y le revolvió el pelo.- Prepárate. Eres el siguiente.-

-¿Estás seguro de- Flavio le interrumpió suspirando y dándole un pequeño empujón para que se moviera.

-¡Wow!¡Eso ha sido genial! Y más aún contigo.- Comentó Samantha cuando dejaron el flotador a un lado.

Eva no le respondió. Ella solo la observaba. Observaba como se movía su pelo rubio por el viento, sus ojos posados sobre ella, la perfecta forma en el que la luz la enfocaba, sus labios moviéndose para hablarle. En lo único que pensaba era en lo perfecta que es Samantha.

-¿Eva? Eva...- La llamó la rubia pasando su mano por el rostro de Eva.

-¿Sí?¿Decías?-

Samantha hizo una mueca.- Decía que allí están los chicos. Deberíamos ir.-

Eva se sobresaltó y comenzó a arrastrarla hacia el lado contrario.

-Ellos pueden esperar. Tengo que.. que en enseñarte un lugar... Lo he visto antes.-

Eva no paraba de pensar en la forma que había mirado a Samantha ante, y el problema no era ese, sinó que se había quedado viéndola varias veces, y no solo hoy. Y todos esas veces fueron terminadas cuando bajó su mirada a los labios de Samantha y se daba cuenta de lo que quería hacer.

Finalmente terminaron en una pared apartada del resto. Estaba un poco oscuro y no pasaba mucha gente. Justo lo que quería Eva.

-Eva, ¿Qué hacemos a-

Samantha fue interrumpida por Eva cuando esta se acercó rápidamente, posando sus labios sobre los de Samantha, formando un beso. Eva se separó rápidamente con las mejillas completamente rojas, como las de Samantha.

Y aunque hubiera estado evitándolo todo el día, simplemente no pudo ignorar las ganas que tenía de besar a la rubia.

Aunque confundida, Samantha fue la que volvió a juntar sus labios de nuevo. Esta vez fue un beso largo y cariñoso. Ella tenía sus manos en la cintura de Eva, y ella las tenía en el cuello de Samantha.

-¿Qué estamos haciendo?- Susurró Eva separándose un poco y evitando la mirada de la mayor.

-No sé.- Respondió susurrando por igual.- Pero me encanta.-


"Pareja perfecta"Where stories live. Discover now