La hija del merodeador

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Pasaron dos meses de verano, en los cuales no había visto a los chicos ni a Xia ya que al tío solo se le había ocurrido la gran idea de irnos a ver a los abuelos.

—Alba, esta noche no estaré ya que bueno... Es luna llena, ni se te ocurra venir, aún no tienes práctica ni fuerza. Sigo sin creerme que lo consiguieras —dice susurrando lo último y sonrío

—Siempre consigo lo que quiero —

—Eres igual que tu padre —dice y lo abrazo

—¿Y mamá? ¿Me puedes hablar de mamá? —pregunto y el se sienta a mi lado

—Tu madre... Era mi mejor amiga, siempre que volvía de las lunas se quedaba conmigo y me hacía reír, tenía el pelo negro ondulado, no era muy morena y de ojos verdes. Era muy valiente, un grandísima Gryffindor. Aún me acuerdo cuando tus padres nos dijeron que eran novios, ninguno se lo creía, se llevaban a matar. Bueno, como ya sabes, falleció al tenerte y... Tu padre la amaba, nunca lo vi así por una chica. Alba Reed... Era diferente al resto, ella... Daba igual cuantas veces tos enfadaseis, ella siempre te apoyaba y estaba ahí... Y estoy seguro... De que la hubiera encantado estar contigo Alba. —dice y nos abrazamos llorando ambos

—Te prometo que no iré, pero ten mucho cuidado, por favor —susurro y me da un beso en la frente

—Si mi niña —