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era una noche fresca en las calles de Thailandia, un pequeño gatito se encontraba temblando, tratando de taparse con unas mantas que horas atrás había encontrado, sus pequeños piecitos se encontraban fríos al igual que sus manitos, pequeños maullidos salían de sus labios, mientras pequeñas lágrimas cain de sus ojos.

el pequeño gatito levanto sus orejas al escuchar pasos aproximarse, con un poco de miedo, decidió maullar más fuerte tratando de llamar la atención de esa persona, tal vez podría ayudarlo y sacarlo de este frío lugar.

su corazón latió de felicidad al escuchar como los pasos se acercaban hacía él, con curiosidad miro al dueño de esos firmes pero lentos pasos.

sus ojos brillaron al ver a un guapo hombre, con un traje ajustado a su cuerpo, un reloj en su muñeca y le que más le encantó al gatito, fue esa pequeña pero dulce sonrisa que le dedicó aquél hombre.

sin esperar más, ansioso por qué ese hombre lo lleve con él, comenzó a maullar repetidas veces, haciendo reír al ajeno, quien se acercaba al gatito.

hola, pequeño gatito, ¿cuál es tu nombre? —pregunte regalándole otra dulce sonrisa.—

meow~. —maullo el gatito en respuesta, quería que el hombre frente a él lo alzará y lo llevará a un lugar calentito.—

parece que no sabes hablar. —susurro con una mueca en su rostro.— no importa, trataré de entenderte lo más que pueda, ahora vayamos a un lugar más calentito para ti. —termino de hablar, sacando la chaqueta de su traje, poniéndola sobre los hombros del minino, alzandolo con cuidado en sus brazos.

el gatito escondió su cabeza en el cuello ajeno, dejando que en sus labios se forme una pequeña sonrisa, esperando poder llegar al lugar calentito que el hombre había hablado y tal vez, dormir abrazados con él.

Gatito, ଓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora