0.01: Noticias del 2255

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NARRA SEIRA MOON:

Hola, me presento, soy Seira Moon la líder de los chicos de la tercera fase y la única que queda de mi especie. Vivo en el año 2255. El Dorado Demon destruyó todo lo que teníamos y eso incluye a nosotros mismos.

Los chicos de la tercera fase somos unos chavales 100 veces peor que los de la segunda fase, y obviamente mucho mejores.

Un día hartos de todo decidimos revelarnos y conquistar el mundo entero. Habíamos conseguido territorio en Japón, China, EE.UU y parte de Alemania, pero un día, de la nada, todos íbamos muriendo, extinguiéndonos y todo era a causa del antídoto que China y Japón consiguieron.

Quedamos unas cuantas personas únicamente en Inazuma Japón. Eran mis únicos amigos, hasta que el Dorado Demon, en una noche de luna llena, mataron a los que quedaban, menos a mí. Su peor enemiga... ¿Por qué? Ya lo sabréis muy pronto...

Aunque desde ese día, una venganza en mi interior creció.

[...]

Estaba en casa, exactamente en mi habitación y era la hora de la comida, así que bajé, sin no antes ponerme el colgante tan preciado para mí, donde estaban mis padres. Los únicos en los que puedo confíar. Ya que mi demás familia se desentendieron de todo después de que se enterasen de que era una chica de la tercera fase. A excepcion de mis abuelos, ya alejados de mí, por su propio bien y mis padres, que siguieron cuidándome a pesar de todos los rumores y más cosas que estaban sucediendo. Mis abuelos, no los veía desde que tenía cuatro años de edad.

Antes de que empezaramos a comer, mis padres de la nada, me dijeron extraños y mirándose el uno al otro, que se iban a comprar regalos para mi cumpleaños

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Antes de que empezaramos a comer, mis padres de la nada, me dijeron extraños y mirándose el uno al otro, que se iban a comprar regalos para mi cumpleaños. Me puse muy contenta ya que hacía mucho que no celebraba el día que nací, ya que supuestamente fui un error, pero sabía que ese día iba a ser diferente. No sabía que iba a suceder, pero, estaba segura que de iba a pasar muchas cosas.

Tras una charla se fueron dejándome sola en aquella sala junto con la cena que se encontraba aún el microondas únicamente para ser calentado, y una tarta en medio de la mesa de sabor crema y chocolate.

Poco después de que se fueran, me asomé por la ventana para despedirme de ellos, contenta esperando su regreso, cuando vi como mis padres se estrellaron contra un camión. Me quedé inmóvil, analizando lo que estaba pasando.

Un maldito camión ha atropellado a mis padres, a mis queridos padres. Pero, ¿Por qué sentía que todo era planeado? por qué sentía que todo estaba pasando por algo?

Tras varios segundos reaccioné y bajé corriendo las escaleras para encontrarme con ellos. Llegué donde estaban mis padres tumbados en el suelo con mucha sangre esparcida a su alrededor.

Mi madre murió en el acto, y mi padre, a punto de morirse, me dijo que me acercara más y así hice.
Pensé que me diría una cosa importante, pero lo qué me dijo fue: "que me tomase la cena pasase lo que pasase."

No me lo podía creer, ¿era una broma, o qué? Me levanté aturdida y asentí sin reproche alguno. Iba a cumplir su último deseo, así que después de llamar a la ambulancia, apresurada y agitada subo de nuevo a casa, para que no me vieran ya que tal vez pensasen que fui yo, y me resbalé al lado de la puerta para acabar en el suelo. Ahí empecé a llorar.

Llegué a casa lo más rápido posible, para olvidarme aunque fuera un poco de lo sucedido. Me sequé bruscamente las lágrimas y me dirigí a la cocina y como le dije a mi padre, me tomé la cena. Al terminar empecé a sentirme mal y a darme todo vueltas, cuando de repente no sentí las piernas y caí desplomada en la cocina, por un ataque al corazón.

"¿Porque mis padres hicieron esto?... ¿Tanto me odiaban?..."

[...]

Al despertarme seguía en el suelo de la cocina. Estaba todavía un poco mareada y triste por haber averiguado que mis padres desde un principio lo tenían todo planeado, para conseguir matarme, destruirme y librarse de mi. No se como pude ser tan tonta en confiar en ellos,  y menos cuando el Dorado Demon controlaban a todos, para que a toda costa nos exterminaran.

"No volveré a confiar en nadie."

Me senté en el sillón frustrada y empecé a ver la tele. Estaban echando el telediario y como no había nada interesante lo dejé. Poco después dijeron el día y el año en el que estábamos y me quedé de piedra cuando lo escuché.
¡¡Viajé al pasado, 55 años atrás donde los chicos de la segunda fase existían!! ¡Estaba en el año 2200!

Los chicos de la segunda fase eran seres inferiores a nosotros, pero nuestros antepasados. Ellos también tenían habilidades, cómo controlar la mente, y un cerebro super desarrollado, pero nunca llegarían a superarnos.

El medidor de vida —aquella máquina redonda que apareció de la nada en el prado—, empezó a vibrar. Como tenía curiosidad lo abrí.

Cuando lo abrí decía que me quedaban pocos años de vida, aunque fuera joven. Lo típico que siempre decía.

El medidor de vida, es un artefacto que me regaló mi padre cuando era pequeña, para poder controlar mi problema de corazón, y además tenía todos mis datos; al igual que las noticias de este tiempo. Vamos, era como un móvil moderno, pero que controla mi enfermedad.

"Se busca una chica que ha destruido dos ciudades con sus poderes de los chicos de la tercera fase, con paradero desconocido."

Pusieron una foto de la chica y era..., yo exactamente yo, la misma ropa, mismo pelo, mismo colgante y pulsera...

"Si yo estuve en coma por el ataque de corazón, o eso creo... Aunque soy la única que queda de mi generación..."

De repente me vienen imágenes de esos actos aterradores, y por que los hice. Fue porque mataron a mis abuelos, mi única familia que me quedaba y únicamente por querer ayudarme, ayudar a los CTF —chicos de la tercera fase.— Al parecer después vine a esta época ya que me perseguían...

Malditos sean.

[...]

 

Aunque hace dos años cambiase mi aspecto, de una chica de pelo verde a una chica de pelo marrón anaranjado, y ojos naranjas, nada servía contra el Dorado Demon, ellos me tenían vigilada a todas horas y en cualquier lugar. Nada sirve contra ellos..., aunque la única manera para ser libre es suicidarme,  ¿pero para que sirve? A pesar de mis penurias, seguiré luchando, luchando por lo que creo y creí, por aquellas personas que confiaron en mí y me hicieron prometer venganza.
Pase lo que pase lucharé, pero todo sea por mis camaradas muertos y asesinados delante mía...

Tercera Fase (Inazuma Eleven CS)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon