M | ❛ ¿qué vas a hacer cuando haya sangre en el agua? ❜
↳ Juls Hatheway ha vivido con un pie en cada lado de la isla, metida en más problemas de los que te podrías imaginar debido a la poca cordura que existía en su mente.
La búsqueda del Royal Merc...
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JULES HATHEWAY estaba loca.
Todos en Figure Eight se preguntaban la razón llegando a conclusiones erróneas que sólo asumieron por su falta de madre. "Sólo busca atención" era una de las justificaciones que los kooks encontraban.
Jules NO buscaba atención, podías creerlo, sin embargo consideraba que siendo una de las personas más adineradas en Carolina del Norte, no era necesario que se esforzara por conseguir algo que había obtenido desde niña.
El caso es que: Jules estaba loca y todo Outer Banks lo sabía.
También tenía otras cualidades– considerando que Hatheway veía la locura como una de ellas–, pero la gente la conocía por ser la kook a la que le faltaba un tornillo.
El sonido de la campanilla en la tienda de tablas de su padre la saco de su ensoñación y reventó el globo de goma de mascar que había formado separando los ojos aburridos de su manicura.
–¡Hola, Julie Juls!
La castaña quiso arrancarse los oídos ante el ridiculo apodo que años atrás JJ Maybank se había esforzado por inventar con la única razón de fastidiarla; algo muy típico viniendo del Pogue.
No era como si ella no estuviera acostumbrada a ignorar esas actitudes hostigosas, pero verlo en frente suyo le causaba unas inmensas ganas por golpearle la cara para así borrarle esa sonrisa burlona que siempre mantenía.
Venía también acompañando por John B, quien no le desagradaba pero tampoco conocía lo suficiente para agradarle. Los vió pasearse por la tienda en busca de quien sabe qué y suspiro aburrida dejando que su palma sostuviera su rostro pensando en el gran desastre que el huracán Agatha había formado.
Estuvo en la misma posición por lo menos quince minutos hasta que la voz del Pogue volvió a llamar su atención–. Habrá una fiesta en la playa, Julie Juls.
Ambos chicos se acercaron al mostrador con un leash negro que pretendían comprar. Jules los miró aburrida y escaneó con más intensidad a Maybank, causando que su sonrisa se extendiera mucho más.
–¿Y por qué debería importarme?– interrogó sin entusiasmo y se encargó de pasar el código de barras del objeto de surf en la caja registradora antes de recibir el dinero que le extendía John B.
–Pensamos que te agradaría la idea– contesto este último nombrado con una leve sonrisa.
A los pogues no les desagradaba completamente Jules Hatheway a pesar de ser una kook. Pensaban que era odiosa y que estaba loca, pero era mucho más tolerable que los otros niños ricos en Figure Eigth. Quizás porque su sentido del humor estaba podrido o porque ella realmente no pertenecía a ningún lado de la isla.
