Ocultando el embarazo [MILO X CAMUS]

Celos en el tercer mes 😬😰

[Camus]

Me estaba abrazando, era lindo hasta cierto punto pero esto ya era el colmo. Una hora, una bendita hora había pasado desde que Milo empezó el abrazó, naturalmente yo no lo rechace por que sería muy malo rechazar a mi bichin cuando estaba más emocionado.

-Acaso no le dirás parasito al bebé?- intenté distraer para que me soltara, y funcionó.  -Depende- sonrió   -Depende de que?- pregunté confundido  -Si es varón le digo parasito, si es mujer le digo parasita- sonrió más amplio aún.
Por la tonada de su voz, diferente a la vez anterior pude notar que esta vez lo dijo en broma. Pero no! No iba a dejar que los llamará así.  -Y si lo llamamos manzana congelada?- opine   -No! Bueno... quizás. No, esta raro- reclamó   -Esta mejor que decirle parasito ¿no?- me crucé de brazos ya que desde hace unos segundos dejo de abrazarme.  -Ya, ya mi pequeño refrigerador con patas- tocó mi cabeza  -Que, que?-   -refrigerador con patas- río    -Así? Entonces tu eres un bicho, un animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho y rata de dos patas- quería reír por lo que dije, pero tenía que mantener mi postura sería para que suene más real.

-Gracias...- comentó y me mostró su lengua  -Tu empezaste- le apreté los cachetes, ay! Esos cachetes por todos los dioses! Me encantaba, podría comer sus cachetes a besos.

[Milo]

Estaba super felíz y no podría estar enojado con mi Camie, así que mi berrinche fue algo muy distinto a lo que yo en mi vida haría.
Él también actuaba muy diferente, era muy tierno y cariñoso. Jejeje... debo aprovechar que a veces se pone kawaii, si! No todas las veces lo hace.

-Puedo pasar?- pregunto una voz detrás de la puerta. -Debe ser Daniel- mencionó Camus -pasa!- contestó

Daniel... Daniel? Daniel... quien es Daniel? Oh oh, no. Si, ya se.

Mis sospechas eran ciertas, Daniel era el médico ese.

-Como esta mi paciente favorito?- lo tocó de la nuca mostrando una gran sonrisa   -Bien gracias- respondió con amabilidad  -Lograste convencer que te apoyará?-   -Si, así es... de hecho... recién se entera-    -Ah, ya veo- me miró -Entonces ten la seguridad que tu bebé estuvo en muy buenas manos los primeros dos meses, fui su otro padre- sonrió. Esa maldita sonrisa. -Que bueno que todavía no tenga memoria para recordar eso- comenté  -Milo- me miró con cara sería que parecía estar enojado -El me ayudó muy bien, me trata siempre con amabilidad y cariño. Creo que si es parte importante del desarrollo de nuestro hijo-   -Si claro, como no me avisaste- rodé los ojos   -Tu eras el causante! Tenías v...-   -Tranquilo querido, no emociones fuertes ¿recuerdas? Te traje esto, te pondrá de buen humor- le entrego una botella de yogurt.

Si Camus no estaría en ese estado, obviamente ya le hubiera partido la cara a ese maldito Daniel. Algo quiere, y no me daré por vencido.

-Camus... te gusta el yogurt?-    -Si- dijo bebiendo un poco  -Desde que tengo al bebé dentro, me gustan varias cosas que antes no- afirmo.  -Así es, a Camie le gusta los postres y algunas cosas dulces- sonrió -Debo irme, recuerda venir si presentas algún malestar y a tu consulta general de cada vez- salió de la habitación

-Creo que tengo mucho por enterarme- apoye mi cabeza en mis brazos -Algo más que puedas decirme?- trate de sonar lo más calmado posible pero por dentro moría de celos!

[...]

-Por cierto, lo había olvidado... tienes que pedirle disculpas a Louis-  -Quién?-  -El inocente niño al que quitaste su cometa- (papalote o como lo llamen) -Ahhhh- cierto, yo también lo había olvidado -Este... yo-

-No lo sé, tenemos que ir acabando esto- ordenó  -Ya... que remedio hay, iré-

Estos últimos días estuve ayudando en demasía a Camus, se podría decir que yo cargaba lo que él tenía que hacer. Por ningún motivo pondría en riesgo la vida de mis dos tesoros.

-Milo, quiero hablar con usted. Venga- llamó el patriarca  -Camus, ni se te ocurra levantar algo- dije antes de ir al llamado.
-Diga su esponjo... su es... ehhh lala la- casi meto la pata -Dígame-
-Se puede saber por que Camus no trabaja?-    -No! No es que no trabaja, si lo hace. Pero yo yo hago por él-   -Y se puede saber por que?-   -Pues... usted sabe-    -Saber que?-   -Aquí entre dos- me acerqué más para que no se escuchará -Se que en su floreciente juventud también gustaba de alguien... no le habría gustado que esa persona... que usted y yo sabemos quién es, haga lo mismo y haga méritos?-  el patriarca no dijo ni pío por los primeros treinta segundos, sabía que con eso lo podría parar. -Como sabes eso?!- reclamó en voz baja -Solo le puedo decir... soy el único que lo sabe-  -Bien, si haces el doble de trabajopor Camus... esta bien- se alejó

-Milo, que te dijo?- pregunto Camus cuando regresé -Nada, no hay problema alguno-   -Bien... eso espero-   -Créeme que si- reí

Quieren que les cuente como se ese secreto? Hey! yo se que sí. Por que soy el único el todo el santuario en saberlo... bueno, al menos eso espero yo.

Va! Les cuento.

Hace dos años atrás, era casi más de la media noche. No podia conciliar el sueño... quería preguntar al patriarca si podría ir a perfeccionar mis técnicas de nuevo a Islas Milo. No me sentía seguro de mi poder.
Estaba demasiado inquieto y decidí subir a la cámara del patriarca, pero en completo silencio me acerqué a la puerta. Estaba abierta y lo más raro era que se podían escuchar... sonidos muy comprometedores ahí.  Me acerqué lo más lento posible, mire por el hueco que había dejado en la puerta.
Y... así me quede traumado de por vida. Estaba solo, obvio. Pero no dejaba de pronunciar el nombre "Dohko" uy si! Aún se le paraba al patriarca y solo con ese nombre...

Y pues de ahí me enteré, así que puedo usarlo en mi favor.