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— ¡Luzu! — llamaba a gritos Auron. Se encontraba fuera de la casa del chico con gorro, gritando su nombre a las dos de la madrugada.

Ya llevaba así unos diez minutos.

El chico, sabiendo que el psicologo era capaz de quedarse hasta el amanecer ahí hasta perder la maldita voz, abrió la ventana por fin. Se asomó, con una muy mala cara.

Pudo ver a Auron, quien lo saludó agitando su mano en el aire al verlo. A su lado estaba Frederick hecho una pelota de plumas, resguardandose del frío.

Parecía aquella tipica escena de Romeo y Julieta, solo que con gritos e insultos esta vez.

— ¿¡Cuál es tu puto problema, Auron!?

— ¡Te voy a volver a enamorar, Luzu! — le exclamó, con una pequeña sonrisa de orgullo.

— ¡Ja! No me hagas reir. — rodó los ojos, claramente molesto. Estaba cansado y tenía mucho sueño, y cuando Luzu no podía dormir estaba de mal humor.

— Pues va a ser que sí, cielo. — dijo — Tú tan solo recuerda, que en dos meses ya te habrás vuelto a enamorar.

— Oh sí, ya lo creo, está bien. — asintió — Y ahora, ¿por qué no me haces un favor... ¡Y te largas!?

— ¡Pero tenemos que planear nuestra cita!

— ¡Auron, como no te vayas ahora y me dejes dormir, juro que activo las torretas! — le gritó.

— ¡Vale! ¿¡Quedamos mañana entonces!?

Luzu dejó caer su rostro sobre sus manos, frustrado. Gruñó, maldiciendo cada molecula que formaba a Auron.

— No, Auron. — respondió algo más tranquilo una vez había recuperado algo de paciencia.

— ¿¡Que has dicho!?

— He dicho que no, Auron.

— ¡Que no te escucho, joder! ¡Habla más fuerte, que para otras cosas si que gritabas antes, puerco!

Luzu quiso bajar a darle un puñetazo. Pero sabía que después tendría problemas con la justicia, y no quería estar en prisión.

— ¡Auron, he dicho que no! ¡Largate!

— ¡Vale! — alzó su mano, haciendo un gesto de aprobación con su pulgar arriba — ¡Entonces te traeré chocolate a casa!

— ¡Sabes que Manolo no puede comer eso! Lo vas a matar. — se quejó frustrado. Soltó un gruñido — Ahg, ¿ves? Eres muy mal padre, esa es una de las muchas razones por las que te dejé.

— Ajá, tú sigue contandote esa milonga. Recuerda mis palabras, Luzu.





“ Dos meses ”

i like me better ; luzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora