No soy de esas personas que tengan una meta clara. A veces despierto y pienso en un sueño totalmente diferente al del día anterior, no soy una persona muy decidida respecto a mis objetivos pero sí muy clara y concreta a la hora de trabajar por ello. La gente no entiende que los sueños sí son válidos a la hora de planear y empezar a volar, sólo ríen y te convencen de ser un robot más.
-¿Te imaginas traer a mi banda favorita a mi cumpleaños?.-Dije suspirando. -Vaya que eres soñadora.-Respondió mi hermana con un leve y notorio sarcásmo. Yo la miré y le dediqué una mueca. -Mira, cuando trabajes y tengas tu título universitario podrás lograr todo eso.-Dijo mi mamá. -Pero...imagínate, si me gano la lotería todo cambiaría.-Acoté con una gran sonrisa y una pizca de entusiasmo. -La vida no se construye a partir de sueños.-Dijo ella con un aire a fracaso. Yo no quise realizar una opinión ya que tuve la típica premonición del conflicto inminente.
Me retiré de la mesa y subí a mi cuarto a escuchar música, eso sí servía para mi alimentación cerebral-soñadora. Escuchar breakaway de Kelly Clarkson me hacía pensar que algún día todo iba a cambiar, que iba a vivir una vida de lujos, disfrutar de unas vacaciones en St.Tropez, de un concierto con pases V.I.P para conocer a One Direction y compartir una cena con ellos en París. Creo que el destino tenía una entrada a esa nueva vida pero con un az bajo la manga.
-¡Te estoy hablando!.-Dijo mi hermana enfurecida mientras me arrebataba mis audífonos de mis oídos. -¡Que quieres! ¡Imbécil!.-Le contesté. -Mamá te mandó a sacar la basura, limpiar la cocina y lavar la loza.-Dijo. -¡¿Qué!?.-Dije impresionada. -Sí, lo que escuchaste.-Dijo cortante. Rechiné mis dientes y bajé las escaleras. La miré con ojos fulminadores y le dirigí la palabra. -¿Qué?.-. -Necesito que limpies la cocina, saques la basura y laves la loza.-Dijo mi madre mientras terminaba de guardar la comida. Le dedique unas ciertas miradas, no podía hacer mucho ya que había reprobado el año escolar y no podía reprochar estos tipos de quehaceres domésticos.
Puse mis audífonos y comencé a reproducir a Oasis a todo dar en mis oídos, así no se me hacía tan frustrante la tarea. Cantaba al ritmo y voz de Noel en Dont Look Back In Anger. -So..Sally can wait, she's know is too late...-.Cantaba feliz. -Podrías callarte.-Dijo mi hermana mientras entraba a la cocina. -Tu voz se escucha del segundo piso.-Dijo mientras habría la nevera. -Mira cómo me importa.-Dije levantando mi dedo del medio. -Ordinaria.-Agregó ella.
Cerraba mis ojos y ya oía la voz de Noel Gallagher en un concierto en vivo, desde Londres, claro. Ya sentía esa euforia, ese sentimiento de fanatismo invadiendo mis venas. Miré hacia la ventana tratando de detectar el cielo de la hermosa tarde que nos mostraba el universo. Este tipo de imágenes me hacía creer que la esperanza sí funcionaría y que la mente sí tenía un poder impresionante.
Terminé mis labores y me retiré a mi habitación. Sabía que la mente tenía un poder, algo que podría hacer que atrajera todos estos sueños. Tomé un papel y un lápiz, esto me ayudaría mucho, más de lo que pensaba. -Veamos...-Dije golpeándo mi cabeza con el objeto de escribir. No podía soñar, no se que ocurría así que decidí entrar a mis sitios favoritos de compras, a las redes sociales y obvio, a weheartit.com para inspirarme.
Eran tantas cosas que quería, no podía parar de imaginarme todo eso puesto en mí, cómo la pasaría si estaría en playas así, que sucedería si conociera a One Direction. Cerré mis ojos y me quedé dormida en un profundo sueño.
Desperté alrededor de las 21:45 pm. Abrí mis ojos y mi ordenador seguía con las últimas imágenes que había agregado a mi carpeta virtual, llamada "Dreams". Yo sólo sonreí y cerré la pantalla.
Al parecer no había nadie en casa, para mí no era nada del otro mundo ya que siempre mis padres salían sin avisar y mi hermana pudo haber salido con sus amigos. Me fui al baño para darme un baño de agua caliente, lo necesitaba, era mi liberación, la hora en donde mis sueños abundaban mi mente. -¿Martina, estás?.-Dijo una voz femenina, obvio, haciendo referencia si yo me encontraba durmiendo todavía. No quise responder ya que me estaba bañando y no andaba de ganas de salir de estos minutos placenteros.
Me puse la bata y fui a mi habitación en busca de un pijama y me encontré con mi madre. -¿Por qué nunca contestas?.- Dijo ella enojada. -Porque no ando de ánimos, simple.-Dije seria. -Bueno, cómo sea. Hay comida en la nevera si quieres comer.-Dijo retirándose de mi habitación. Yo la ignoré, ya que siempre era lo mismo, se enojaba por cosas insignificantes y yo era la que pagaba los platos rotos de toda la situación, aunque casi nunca yo estaba involucrada.
Me puse mis audífonos nuevamente y me libre de este mundo. Dont Wake Me Up comenzó a reproducirse, amaba esa canción y era justo lo que quería, no despertarme de mis sueños nunca más. -Martina siempre esto, la culpable de todo.-Me repetía para mis adentros. -Que yo siempre hago algo malo ¿Acaso nunca hago algo bueno?.-Dije reprochando.
Abrí mi laptop y vi Pretty Little Liars, quería desconectarme de todo estos problemas y quién sabe de cuáles más no estaba enterada. Amaba la vida de Hanna en PLL, aunque, no me gustaría que alguien con un seudónimo "A" me persiguiera toda la vida.
-Duerme Martina.-Dijo mi papá apareciendo a mi lado. -OK.-Dije sin prestar mayor atención. -Nunca pones atención a nada, deberías agradecer todo lo que te hemos dado. Más encima tu renunciaste a tu año escolar, año de esfuerzos míos los cuáles pude haber utilizado en tu hermana, quién lo aprovecha mejor que tú.-Dijo reclamando. Tenía razón. -Deberías ser cómo tu hermana...-Dijo alargando más sus enojos, siempre me comparaban con ella. Yo soy Martina Arias, no Agustina Arias. -Sabes, mejor me duermo, sí eso te hace callar.-Dije tapándome con el cobertor.-Buenas noches.-Agregué.
