Capítulo 9

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—¿Con qué Kazajistán? ¿Eh? —pregunté observando el paisaje boscoso que se formaba tras la ventana del auto

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—¿Con qué Kazajistán? ¿Eh? —pregunté observando el paisaje boscoso que se formaba tras la ventana del auto.

—Específicamente, a las afueras de la capital, allí se encuentra mi casa. Me asegure que nadie supiera en donde se encuentra, de hacerla imperceptibles ante los mapas o cualquier cosa que demuestre su existencia. —contestó sin sorprenderme ni un poco, después de todo, Cero era alguien bastante precavido.

—¿Y falta mucho para llegar? —pregunté ya desesperada de estar dentro del auto, fueron muy pocas las veces que nos detuvimos en el largo camino.

— ¿No nos está siguiendo nadie? —yo negué antes su pregunta. —En ese caso, ya llegamos. —aviso girando hacia la derecha adentrándonos al bosque.

Después de veinte minutos de camino por fin llegamos a la casa de Cero, la cual parecía una gran cabaña bastante moderna.

—Si quieres puedes entrar, yo bajare las maletas del auto. —dijo él apagando el auto, por lo tanto, no tarde en salir para comenzar a explorar el lugar.

Tal y como esperaba, era bastante espaciosa sin llegar a exagerar. Había un porche con varios asientos de donde podías ver el bosque agradablemente, al entrar te recibía una preciosa sala realmente acogedora equipada con un hermoso sofá gris, una televisión LED de aproximadamente cincuenta pulgadas y una chimenea.

Dicha sala estaba conectada con el comedor, que constaba de una mesa para ocho comensales. No muy lejos se encontraba una cocina de concepto abierto, con electrodomésticos modernos de los colores correctos para no desencajar con el lugar de tonalidades marrones y anaranjadas (Esto último gracias a las luces).

Volví a la sala en donde me percaté de las puertas francesas que daban al patio, y no solo a eso, sino que también a un pequeño lago que tenía algunos peces. Quería quedarme allí todo lo que quedaba del día, sin embargo, aún me faltaban cosas por ver en la casa, así que me di la vuelta con el fin de entrar nuevamente.

Comencé a revisar lo que había detrás de las puertas que se hallaban en el pasillo, tras estas pude encontrar un baño, un cuarto de invitados y una sala de juegos.

Esta era bastante grande, tenía varias cosas como una mesa de billar, una mesa de póker, otra de ajedrez y varias dianas de dardos. Pero lo que más me llamaba la atención era la barra, detrás de ella habían un montón de diversos licores que parecían ser bastante caros.

—Supongo que este es mi segundo lugar favorito. —susurré antes de salir de allí, dispuesta descubrir que había detrás de la última puerta que me quedaba por explorar.

Claramente era la habitación principal, cosa que me quedo aún más claro al ver nuestras maletas allí y a Cero recostado en la cama tapándose los ojos con el brazo derecho, al notar su respiración llena de tranquilidad me di cuenta de que estaba durmiendo. Por lo tanto, cerré la puerta detrás de mi con bastante cuidado para evitar hacer ruido, obviamente caminé de la misma manera mientras examinaba el cuarto.

Un complicado amor entre asesinos.Where stories live. Discover now