Prólogo

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Mayo 2006

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I, I will be King
And you, you will be Queen
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Ellen White daba vueltas nerviosa en la entrada del edificio de NCIS. Era su primer día de trabajo y había llegado muy temprano, apenas eran las 4 de la madrugada.

Los nervios no la dejaron dormir, por lo que se dirigió a su nuevo empleo. Había terminado la universidad unos meses antes y buscó empleo en el FBI, pero ellos la mandaron a NCIS. Por lo que le había dicho la directora Shepard, el jefe del equipo se había retirado apenas unas semanas atrás y el equipo no estaba muy contento con la idea de un reemplazo. No sabía que hacer, ni tan siquiera los había conocido y ya sabía que no la querían ahí.

Las horas pasaron y ella seguía dando vueltas en la entrada. Los guardias llegaron y quisieron arrestarla, pero su identificación los tranquilizó. Mientras las personas llegaban a su trabajo, se preparaba mentalmente para su primer encuentro con su nuevo equipo.

- Ah... ¿Estas bien? - preguntó un chico detrás de ella.

Sonrojada, se giró a verlo.

- Sí, bueno no, tal vez, pero creo que no, ¿o si?, ay no sé - dijo entre nerviosa y frustrada.

- ¿Qué sucede? ¿Puedo ayudarte en algo? - preguntó de nuevo visiblemente preocupado.

- Es mi primer día y por lo que sé, no le agrado a mi equipo - dijo algo triste.

Fue entonces cuando el misterioso hombre se dio cuenta de quien era. Era la nueva agente asignada a su equipo después de la partida de Gibbs, Ellen White.

- ¿Por casualidad no te llamas Ellen White? - le preguntó curioso.

- Sí, soy yo, ¿Quién eres? - le preguntó.

- Soy Tim McGee, al parecer tu nuevo compañero - le sonrió.

- Oh, ya veo, ahora quedé como una estúpida, ¡Muy bien, Ellen! - alzó los brazos frustrada.

- Tranquila, de hecho, yo no te odio, no te conozco, por lo tanto no puedo odiarte - le sonrió cálidamente.

- Gracias - susurró sonriendo.

- De nada, pero ya es hora de entrar - le enseñó la hora.

Ellen suspiró y con una sonrisa, entró al edificio. A su lado, un sonriente McGee caminaba. Cuando llegaron al cuartel, Tony ya estaba ahí.

- ¡Novato! Llegas tarde - le dijo a Tim.

- No es cierto Tony, faltan 5 minutos - le respondió irritado.

- ¿Quién es ella? Hola hermosa, soy Anthony Dinozzo - le coqueteó.

- Ah... Soy Ellen White, su nueva agente, señor - le sonrió nerviosa.

La sonrisa coqueta de Tony desapareció y en su lugar una mirada sombría apareció, haciendo entender a Ellen que no era bienvenida en aquel lugar.

- En ese caso, soy tu jefe, Agente muy especial Dinozzo, debes llamarme Señor - le informó con un tono de voz autoritario.

Tim al escuchar eso, volteó a ver a la nueva chica. Sus ojos se conectaron por un momento y Tim pudo ver lo afligida que estaba.

- Tony, ¿No crees qué es demasiado? - le preguntó Tim tratando de salvar a Ellen de las burlas de su amigo.

- No te metas Tim, YO estoy a cargo - le dijo retirándose.

- Genial, ni llevo 5 minutos aquí y mi jefe ya me odia, fabuloso Ellen - se dijo a sí misma.

- Tranquila, solo que nuestro jefe se fue y es difícil para todos, pero con el paso del tiempo todo cambiará - le sonrió Tim.

- Gracias - sonrió agradecida.

El corazón de Tim empezó a latir rápido al ver su sonrisa, no llevaba mucho de conocerla, pero ya estaba encantado con su sonrisa.

- Este es tu escritorio, ¿Qué dices? - le señaló un escritorio detrás del suyo.

- Gracias, Tim, creo que estaré detrás de ti - se sonrojó la chica.

- Seremos vecinos de escritorio - sonrió.

- Así es - le devolvió la sonrisa.

- McGee, ¿Quién es? - preguntó una chica llegando.

- Ziva, ella es Ellen White, nuestra nueva compañera - la presentó Tim.

- Mucho gusto, soy Ellen, es un honor trabajar con usted, he escuchado muchas cosas sobre usted - le sonrió.

- Ziva David, un gusto - le sonrió amablemente.

Por suerte parece que Ziva la acepta - pensó Tim al ver la reacción de su compañera.

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El tiempo pasó, y a diferencia de lo que Tim dijo, las cosas no cambiaron. El equipo seguía sin aceptarla, bueno, solo Tony y Abby y en ocasiones Ziva. Cuando Ellen conoció a Ducky, no pudo evitar pensar en lo mucho que le recordaba a su abuelo, quien era amante de la historia, sin duda, ambos hicieron clic al instante. La historia fue diferente con Abby, la gótica no la había conocido y ya había decidido que no le hablaría, jamás.

A pesar de todo, Ellen amaba su trabajo, bueno, amaba la compañía de Tim porque sinceramente su trabajo apestaba, Tony la hacía hacer cosas que no estaban en su contrato, como ser la única en meterse en un contenedor de basura o la única que no saliera al campo. Sin duda, lo único que la detenía de renunciar era Tim y la necesidad de trabajar.

Unos meses después de que llegara, el antiguo jefe del equipo, Gibbs, volvió. Ellen temió por su trabajo, pero por suerte pareció agradarle a su nuevo jefe, cosa que no fue igual para su otra compañera, la agente Lee, quien fue transferida a otro equipo.

La amistad de Tim y ella se hacía cada vez más fuerte. Todos los fin de semana, Tim se quedaba en su casa y convivía con Lucas, su hermano menor. A pesar de que ambos siempre insistían en que sólo eran amigos, poco a poco sus corazones fueron cambiando de opinión.

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