cap 37

2.7K 195 78
                                    

__ ¿Tu esposo he? - se acomodó al lado de una Jeanne ausente - y dime cariño ¿cuando nos hemos casado? - rió a carcajadas.

__ Cállate - respondió malhumorada.

__ Supongo que dejaré de ser tu amante ocasional, a ser el que calienta tu cama todas las noches - la estaba provocando.

__ Eres un idiota ¡Que te den Oswaldo! - caminó directo a su auto sin preocuparse por comprar nada. Sus ánimos ya estaban por los suelos.

Necesitaba desahogarse y aquel musculoso ya no le serviría.






__ En verdad me sorprende que tengas una hija.

Luego de pasar una tarde bastante incómoda rodeada de aquel par de personas; el joven de anteojos terminó por ocupar un lugar a mi lado mientras que su acompañante jugaba con Abi.

__ Lo sé, ya muchos me lo han dicho - bebí de aquella copa que mis frágiles dedos sostenía.

__ Te sorprendió mucho que vinieramos ¿verdad? - captó de nuevo mi atención, recordando el suceso que había pasado horas antes.

__ No es eso, solo que me encontré con una conocida y me enteré de algo que me dejó atónita - confesé.

Era consciente del compromiso que tenía horas después de aquel encuentro pero fui incapaz de seguir la corriente. Mi mente sucumbaba posibles escenarios maravillosos para cualquiera pero para a mi, eran los peores imaginados; una Jeanne vestida de blanco o despertando cada mañana con un hombre que la amaba, tal vez hijos a su lado. Sonreí.

__ Dicen que los que sonríen solos, de sus maldades se acuerdan.

__ O de maldades ajenas - caminé hacia la cocina - ¿quieres más vino? - negó.

__ ¡¡Yo sii!! - aquella mujer que a penas crucé palabras desde que la conocí; estaba apoyada en el humbral de la cocina, mientras pequeñas gotas recorrían su frente.

El par de amigos volvieron a sentarse en el taburete cerca mío mientras que mi hija ocupaba también su lugar, igual de sudada que su acompañante de juego.

__ Ten mi amor - ofrecí un zumo a Abi y secaba un poco su sudor - veo que te gustan los niños - apenas observé a aquella mujer, su cuerpo sudado despertaba mis entrañas.

__ Angela es una niña más - carcajeó sosteniendo su copa vacía.

__ ¡Guarda silencio Miguer! No me hagas develar tus secretos de universidad - rió - y si, me encantan los niños - aceptando gustosa del zumo que ahora le ofrecía.

__ Mami ¿Angela se puede quedar a jugar? - reí y acaricié sus cabellos.

__ Disculpala, llegamos hace poco y no tiene muchos amigos - dije apenada.

__ Hoy no puedo quedarme Abi - me observó - pero prometo venir pronto e ir a los juegos mecánicos ¿que te parece?

Ver conversar a un desconocida para mi pero íntimamente amiga de juegos para Abi, era extraño; aquella conexión que ambas tenían era sorprendente y extrañé la infancia que nunca tuve.

__ Disculpe señora, ya me estoy retirando.

__ Claro Verónica, gracias por todo. Hasta mañana - salió de la casa sin antes hacer un ademán hacia los desconocidos y un beso hacia Abi como despedida.

__ Verónica es quien cuida de Abi cuando no estoy - me vi en la necesidad de explicarles.

Los minutos fueron amenos al lado de aquella pareja tan jovial a pesar de llevabarme algunos años. Abi se quedó dormida fácilmente después del baño que le dí mientras aún mis invitados esperaban en la parte baja de la casa.

Perdida en tus ojos verdesWhere stories live. Discover now