Capítulo 14: Mamá

185 11 2
                                    


Mi madre nunca fue alguien que me conocía de pies a cabeza, al contrario, siquiera me costaba mentirle o utilizar excusas pues ella no me conocía lo suficiente como para darse cuenta. Entonces, a lo largo de mi corta vida aprendí que si alguien no te conocía, no tenía poder sobre ti; y así tus secretos quedaban bien guardados donde debían estar.

Una vez decidí abrirme a alguien y dejarme ver, pero también salió mal; por lo que ahora sigo pensando de la misma manera. Pero por ahora retomemos:

Bajó del auto seguida de Frank, tomaron sus pertenencias y caminaron hacia la puerta. En todo ese tiempo Chase y yo nos miramos confundidos y nos dimos tiempo a recomponernos de la agitación. Cuando la puerta se abrió intentamos parecer lo más normales posible.

—Mamá, no avisaste que venías.

—Y bueno, es mi casa después de todo. Hola Chase.

—Hola señora—sonrió amablemente.

Hola señora cuya hija estaba sobre mí hace segundos.

Silencio.

—¿Y Diamond?—Frank preguntó.

—Creería que está donde Carol—me encogí de hombros.

—¿Estaban solos?—ignoré el tono ofendido de mi hermano y respondí simplemente un "sí".

—Mamá, ¿qué vinieron a hacer? No sabíamos que vendrías, siquiera compramos algo para cenar.

—El abogado del seguro llamó, debo cobrar el dinero de tu padre—asentí.

Nada de ese dinero era para mí o para Diamond, todo quedaba para mamá luego de que la denuncia fuese presentada y ella se pusiera de su lado.

—Bueno, podemos encargar pizza si quieren—sugerí—, y llamar a Diamond.

—Hablaré con Mario—Frank sacó su teléfono dispuesto a llamar a su amigo—¿Cuántas pizzas serían para cinco personas?

—Oh no, yo ya me iba—anunció amablemente Chase ganándose una mirada por parte mía.

Por un lado me ponía mal porque teníamos planeado que se quede, por otro me alegraba que se vaya, algo me decía que la cena iba a tomar camino en un túnel oscuro del pasado que yo no estaba dispuesta a volver a transitar.

Al menos no con Chase acompañándome, no le haría eso.

—Te acompaño a la salida— informé y él solo asintió.

—Adiós— se despidió. Salimos al recibir una respuesta por parte de todos.

Cuando llegamos a su moto y tras él montarse, me acerqué para abrazarlo fuertemente y dejar un beso en su nariz.

—Si ocurre algo me puedes avisar ¿sabes?—susurró suavemente.

—No sucederá nada, tranquilo. No más que las discusiones que tenemos siempre—me miró serio, sabiendo que algo andaba mal pero que no podía decirle; y si no fuese por Diamond llegando le hubiese contado hasta el día de mi nacimiento—. Adiós. Nos vemos mañana.

—Nos vemos, naranjita. Hola—hizo un ademán con la cabeza en dirección a mi hermana ganándose una sonrisa por parte de ella.

Él encendió el motor y se fue a una velocidad aceptable. Yo tuve que volver al lugar donde últimamente me sentía cómoda pero hace seis meses era mi mayor infierno; y ahora con los demonios de vuelta no sabía qué hacer.

—¿Y qué, traes chicos siempre que estás sola o qué?—el tono brusco seguido del ceño fruncido de mi madre me desconcertó.

—No siempre mamá, es mi novio, no un chico cualquiera—la miré incrédula.

Querida Yo Del PasadoWhere stories live. Discover now