🐱Miau 25🐱

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–¿Qué te parece si mañana quedamos otra vez? –habló la pálida peinando su cabello mirando al castaño que salir de haber tomado una ducha.

– No creo, tengo que terminar con la tarea que han dejado.

La contraria hace una pequeña mueca disgustada terminando de arreglar su blusa.

– Bien, pero volveré pronto –determinó acercándose a él sensualmente con intenciones de acariciar su pecho húmedo– ¿Quién diría que eras mejor de lo que pensé? Park.

– Te lo perdiste desde hace mucho, pero no diré algo más –se burló él apartándose y secando su cuerpo para poder vestirse– No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Ella le sonrió coqueta, gustando más de él. Le encantaba que los hombres se hicieran de rogar de ves en cuando.

Ambos terminaron de cambiarse, y JiMin salió hasta acompañarla a tomar un taxi directo a su casa.

Cuando JiMin volvió, fue de frente a su habitación sacando una pequeña cajita de su ropero. Era el regalo perfecto para la menor, y que ya no esperaba más por dárselo a pesar de lo distante que había estado con ella.

En realidad, lo que ocurría en la cabeza de Park era un enorme laberinto de pensamientos y futuras suposiciones que solo lo hacían complicarse más. Se ponía muy pensativo cada vez que Tn entraba en celo, y una incertidumbre crecía más en él de solo imaginarse qué tipo de futuro tendría ella, ya sea a su lado o tal vez de otro.

Él la quería, sí, y mucho. Pero también tenía esa horrible inseguridad de creer que ella no lo elegiría a él como alguien importante en su vida como él quería. Decidió alejarse de ella antes de que sus sentimientos crecieran aún más, porque no quiso volver a salir lastimado como le había sucedido en la adolescencia. Era un complejo que tenía, a pesar de ser muy vanidoso con él mismo cuando estaba frente a las chicas.

Tenía miedo de sentir de más con la persona equivocada, y aunque le diera mil vueltas al tema, sabía que ella tampoco era cualquier persona. No lo era. Él la había visto crecer y en todas sus diversas facetas, tenía un sentimiento bastante fuerte que lo hacía querer abrazarla cada vez que la veía, pero también había un miedo bastante grande cuando se daba cuenta de las tantas cosas que sentía por ella.

Sabía que se arrepentiría si no actuaba de una vez dejándola ir de su lado, pues a pesar de haberse metido a la cama con otra chica, no podía borrar los sentimientos que tenía por ella. Simplemente no podía, por más que se esmerara.

Suspiró mirando la cajita y al no escuchar nada se animó a ir en su búsqueda. Había estado ocupado en terminar su trabajo de la universidad y en DoYeon,que se le había pasado saludarla por su fecha.

– Tn~ –canturreó tocando la puerta– ¿Sigues ocupada? –nadie respondió– Tengo un regalo para ti.

El silencio volvió a hacer presencia. Ella jamás tardaba tanto en responder aunque fuese con un grito, y en ese momento JiMin comenzó temer.

Abrió la puerta rápidamente y le extrañó mucho no encontrarla dentro. Los nervios comenzaron a molestarlo de inmediato. Guardó la cajita en su bolsillo y bajó a fijarse con cierto miedo por la sala y la cocina. No recordaba haberla visto por ningún lado cuando acompañó a DoYeon a tomar un taxi, menos estaría ahí. Buscó en cada cuarto, en los baños y una tercera vez en la cocina, pero nada.

– Tn, no estoy bromeando –alzó la voz– Sal de donde sea que estés –pensar que había salido a la calle lo asustaba más de lo que él se permitiría.

Revisó el calendario y se dió cuenta de que su celo estaba por iniciar, ¿Cómo pudo haber olvidado de lo más importante? Debió haber estado más atento con eso.

  [❈ Mi Gatita ❈] [Park Jimin] Where stories live. Discover now