13. Sin secretos

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27 de Abril.

Voy de camino a la casa de Cathy, la necesito y esta niña también lo hace. Sin embargo si no ponemos las cartas sobre la mesa esto no va a funcionar.

No hay necesidad de que toque la puerta porque una vez entro en el camino hacia su casa, la puerta se abre y ella sale.

Parece más molesta de lo normal conmigo y no puedo evitar sentir dolor por todos nuestros años de amistad.

―¿Estarás contenta no? Al parecer tus delirios no son tan inexactos como creí.
―¿De que estas hablando Cath?

Me fulmina con la mirada y trata de pasar por mi lado, pero tomo su brazo.

―Hablemos Catheryn, no me gusta que juguemos para diferentes equipos y lo sabes.

Se lo piensa unos segundos y me hace señas hacia el pórtico de su casa. Allí hay un mullido sillón y una hermosa hamaca de tela.

Ambas tomamos asiento y ella empieza a hablar.
―Soy tu amiga, pero a veces creo que te encierras tanto en tu mundo que no te das cuenta lo mucho que le hacen daño tus acciones a veces a la gente.
―¿Te estoy dañando? ¿A quien estas cubriendo?
―¿Lo ves? No escuchas nunca...

La miro sin entender e intento calmar mi genio.
―Se clara, no se de que hablas.
―Ana... La niñera de Bethany. Se la llevaron para declarar hace una hora.
―¡Yo no tuve nada que ver con eso!
―¡Estaba en tu lista! Ahora está con la Policía y otras chicas de tu lista también. Es una suerte que yo no esté involucrada ―dice de manera agria.

Me siento herida.
―No sé como puedes pensar eso de mi... ¡Yo hice la lista! Es verdad, sin embargo sólo la compartí con ustedes.
―¿Porque buscan una pelirroja mientras tu también estas detrás de la misma pista?

Nos quedamos en silencio unos minutos, ambas pérdidas en nuestros pensamientos.
―Bethany me lo dijo. Es una mujer joven con voz dulce y tras su vestuario negro sólo se distingue su cabello largo y rojo.

Ella parece resignada.
―¿Sabes que es lo que más me duele de todo esto? Me duele que desconfiaras de mi cuando llevamos tantos años de amistad.
―Porque ocultas cosas cuando yo nunca lo he hecho contigo.
―¿Algunas vez nos contaste de tus sueños? Ese detalle hubiera sido útil.

Respiro hondo y soy sincera.
―Era muy pequeña cuando estos empezaron. Quizás duraron alrededor de 5 años pero cuando se detuvieron fue algo que mi mente borró totalmente. Nadie nunca volvió a hablar de ello.
―¿Desconfias de mi? Tan poco me conoces como para pensar que haría daño a John y su familia.
―No es que desconfiara de ti... Es que no quería dejar nada por fuera. Tu sabes más de ellos de lo que nunca me di cuenta.
―¡Son mis vecinos por Dios! Eso no significa nada.

La miro y me aliento a continuar.
―Te fuiste dos años y cuando volviste eras una persona muy distinta. Quizás en ese entonces no sonaron las alarmas... Ahora quiero saber porque no hablas de ello y finges que no pasó.

Juega con sus manos y lamento ponerla en esta posición. Es mi mejor amiga y de ninguna manera quiero herirla.

―Mientras creciamos juntas tu siempre atraias la atención, sin embargo yo siempre fui más reservada y me sentía fuera de lugar la mayoría del tiempo.
―Nunca lo dijiste...
―Fingia que nada pasaba pero cada vez las cosas conmigo en casa solian ponerse difícil y mamá no podía explicarse como había cambiado tanto, mientras estaba con otras personas podía fingir que nada raro pasaba por mi cabeza pero el problema estaba ahí...

Temo lo que vaya a decir porque es una faceta de mi mejor amiga que no había visto antes. Parecía tan vulnerable ahí sentada que me rompía el corazón.

―Mamá estuvo con varios especialistas y uno de ellos descubrió que sufría Trastorno Bipolar. Al principio no quería tomar ningún tratamiento y eso me afectaba aún más.
―¿Porque pasaste por eso sola?
―Decidimos irnos e internarme para poder controlarlo y que pudiera tener una vida normal. Ahí aprendí mucho y conocí mucha gente que me hizo darme cuenta de mucho.

Una lágrima escapa de mis ojos y la limpio.
―Debiste contarnos, hubiera estado ahí para ti. ¡Eso no cambia nada Cathy! Eres mi mejor amiga y si alguna vez tuve alguna duda nunca fue de que fueras capaz de cometer algo como lo que está pasando.
―¿Porque dudabas entonces?
―Estabas actuando muy raro... Yo no sabía que pensar.
―Tengo miedo de que me rechacen Lai. Las personas no lo creen pero puedo tener una vida normal como todos siempre y cuando tome mi medicación.
―¡Lo sé! Estoy aún más orgullosa de ti aún más ahora que lo sé.

La abrazo y me devuelve dicho abrazo mientras la siento sollozar en mi hombro.
―No se lo digas a los chicos, quiero ser quien les cuente con más calma.

La separo de mi y limpio sus lágrimas.
―Nadie lo sabrá de mi parte.
―Gracias.

Sonrío y la abrazo otra vez sintiendo que he vuelto a tener a mi compañera de aventuras conmigo.

Luego del descubrimiento reparo en que ella salia de su casa y tenía un bolso parecido a su kit de enfermería.
―Si era una emergencia tu salida creo que vas un poco tarde.

Ella ríe mientras hace un ademán con las manos para restarle importancia a la situación.

―Les siempre quiso ser enfermera y ahora que está pensando en volver a la escuela me pidió que le enseñará cosas básicas sobre enfermería para estar preparada.
―¿Como que cosas?
―Empecé por lo básico, hace unos días empezamos a trabajar con las inyecciones y ha estado muy entusiasmada en lo que son los depresores del Sistema Nervioso Central.

Cathy parece hablar sin darse cuenta realmente de lo que dice y no puedo evitar dejar a mi mente ir a toda máquina.

―¿De donde la conoces?
―Del sitio a donde estuve en la ciudad, ella tenía menos problemas que yo y como vivió aquí algunos años me alegró volver a entablar una amistad con ella... ¿Estas bien Alaia?

Siento mi cuerpo frío mientras varios escenarios vienen a mi mente.
―Ella es joven, de cabello rojo, misteriosa, sin amigos y extrañamente parece interesada en la enfermería.

Me mira con los ojos abiertos mientras sus manos tiemblan.
―¿Crees que ella...?

Ambas nos miramos y algo parece hacer click en su mente mientras su tez se vuelve tan clara como nunca antes la he visto.

De pronto su celular suena con un mensaje y ambas miramos hacia el, está en la mesita frente a nosotras.

Estoy lista para mi clase de hoy, ¿crees que podemos ir por algo más fuerte? Pasé por la farmacia y hay algunos productos que me gustaría probar en Gucci. No te tardes querida.

―Leslie

―No puede ser...
Ambas estamos temblorosas mientras una vez más nos miramos.

¿Será? ¿No será? ¿Que haremos ahora?

Los Sueños De AlaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora