I

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Fue en un día soleado cuando iba a tener una cita con Yuri, una chica linda, la cuál estaba enamorada de mi y a mí solo me gustaba pasar un buen rato con ella.

Pasaba viendo algunos puestos en las calles mientras taradeaba alguna canción que escuche alguna vez.

Al cruzar la calle, vi a dos chicos abrazándose y sonriendose, era muy raro ver a dos chicos de esa manera.
El más alto tenía cabello castaño casi negro, un color casi único que parecía tinte, unos labios abultados, sonreía y acariciaba la cintura del otro chico mucho más pequeño que el.

El semáforo se puso en verde, pero no me di cuenta por estarlo observando, ellos avanzaron, no podía dejar de ver al chico de cabello castaño.

Él lo noto e igual me miró fijamente sin dejar de sonreír, al pasarme me volteé aún viéndolo, y el a mi, pero luego se volteo a seguir su camino.

La gente me empujaba pero no me importo.

Después de unos segundos lo perdí de vista, suspiré, no sabía que me había pasado en ese momento.

Quería cruzar, los carros sonaban el claxon y me di cuenta que el semáforo volvió a rojo.
Regrese a mi lugar y tuve que esperar.

Llegué al lugar de mi cita, y ahí estaba ella usando un vestido lila que resaltaba su belleza.

Pero no podía sacarme a aquel chico de la cabeza.

Trate de pasarla bien y distraerme, esa noche termino bien, demasiado bien, pero mi mente seguía en alguien más.

Así pasaron algunos días, donde pasaba por el mismo lugar esperando escontrarlo.

—¿Que sucede?—preguntó Drake, mi mejor amigo.

—Siento que estoy fingiendo... Que estoy fingiendo todo—mis ojos estaban llorosos.

—¿Es algo relacionado a Yuri?

—No, ella es perfecta, soy yo... Es como si estuviera enfermo—confesé.

—Pues te ves del asco—solté una risa por sus ocurrencias.

—Lo sé, solo basta con mirarme, tengo el cabello enredado y sucio, y mis ojos están hinchados—

—Eso te da cierto encanto—

—No mientas—

El solo río mientras negaba y seguía tomando su café.

(...)

—¿Win me estás escuchando?—habló Yuri.

—Lo siento, necesito hablar contigo—

La agarre de la muñeca y la lleve afuera, nos sentamos en la banca más cercana, los demás estaban en sus clases así que ahí estaba vacío.

—No creo que lo nuestro funcione—hablé, mire el cielo y estaba más nublado que de costumbre.

Ella guardó silencio unos momentos, volteé a verla y tenía sus ojos llorosos.

Oh esos ojos verdes se habían apagado por mi culpa.

—¿Hice algo mal?—

Negué rápidamente.

—No no, soy yo, no puedo estar contigo—

No podía decirle que me comenzaba a gustar un hombre.

Saque un cigarrillo de mi bolso derecho de la chamarra y lo encendí.

Seguía en silencio. Mientras yo la observaba.
Asintió, se puso de pie y limpio las lágrimas que querían salir.

—Esta bien—susurró.

The Reason Why |BrightWin|Where stories live. Discover now