Un día tranquilo se contradice

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Narra Victoria.

Hoy tenía libre en el trabajo. Así que decidí hacer algo, que no haría todos los días.

Me levanté de ella cama, me duche y desayuné. Salí a correr un poco con la brisa mañanera de todos los días, había muy poca gente.

«Es obvio, nadie sale a correr a las 6 de la mañana» pensé.

Después me dirigí a un parque, mientras escuchaba una canción de "Girl in red", me puse ha hacer unas flexiones. Y algo de abdominales.

Estuve unas dos horas fuera, cuando decidí volver a casa.

Me di otra ducha, y descanse un poco viendo la tele, al final terminé por quedarme dormida en el sillón de mi casa.

Pasaron las horas y almorcé antes de salir a comprar algo. Decidí ir por el centro, para comprarme algo de ropa, quizás una sudadera, o algo por estilo.

Me dirigí hacia a tienda de H&M con mis vaqueros negros rotos, y mi camiseta a cuadros encima de mí camisa a tirantes.

Tenía una mano metida en el bolsillo delantero de mí pantalón, y la otra se aferraba a mi móvil de la emoción que tenía, al parecer mi mejor amiga, dentro de poco termina su carrera de Bellas artes, ella se especializa en la zona de artes escénicas, siempre se le había dado bien.

Estaba a punto de decirle lo bien que me sentía por ella, hasta que a lo lejos pude ver un cúmulo de gente se aferraba en la entrada de un edificio, todos con móviles y mirando hacia arriba.

Una chica, en lo alto del edificio.

«Suicidio» pensé.

Corrí hasta la zona, empujando a todos los presentes mientras decía.

- ¡Abran paso, policía! -

Una vez adentro en el edificio, llamé a mis compañeros avisándoles de la situación, para que trajeran la colchoneta gigante, por si algo salía mal.

El edificio era gigantesco, tenía una 10 platas. Creo. El caso es que eran muchas.

Subí por el ascensor, y una vez en la última planta, subí las escaleras hasta llegar a la azotea, pude ver una silueta  de una chica en el filo del edificio. Respiré hondo y caminé tranquila hacia ella.

La chica parecía asustada, pero sabía cómo tratar este tipo de problemas.
Ser agradable, he intentar no mostrarse nerviosa, era lo que podía impedir que esta chica cometiera el mayor error de su vida.

- Hey, ¿Qué tal? - le dije.

La chica me miró confusa, y yo tenía una sonrisa plasmada en mi cara.

No pude evitar que mis ojos se pusieran en los suyos, eran... increíbles, grises, transmitían dolor, y frustración, pero yo intentaba no expresar ningún sentimiento negativo en ella.

- ¿Qué haces? Puedes caerte... - dijo aquella chica parada en el borde, al ver que me puse como ella, también a punto de caer.

- Tu también puedes caer - le dije.

- Pero lo mío es distinto, yo quiero hacerlo, y tú... Bueno, no - le dijo mirando abajo.

- Hey, mirame, ¿Vale? - le dijo y continúo - no mires abajo, y... ahora cuéntame por qué lo hacés - sabía que si la tenía entretenida hablando, no se lanzaría al vacío. Aunque a pesar de la situación. Me encantaban esos ojos. Eran tan expresivos, con una mirada se podía saber mucho de ella.

- Mi novio me ha dejado - no apartaba la vista de mí.

- No es razón para tirar tu vida así -

- Pero... el me engañó, y... ya nadie me quiere. No tengo a nadie. Mis padres han muerto, y él era todo para mí.- dijo sollozando.

- Te equivocas, hay alguien en este mundo, que te quiere, y seguramente le harás mucho daño si haces lo que tenias pensado hacer. Y lo de tus padres, con el tiempo, el dolor cesará.-

- No sabes nada - volvió su mirada al suelo que había en más de unos 25 metros de altura.

- No, no se nada, pero no puedes ponerte si, por una persona que no te merece, que no valora lo que eres, y si te ha engañado, él verá, él a perdido a una persona increíble, valiente, y con mucho sentimiento. - dije sin quitarle la mirada.

- No me conoces - decía negando.

- Pero transmites mucho, tu-tus ojos... son super expresivos, puedo notar dolor en ellos, pero todo es pasajero, el dolor es pasajero, todo se soluciona con el tiempo. -

- Gracias... na-nadie me había dicho eso nunca -

- Porque nadie te conocía, nadie sabe lo que hay detrás de esos ojos, detrás de ti, pero yo veo algo más, creo que lo que te falta, los que necesitas, es solo algo de atención, felicidad ¿O me equivoco? - le dije. Y ella volvió a mírame. Tenía los ojos vidriosos.

- Pero nadie puede darme eso. - dio un paso hacia adelante y cayó.

- ¡No! - No sé que se me pasó en ese momento por la cabeza, pero me lancé con ella.
La rodeé con mis brazos y la abracé, sabía que la colchoneta ya estaba puesta, pero creo que ella no se había percatado de ello.

Hundí su cabeza contra mí pecho, he intenté juntar su brazos para que hicieran presión sobre mí, y así, no se haría daño al caer. Y la abracé con todas mis fuerzas.

Tenía la sensación de que tenía que protegerla, tan frágil, y dulce, esta chica se había convertido en mi perdición.

Y caímos.

Todo pasó en segundos, ni me di cuenta de que ya habíamos caído, solo fue hasta que sentí un agudo golpe en las costillas al notar la colchoneta en mi espalda. Ella al ver lo sucedido, se separó un poco mi, pero seguía encima mío. Llegaron los  paramédicos, y se la llevaron, no sé dónde, pero parecía estar en estado de shock, y no la culpo, esto puede ser muy traumático.

Me sacaron en camilla.

El dolor se apoderaba de mí, escuchaba voces, y me retorcía en la camilla, creo que ya estaba dentro de la ambulancia.

Sentía punzadas en todo mi cuerpo, parecía insoportable, mi corazón se aceleraba y pero todo parecía ir más despacio, intentaba hablar pero no salía nada de mí, creo que la boca se llenó de sangre o solo es el tubo que creo que me están poniendo, soy una dramática por Dios...

Las enfermeras me ponían vías, y mi vista borrosa, no podía ver qué más hacía, hasta que me todo se volvió negro...

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One kiss...

By; V.V.C

El intento.Where stories live. Discover now