11

732 83 136
                                    

Hola mis pupis! xD

Bueno, aún no superé la crisis del capítulo 392, pero hay que ser fuertes (?) Hay muchos fanfics por escribir y no lo hacen solos.

Acá vamos!

------------------------------------------------------------

----------------------------------

Te idealicé a mi lado en mis noches y días

Y me aferré a la idea que tu eras el amor de mi vida

— Entonces, ahora sí que tengo ganas de matarlo, ¿entiendes, Oikawa-san? ¿Por qué tuvo que hacer esta idiotez?

Hinata Shouyo, celular en mano, cabellos revueltos y rostro sonrojado de haber estado llorando y maldiciendo por horas sin descanso alguno -de ninguna de las dos cosas, para desgracia de Oikawa - había decidido patear la mesa ratona que tenía enfrente suyo mientras se desparramaba todavía más en el sofá del departamento de Iwaizumi. Al oír el chirrido siniestro del mueble y el impacto de un florero cayendo - gracias al cielo, vacío - sobre la madera, Oikawa procedió a subir el volumen de la música un poquito más.

— Al menos se rompieron la cara entre ellos, Shouyo. Mírale el lado bueno.

— Bueno, sí. ¡No, esa no es la cuestión!

Hoy te pido perdón, perdón, perdón

Por haberte confiando sin dudar mi corazón

¿Intentó comunicarse contigo?

— Claro, ya me ha llamado como...no sé, mil veces. Igual y ahora se ha calmado. No habrán vuelto a pelear, ¿no?

— No lo creo, ambos están custodiados.

Perdón, perdón, perdón

Por crearme esta falsa historia de amor

Y te pido perdón

Por haber esperado demasiado

De un perdedor

La verdad de todos los hechos era que la situación en sí no era graciosa, sobre todo porque el que peor la estaba pasando era Hinata. El pobre muchacho se había encontrado con que al fin su historia de amor turbulenta y tensa se había resuelto con finales felices - y qué finales, si aquello no era el comienzo de una vida sexual activa y prolífica para el pelirrojo que Oikawa no iba a envidiar, para nada - y todo parecía finalmente encajar. Atsumu Miya no había estallado cuando Hinata le había contado todos los sucesos ocurridos en la maldita fiesta y habían formalizado su relación después de aclarados varios puntos - que por lo que Hinata le había alcanzado a comentar entre insultos y miradas perdidas en medio del relato, les había costado toda la noche del sábado - y todo parecía volver a una normalidad temporal y superflua, porque Oikawa sabía perfectamente que todo lo que rodeaba a Shouyo no podía ser normal ni durar demasiado en paz.

Por supuesto, la bomba de tiempo no se había hecho esperar, pese a que los cálculos matemáticos y expertos de Oikawa habían vaticinado que Atsumu iba a explotar en el momento o poco después que Hinata le revelara toda la verdad de aquella noche. Había tardado más de un día en procesar la información o, en todo caso, en malinterpretarla para tener una excusa válida y ahí Oikawa ya estaba perdido, desorientado.

No sabía si Atsumu era idiota o demasiado inteligente. Quería inclinarse por la segunda, visto y considerando los antecedentes.

Había sabido esperar a que las aguas bajaran, a que Hinata se sintiera seguro y quitara el ojo del conflicto confiado en que éste ya se había resuelto. Por supuesto que se había resuelto, pero desde su perspectiva. Considerando la clase de sujetos con los que se había enredado e independientemente del resultado final, ¿de verdad Shouyo había sido tan iluso como para pensar que toda aquella cuestión iba a resolverse sin más, con besos y abrazos, con la idea de una relación perfecta y dejando atrás al tercero en discordia?

Chacal NegroWhere stories live. Discover now