(One Shot)

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Me desperté como siempre y comencé mi rutina diaria. Aún recuerdo claramente cómo, hace un año, Daozangh se fue, dejándome con un gran vacío en el corazón. Durante todo este tiempo, he vivido con el pesar de no haberle dicho la verdad. Sigo recordando las palabras que me dijo, que las cosas podrían haber sido diferentes si le hubiera contado la verdad.

-"¿En serio? ¿Fui solo un juguete para ti?" -gritó Xiao con lágrimas en los ojos. Me quedé sin palabras, sin saber qué decir. Mi sonrisa desapareció al instante, y mi corazón se llenó de dolor. Me pregunté por qué me dolía tanto y qué sentimiento era ese.

Intenté pronunciar el nombre de Daozangh, pero fui interrumpido por Xiao.

-"No... No me llames así" -me gritó al borde de las lágrimas. Se levantó de donde estaba arrodillado y pasó junto a mí y Song Lang, quien tenía una sonrisa arrogante en su rostro, tratando de mostrar que había ganado.

En ese momento, Song Lang se acercó a Xiao XingChen para decir algo.

-"Por favor, ninguno de los dos me siga" -nos pidió Xiao, apartándose de Song Lang antes de salir de la ciudad.

Solo pude gritar "Lo siento" a todo pulmón, esperando que me escuchara, pero no fue así. Me arrodillé llorando, viendo cómo se alejaba con sus túnicas blancas y una espada en la espalda.

Todos los días, ese momento tan importante para mí vuelve a mi mente.

Sigo viviendo en la ciudad no tenía donde ir me quedé en la misma casa donde nos quedábamos. Ahora salgo a casas nocturnas para poder vivir en esta miseria.
Pero hay otra razón por la cual todavía sigo aquí: espero que algún día Daozhang regrese para que pueda arrepentirme y rogarle por su perdón. Sin embargo, sé que no me lo merezco, he causado mucho daño. Aun así, sueño con ese momento, aunque sé que es algo imposible.

Han pasado ya tres años desde que me arrepiento de todo. Un día, salí de cacería, hice mi trabajo y gané dinero como siempre. Cuando regresé a la ciudad, vi que el fuego estaba encendido en el lugar donde solía quedarme. Agarré mi espada y entré en silencio, esperando ver quién estaba allí. Decidí revisar la casa, pero no encontré a nadie.

Me quedé esperando a que la persona pasara junto a mí, hasta que finalmente lo hizo. En un rápido reflejo, le puse mi espada en el cuello.

-¿Quién eres? -pregunté curioso, sin verlo. Solo escuché una risita suave. No podía creerlo, era mi hermoso Xiao XingChen.

Bajé rápidamente la espada.

-Dao... Daozhang, ¿eres tú? -Pregunté tartamudeando, con lágrimas en los ojos.

-Hola, Xue Yang -me dijo, volteándose para que pudiera ver la desagradable cinta que llevaba en sus hermosos ojos.

-Ha pasado mucho tiempo, ¿no? -me dijo mientras se sentaba en el comedor.

--Bien, ¿y tú? -respondí con cierta timidez, tratando de contener la emoción que sentía al verlo.

-De igual manera, bien -me respondió, con una sonrisa que se me había quedado grabada en la mente y el corazón.

Nos quedamos en un incómodo silencio por un momento, hasta que intenté preguntarle: "¿Qué haces aquí?".

-¿Quieres cenar? -me interrumpió, rompiendo el silencio y dejándome con las palabras atrapadas en la boca.

-Claro, está bien -respondí nervioso, mientras me sentaba frente a él.

Era una pequeña mesa para dos personas, y Daozhang se veía tan hermoso como siempre. En ese momento, se levantó y fue a la cocina para regresar con una olla de caldo. Observé que parecía tambalearse, así que decidí ofrecerle mi ayuda.

𝘚𝘪𝘯 𝘍𝘰𝘳𝘨𝘪𝘷𝘪𝘯𝘨  - 𝘖𝘕𝘌 𝘚𝘏𝘖𝘛-Where stories live. Discover now