EPÍLOGO

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Las aves se posaron sobre la fría coraza de negro metal del acorazado comenzando a inundar con su canto aquellos oscuros y siniestros rincones. Mientras lejos en el horizonte, el sol comenzaba lentamente el ascenso y el enorme acorazado resaltaba imponente sobre las aguas del mar de Marandur. A la distancia los soldados parecieron reconocer en el canto de las aves que la batalla había sido evitada, fue así que Gander y su gente se habían colocado de rodillas ante Marcus, Martha y el ejército Troll y más allá, al interior del bosque de Hufflenir, en medio del palacio de Trollhaund, Fingus abría sus ojos.

− ¡Fingus, despertaste! - el joven vio a la sabia de Eón mirándolo con ojos de emoción - Me alegro tanto que lo hayas logrado...-

− ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? -

− Estamos en Trollhaund, la ciudad de los Trolls - escuchó la voz del orfebre al otro lado de la cama - pero no hay tiempo para explicarte todo...-

− ¡Aliya! ¡Bezalel! ¡Rápido, no hay tiempo! - una voz para Fingus desconocida gritó en la cercanía.-

− Debemos irnos, si no nos vamos ahora no alcanzaremos a irnos antes de que llegue el rey.-

− ¿El Rey? Pero, esperen, ¿dónde van? -

− Vamos a buscar las otras Piedras Extravagantes.-

Ambos le dieron un abrazo a su compañero y salieron del hospital. Aliya sintió como el entusiasmo se apoderaba de ella, la aventura más grande de su vida recién estaba comenzando y desde que había entrado a esa taberna todo se había acelerado de manera exorbitante. Tomó sus cosas y asintió a la mujer de cabellos largos, lisos y canosos que los miraba con gesto apremiante.

− ¡Esperen! - les gritó el joven guerrero a sus espaldas - Déjenme ir con ustedes.

Martha fue una de las primeras en volver al bosque. Había sido una noche intensa, como hacía mucho no vivía una. "Desde que participaba en las batallas, ¡qué buenos tiempos!", pensó mientras acariciaba la nostalgia. No pudo evitar recordar el rostro de aquel blanco joven que había llegado a Villa Salmón hacía unos años, el sobrino de uno de sus mejores amigos, la víctima de los arrebatos de su hijo, el infeliz que los había traicionado, el héroe que los había salvado de la tragedia. "Solo los sabios que escriban tu historia tendrán el derecho de juzgarte, las emociones jamás me permitirán hacerte un juicio justo", pensó suspirando.

El Troll la ayudó a bajarse y la guió hacia el palacio de Trollhaund, donde le habían dicho que estaba el hospital. Antes de irse a descansar quería ver cómo estaba su hijo.

− ¿Ser usted Señora Martha? - preguntó uno de los guardias de la entrada

Ella asintió. Al instante, el mismo Troll le pasó un sobre con elegantes bordes dorados. Ella lo abrió de inmediato al reconocer el sobre de Eón. Leyó en silencio la hermosa caligrafía de la carta y no pudo evitar que se le apretara el pecho.

"Querida Martha,

Esperamos que todo haya salido bien en la batalla, al saber que tú y Marcus los lideraban estamos seguros de que fue así.

Nos hubiese encantado despedirnos en persona, pero debemos escapar de los Trolls de inmediato, pues ahora sabemos secretos que ellos han procurado mantener dentro de sus dominios por décadas.

Hay tantas cosas que queremos contarles, tantos misterios que hemos resuelto y tantas preguntas que podemos ahora responder. Pero entregarles tal información por medio de esta carta sólo los pondría en peligro, así que es mejor que lo conversemos en persona.

Lo que sí puedo decirte, es que tenías razón, Martha, yo era de más utilidad aquí. La misión que nos asignaste fue todo un éxito. Dentro del palacio hemos encontrado a Marie Eón, también llamada Lapislázuli Verde, diosa de la sabiduría y de la ambición. Junto a ella iremos en busca de otras Piedras Extravagantes, esperamos poder conseguir varias antes que podamos reunirnos nuevamente con ustedes.

Fingus está bien, vino con nosotros. No te preocupes, Marie es una médica experimentada y una gran hechicera (igual que tú), puedes confiar en que cuidaremos bien a tu hijo. También vino con nosotros Clamir, una jovencita de Villa Salmón.

Me gustaría explicarte todo, pero no tengo tiempo para relatar más. No podemos decirles nuestro destino y creemos que no deben seguirnos tampoco, la prioridad para ustedes ahora debe ser reconstruir Villa Salmón.

Nos vemos bajo la séptima luna llena, en la ciudad donde las aves de diamante lloraron fuego.

Un abrazo,

Aliya Vardaverde"

La Saga de las Piedras Extravagantes I - Cuarzo GrisWhere stories live. Discover now