❝ ¡Oye, bastardo prepotente!.❞
Un termostato andante, un tierno rompe huesos profesional, un Pikachu con retraso, una copiadora con patas y una adicta al azúcar.
¿Quien demonios junta a tanta gente extravagante?.
Mientras muchos aman su amabilidad...
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Después de finalmente haber obtenido tu licencia festejas te junto a Izuku y Shouto. El único que no la había conseguido había sido tu hermano, sí, realmente lo esperabas, sabías que eso de ayudar a los demás y tener tacto no era lo suyo, así que aunque haya pasado la primera prueba, la parte del rescate sería su muerte súbita en el examen.
- Oye mierda rosa -lo escuchaste alzar la voz pero creíste que le habla a Mina pues aún seguía sin dirigirte palabra alguna.
Aunque ya no te importaba mucho a decir verdad, habías comprendido que era momento de brillar por cuenta propia en lugar de dejarte eclipsar por Katsuki dejándolo siempre al frente.
- Maldita sea, [____] te estoy hablando -se quejo en voz alta haciéndote voltear.
- Perdón, ¿Me hablas a mi?, Creí que no querías volver a estar cerca de mi -la ironía salió tan natural que hasta tu misma te asustaste-. Bueno, ya, habla, no tengo todo el día.
El rubio cenizo no se tomó muy bien aquellas palabras y el desinterés con el que habían hablado, por primera vez se sintió culpable por haber tratado mal a alguien.
- Yo.. solo quería felicitarte por tu licencia -murmuro débilmente.
- Ah, gracias -sonreiste a medias antes de dar media vuelta y seguir tu camino-. ¡Eh, Pikachu espérame!.
Gritaste saltando sobre Kaminari quien cayó de cara al piso contigo en la espalda, ambos rodaron un poco haciendo tropezar a Izuku en el trayecto. Haciendo suspirar a Bakugou.
- Ella no te lo dijo, pero yo seré completamente sincero contigo como el buen amigo que soy -Todoroki se acercó al rubio y lo tomo de los hombros-. Fuiste un imbécil y ella seguro te odia, buen día.
Se despidió el bicolor antes de salir corriendo.
- ¡Todomeco!, Acompaña me a ver si Monoma consiguió su licencia después de llegar a la escuela -invito la pelirosa con una radiante sonrisa.
- Tienes razón -murmuro el cenizo mirando la escena.
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Estabas decidida, ibas con todo dispuesta a declararle tu amor a Monoma a pesar de que seguro actuarían como idiotas en uno con el otro. Pero notaste un patrón, solo era idiota contigo cuando estaban con alguien más, si estaban solo en un lugar alejado como en el campamento, la rubia loca parecía extrañamente muy amable.
