Cuándo el cielo está llorando es porque un ángel llora la partida de un humano.

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—¿Papi? — lo llamé con la voz entrecortada. — No juegues así conmigo, ¿No ves que estoy sufriendo?, Por favor mírame, dime qué es una broma tuya. — expulse con dolor.

Él volteó y sus ojos estaban empapados.

—¿Por qué te fuiste hija? — lo escuché decir mientras tomaba asiendo en la banqueta.

Me acerque lentamente hasta quedar junto a él.

—Siempre quisimos estar contigo en cada momento importante, siempre estuvimos para ti, y ahora ya no más, nos abandonaste, nos arrebataron de tu lado. — suelta con rabia. —Ese infeliz sigue libre, la policía no ha dado con él—

¿De quién habla?

¿Qué está pasando?

¿De qué habla?

¿Qué me estoy perdiendo?

—Pero yo estoy aquí, ¿Es que no lo ves? ¡Estoy viva! Y feliz de poder verte, de poder estar más tiempo juntos, será todo igual, los cuatro contra el mundo entero.

Papá se levanta y camina a dónde estaba aquella joven, lo sigo viendo cómo aún me ignora. A pesar de que hace un par de segundos estuvimos hablando.

—¿Quién es usted? — preguntan al otro lado.

—Soy el padre de la chica— apenado el hombre lo deja pasar.

¿Tiene otra hija? ¿Por eso estaba llorando? ¿Por eso me evitaba?

Me acercó con mucha curiosidad hasta llegar el cadáver, papá levanta la sábana.

Siento un escalofrío recorrerme el cuerpo entero.

Su cabello es igual de oscuro que el mío. Baja con lentitud hasta el rostro.

Soy yo.

¿Cómo sucedió?

Esto debe ser una broma. Yo no puedo estar muerta. Acabo de hablar con él, no puede ver cierto.

—¡Papá! — lo llamó.

—¡PAPÁ! — le gritó.

—Contéstame, dime qué es una broma, que no es cierto, dime qué estoy viva—

Intento jalar de su brazo, pero no logro moverlo, corro hacia la gente esperando que me digan que es una jugarreta. Que están grabando todo para esos programas de mal gusto, pero no, no es así.

Si camine y la gente me empujo al caminar, pude sentir la brisa chocar en mi rostro, palpe cada parte de mi cara, estaba bien, levanté mi blusa sintiendo surcos sobre mi piel, me fijé lentamente en cada uno de los cortes que destacaban mi blanquecina piel.

Pase mis dedos sobre cada uno, sintiéndome cada vez más y más mareada. Me sentí perdida, cansada, frustrada, no recordaba nada.

¿Fui asesinada? ¿Por qué? 



Flores para mí.Where stories live. Discover now