One-Shot

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Ishigami Senku no siempre se llamó así, al menos no por el lado del apellido.

Él era huérfano, su padre lo adoptó cuando tenía unos siete años y desde entonces forjaron un gran lazo que lo hizo olvidar por completo toda su vida anterior a él ya que no le importaba en lo absoluto el pasado, ni una sola vez se preguntó quiénes eran sus verdaderos padres y estaba feliz con olvidar hasta el orfanato en el que se crió o... al menos la mayoría de esa vida anterior a ser adoptado por Ishigami Byakuya.

No es que el orfanato fuera un lugar horrible, simplemente era aburrido el 90% del tiempo excepto cuando... cuando estaba con cierta niña con la que llegó a entenderse de una forma extraña, a pesar de ser tan diferentes.

Su nombre era Kohaku, una niñita de la misma edad que él pero que era prácticamente su opuesto en todo. Mientras que él siempre fue absurdamente débil, ella siempre fue absurdamente fuerte y rápida. Mientras a él le encantaba estudiar y se interesó rápidamente en la ciencia, ella despreciaba tener que hacer tarea y constantemente se quejaba de la escuela. Y mientras que él nunca se interesó por su pasado o de dónde venía, ella siempre se preguntó por qué no tenía una familia. Los dos eran muy diferentes, y de alguna forma terminaron convirtiéndose en amigos a pesar de todo, cuando ella lo defendió de unos brabucones que intentaron arruinar su proyecto de ciencias hecho con chatarra para la escuela.

-¿Estás bien, niño?- le preguntó en esa ocasión luego de ahuyentar a los niños mucho mayores que ellos.

-Vamos al mismo orfanato, idiota. ¿Qué no sabes mi nombre? Eres bastante tonta para ser una leona.- sonrió irónicamente mientras juntaba los restos de la radio que había hecho a partir de celulares y un par de aparatos electrónicos rotos y viejos que encontró en el basurero de la ciudad.

-¡No me llames leona! Además, sé quién eres ¡solo que nunca nos presentamos! ¿Me vas a decir tu nombre o no?-

-Mi nombre es Senku.- contestó con calma. –Y ya sé que te llamas Kohaku, eres la niña que siempre se escapa al bosque.-

-Y tú eres el niño que colecciona basura.- le sacó la lengua.

-¡No es basura! ¡Son piezas claves para mis experimentos!- eso lo ofendió un poco.

-¿Experimentos?- la irritación en sus ojos azules se convirtió en curiosidad.

-La escuela tendrá una feria de ciencias, así que pensé en presentar mi proyecto.- frotó su oído perezosamente. –Pero creo que no llegaré a hacerlo después de todo... rompieron varias piezas claves de la radio y la feria es el próximo mes así que... nada que hacer.- encogió los hombros, sin entristecerse ni frustrarse demasiado. Siempre habría otra oportunidad, solo tenía que esperar por ella.

-¿Radio? ¿Ese montón de tubos y cables es una radio?-

-Es una radio galena, y es absurdamente sencilla de construir si tienes los materiales necesarios, y los tengo, pero esos idiotas arruinaron un par de piezas claves.- observó con una mueca la antena hecha pedazos al igual que el condensador variable. La antena sería fácil de reemplazar pero era con el condensador que estaba jodido. –Gracias por intervenir, sin embargo. Supongo que puedo usar lo que queda para intentar otra cosa sí es que el próximo año hay otra feria de ciencias.-

-¿Te rindes tan fácil?- lo miró con desagrado.

-No es que me rinda, simplemente no me gusta perder el tiempo en cosas sin sentidos. Las probabilidades de que encuentre otra radio AM antigua de 365pF con su condensador intacto en el basurero son de 0,1% sin duda alguna. No tiene caso.- encogió los hombros una vez más.

-Incluso si la posibilidad es de un 0,1% yo creo que deberías intentarlo.- se cruzó de brazos, alzando su barbilla tercamente. -¿Estas cosas de ciencia son importantes para ti, no? ¡Entonces no puedes darte por vencido tan fácilmente! Porque para ser tan listo, eso es muy estúpido.- se acercó para señalarlo acusadoramente, presionando la yema de su dedo índice contra la punta de su nariz.

Sin SupervisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora