『31』

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Algunos días después...

Shigeo se hallaba abrazado a sus rodillas en un rincón desolado de la habitación, teniendo como única iluminación la luz proveniente de la luna, colándose por una ventana.

Miraba hacia un punto ciego del lugar, tratando de dejar su mente en blanco. A momentos sentía que las náuseas volverían, sin embargo esa sensación desaparecía si no le prestaba mayor atención.

Ya había perdido la cuenta de cada una de las veces en las que intentó poner un muro frente a esos pensamientos que estaban arraigados únicamente a Reigen; lo peor? es que no sabía si con su visita de ese día le había hecho sentir mejor o hacer que su malestar subiera de nivel.

"Te has puesto a pensar que las pastillas son las que no te permiten pensar con claridad?" preguntó una vocecita desde el otro extremo de la habitación, y Shigeo clavó ahora su vista en esa pequeña silueta que gentilmente le devolvía la mirada.

─Muy por el contrario... ─el azabache cambió de posición, quedando ahora semi-acostado en el suelo─. Por las pastillas es que puedo verte, sabes?

"Sería muy desafortunado para los enfermeros que tus pensamientos sean completamente libres" dijo aquella personita, ignorando olímpicamente las palabras de su príncipe; comenzó a andar de un lado a otro en el cuarto, sin perder de vista ni un segundo a Shigeo. "A ellos no les conviene que dejes de ser una marioneta bailando bajo sus hilos."

Ante ello Shigeo alzó sus ojos, ligeramente sorprendido; eso de "marioneta" le dejó un desagradable sentir en el cuerpo, como si ya lo hubiese escuchado antes, o más bien... como si se hubiera sentido de esa manera antes.

"Ya lo fuiste una vez, no?" el chiquillo se acercó hasta quedar a escasos centímetros del azabache, inclinándose hacia éste para hacerle saber la importancia de sus palabras; "si no mal recuerdo, escapaste conmigo porque querías dejar de ser una marioneta bajo el control de tus padres, y mírate ahora!"

Las pupilas de Shigeo se contrajeron, apreciando cómo el muro en su cabeza se derrumbaba por una clara verdad, una que nunca nadie le había dicho en voz alta, pero que siempre estuvo allí; acaso su alma, e incluso después de renacer, se encontraba atada? podrá ser que porque no ponía de su parte es que no lograba sentirse plenamente libre?

Mas por haberse confiado es que Reigen acabó siendo atacado nuevamente.

─Entonces, por qué...?─preguntó Shigeo a medias, percibiendo que su vista empezaba a tornarse borrosa.

"Está bien dudar de vez en cuando, yo también lo hice en aquel momento en el que me rescataste" en la penumbra de la habitación, una luz que sólo él podía ver refulgía a su alrededor, dejándole desconcertado por algunos minutos; supo al instante que su alma se remeció cuando una mano cálida e infantil se posaba sobre su cabello, haciéndole sentir diminuto. "Yo no pensaba quedarme a tu lado en ese entonces, porque desconfiaba de todo lo que me rodeaba; sin embargo, tú me diste razones para hacerlo, me hiciste ver que no todo estaba perdido y que debía seguir adelante sin importar qué."

De pronto el paisaje ya no era el mismo, su entorno había cambiado. Podía escuchar su propia voz a la distancia, para luego verse a sí mismo salvando a la misma personita que ahora aguardaba a su lado; sin saber cómo, ambos se habían sumergido en una especie de cinemática, una que Shigeo no podía dejar de contemplar aunque quisiera.

Los sonidos se escuchaban reales, y demasiado como para asimilarlos todos a la vez. El escenario constantemente cambiaba, mas Shigeo estaba seguro de que no se movía en ningún momento; se hallaba inmóvil observando todo, aún con esa presencia a su lado, en silencio.

Los Recuerdos De Mi Decisión ❥ReiMobWhere stories live. Discover now