Moon's Child

Los licántropos no hablan.

6º Los licántropos no hablan.

Ciertamente este es un precepto que la mayoría de historias suelen mantener, jamás he visto hablar a licántropos ficticios más allá de unos gruñidos, pero algunas excepciones se le habrá ocurrido a algún demente, así que lo dejo bien claro: NO HABLAN. Y por no hablar no sólo me refiero a que no articulan palabras con su hocico, sino que tampoco son capaces de una comunicación telepática, como algunos representan, y ni siquiera son capaces de entender el lenguaje humano más que la capacidad de un perro. Así que si espera comunicarse con él, darle un gran discurso sentimental por alguna loca y ridícula razón, está perdiendo su tiempo y, de paso, su vida.

*

Vale, no le había escuchado hablar y tampoco habían tenido comunicación telepática, pero Steve juraría que el lobo ayer le entendió. Claro que tampoco le había dicho nada complicado, nada que no pudiera entender también un perro. Pero con el historial de fallos que tenía el libro, iba a asumir directamente que se había equivocado.

Steve se levantó de la cama. Tras haber comido pizza y terminado la película, el lobo se marchó de su casa y él subió a dormir tranquilo. Sí, un puto hombre lobo había estado en su sofá con él y tan tranquilo que estaba. Se aseó rápidamente, por si olía un poco a perro, y se vistió sin fijarse demasiado, no fuera a llegar tarde. Bajó las escaleras a saltos y tomó de desayuno el único trozo de pizza que había sobrevivido, y corrió hacia la puerta que daba a la cochera, subiendo al coche solo para descubrir que no arrancaba.

-Joder, joder, vamos, no me hagas esto

Pero el motor solo se ahogaba una y otra vez. Steve golpeó el volante con rabia y salió de la cochera, iba a llegar tarde. El autobús escolar no pasaba por su casa porque él tenía coche, y los buses de línea que iban cerca del instituto ya habían pasado, así que tendría que ir a pie o corriendo. Cerró la verja frontal y empezó a caminar hacia el colegio, pero a penas había logrado dar dos zancadas cuando el pitido de un coche le frenó, Steve giró el rostro viendo al Camaro acercarse a toda velocidad con su típico rugido y la música rock a todo volumen saliendo de él.

-¿Billy?

-Creo que la princesa necesita un carruaje

-¿Cómo...?

-Sube y luego hablamos, no perdamos tiempo

Steve corrió al otro lado del coche y subió al asiento del copiloto, la mochila de Billy no estaba en ningún lado, y su hermana tampoco.

-No me digas que...

-¿Que he ido al colegio, he dejado a Max, he guardado mi mochila en mi taquilla, y al ver que no llegabas he venido hasta aquí? Pues va a ser que sí

Steve rio suavemente.

-No sé que pensar de ti, ricitos

-¿Cómo?

-No sé si pensar que te gusto demasiado y eres un maldito romántico en el fondo, o solo querías escapar de clases y secuestrarme para actividades censurables

-¿Censurables? Mmmm creo que esa idea me gusta mucho más que solamente llevarte a tiempo

-¿No habías pensado en eso?

Billy rio divertido y relajado. A Steve le pareció la risa más hermosa del mundo y se veía aún más atractivo con ella.

-Me parece que el gran pervertido de los dos eres tú

-Entonces eres un romántico que quería salvar a la princesa

Billy le miró de soslayo sonriendo.