♦ - Salidas

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—¡Kamukura-kun! Yukizome-sensei me dio dos boletos para un museo, ¿podemos ir juntos?

Izuru permaneció en silencio, observando el rostro alegre y entusiasmado del albino, le permitió continuar:

—Sé que no te gusta estar rodeado de mucha gente, pero hay gran cantidad de maravillosas exhibiciones y pensé que te podrían gustar y...

—No.

—¿No...? —habló Komaeda, su voz emitiendo sorpresa y confusión.

—No tengo interés en mirar aburridas piezas de arte del pasado y otras irrelevantes pinturas.

—Entiendo... —el suertudo suspiró, pero su sonrisa volvió a presentarse—. Podemos ir a cualquier otra parte.

—¿Por qué estás tan emocionado para llevarme a algún sitio? No importa a dónde me lleves, no encontraré interés en nada. Si esa es tu meta, es una tontería. Nada en este mundo me interesa.

Justo como esperaba, su contestación cayó como un cubetazo de agua helada sobre Komaeda. Al contemplarlo callado, quieto y con la mirada en el suelo, Izuru prosiguió.

—Encuentras placer en mi presencia, eres feliz conmigo a pesar de lo que soy. Lo que sea que esperes conseguir invitándome a estas... Salidas, nunca lo cumplirás.

Surgió un silencio entre ambos, uno prolongado. El azabache estuvo apunto de voltearse y retirarse, pero el albino alzó el rostro, sonriendo brillantemente y Kamukura no lo comprendió. Un cosquilleo agradable surcó su corazón. La alegría era una respuesta que no se esperaba. Komaeda terminaba sorprendiéndolo de algún modo.

—Jamás te había escuchado hablar tanto —la sonrisa del afortunado se amplió—. Usualmente, sólo dices «aburrido», «no» o te quedas callado y las personas se van al no tener respuesta.

Ahora 'La Esperanza Definitiva' se quedó sin palabras, Nagito poseía la verdad de su lado; las palabras habían brotado con completa facilidad, ¿por qué? Sólo ocurría aquello con el suertudo, debía tratarse de una de las tantas anomalías que él le provocaba, haciéndolo resaltar por encima de todos.

—No voy a forzarte a hacer algo que no quieras, pero estás equivocado —Él... ¿Equivocado? Frunció el ceño de manera efímera, su mente trabajó en una explicación que terminó dando Komaeda—. Encontrar algo que te interese es sólo un propósito pequeño de mi parte. Mi principal meta es convertirnos en amigos. Quiero conocerte mejor.

Kamukura trató de decir algo, Nagito lo interrumpió y tomó sus manos, el azabache no rechazó el tacto.

—Quiero saber todo acerca de ti, Kamukura-kun. —la determinación empañaba los ojos de Komaeda—. Quiero llegar al punto donde sé si algo te molesta, incluso si pretendes estar bien. Quiero ser esa persona.

Con la cercanía, Izuru detalló el rostro del albino; sus finas cejas y piel, labios delgados con alta probabilidad de ser tersos y sus pestañas níveas, resaltando el exótico color de sus orbes, ¿predominaba más el gris o el verde? Necesitaría una oportunidad más exacta y adecuada para determinar una respuesta para esa incógnita.

—Sé que esto es egoísta y es muy raro para mí —normalmente, nunca se atrevería a relacionarse con personas, distanciarse y sólo ser un espectador eran parte de sus reglas personales creadas por temor de la crueldad de su suerte, pero se atrevía a romperlas desde que Kamukura anulaba su 'talento', muchas cosas son diferentes y nuevas con Izuru. Gracias a él, era libre y su corazón junto con su cuerpo actuaban por inercia—. Seguiré tratando, incluso si intentas alejarme. Deberías conocerme bien, soy muy insistente.

El suertudo finalizó con una tierna risa, transcurrieron algunos segundos y recién se percató que agarraba las manos del chico de hebras negras, se sonrojó y las soltó de inmediato.

—D-Disculpa, creo que eso sonó muy cursi.

—Otórgame tu celular.

—¿Huh? Claro. —el suertudo accedió y le entregó el dispositivo, al tenerlo en su mano, Kamukura movió su dedo pulgar sobre la pantalla con maestría y velocidad.

—¡Ah! —las orbes verde grisáceas de Komaeda se iluminaron en sorpresa, contemplado en su pantalla el contacto y número de Izuru.

—Te estaré esperando mañana para nuestra salida. No me hagas esperar. —el mundo estaba lleno de gente aburrida e insignificantes, ni se molestaba en recordar sus rostros. No obstante, si Nagito también formaba parte de él... No debía de ser tan malo, probablemente. Quizás. Siempre separaría Komaeda del resto de personas; ellos no se podían comparar con el albino, no rozaban ni sus talones.

Después de todo, Kamukura sí tenía memorizado el rostro del afortunado; sus gestos, ademanes y sonrisas. Justamente, todos los momentos que pasaba con él, poseían más detalles. Más color y emociones que le intrigaban y buscaba una respuesta a ellos. El azabache se alejó, el viento acariciando su largo y oscuro cabello largo. 

—Entonces... Esto significa que quiere ir, ¿no? —Komaeda habló consigo mismo, llevando el celular a su pecho, sonriendo brillantemente y con el corazón entusiasmado. 

[...]

Otro drabble uwu/ la próxima parte también será otro <3 Situados en el omake de V3, o sea, el UDTP <3 es un bendito universo que se pueden sacar muchos escenarios de ahí!

He tenido ideas pequeñas con ellos últimamente, pero pronto vendrá un one-shot largo... Posiblemente de 8K... creo. 

Bueno, ¡nos leemos!

PD: sigan la cuenta de FutureTranslations, ahí hay muchas cosas bonitas, y habrán muchas más, mewhehe <3 

Just KamuKoma Things.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora