quattuor

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Samuel pellizco levemente su cien, claramente frustrado. Desde su escena con los albinos hace días atrás, no le dirijan la palabra. Solo miradas, llenas de vergüenza y algo más que no lograba descifrar.

—Joder, es que soy tontito. —Hablo consigo mismo mientras cubría su rostro con sus manos, frustrado.

Las gradas ese día, se encontraban peculiarmente llenas. Haciendo que aquello albinos buscarán otro lugar para refugiarse de aquella gente molesta que irrumpia lo fogoso besos que solían compartir a esa hora del día.

Rubén, pasaba sus manos nerviosas por la espalda de más bajo, levantando levemente su camiseta y dejando mordidas en su cuello levemente descubierto mientras de vez en cuando pellizcaba sus pezones al sentir el roce de aquel trasero en su miembro.

Gruñidos, gemidos y suspiros se escuchaban en los vacíos baños del último piso del edificio de tres plantas. Donde aquellos albinos disfrutaban del roce de sus cuerpos imaginando un par de manos extras junto a los húmedos besos que desearían que se volvieran a repetir.

Guillermo desde el "pequeño incidente" con Samuel, no dejaba de pensar en él. En sus labios chocando con los suyos y como su lengua recorrió su cavidad bucal sin ningún tipo de asco o arrepentimiento. Rubén tampoco se quedaba atrás, recordando como sus fuertes manos lo tomaban del cabello para obligarle a abrir su boca para darle paso a aquella lengua que jugueteo con la suya días atrás.

Ambos sabían y necesitaban de más. Querían a Samuel tocando con deseo sus frías y blancas pieles que no dejaban de tiritar bajo el contacto que ellos mismos ejercían para calmar aquel placer que creció dentro de los baños de la escuela.

Sus suspiros no cesaban, se intensificaban. La boca de Rubén se había adueñado del miembro de Guillermo que no dejaba de gemir por lo bajo el nombre de su contrario, logrando una incomoda y potente erección que necesitaba ser atendida pronto. Los suspiros y los gemidos se intensificaban, miradas lujuriosas y juguetonas manos que recorrían el cuerpo ajeno.

Guillermo tenía a Rubén aprisionado en su parte baja, donde el ojiambar succionaba a su antojo el miembro del más bajo haciéndole sentir aquella corriente eléctrica por toda su espina dorsal. El pre-semen se hacía presente en la boca de Rubén, mientras el oji verde mordía su labio inferior para evitar soltar un obsceno gemido más alto de lo que debería, imagen que deleitaba al más alto por lo sensual que se veía su pareja en este mismo instante.

El más bajo no lo soportaba más, sentía lágrimas de placer recorrer sus mejillas mientras ese hormigueo crecía en su vientre. Sus manos temblaban entre los cabellos de Rubén apretando lo y dándole sabes tirones a causa del placer, mientras que por inercia sus piernas se cerraban cosa que el oji ambar corregía de inmediato para seguir dándole la atención merecida al miembro de su chico.

Los gemidos claramente se intensificaron, Guillermo no podía callar su sucia boca que más de una vez soltó palabrotas o un "Rubén, hazlo más rápido porfavor" haciendo que el más alto se cautivara por la sumisa voz que su boca soltaba. Rubén no perdió más el tiempo, Quito el miembro de su boca tomando a Guillermo para colocarlo con lujuria en cuatro contra la pared del pequeño cubículo.

Su mano se posicionó en el mentón del más bajo, metiendo hambriento sus dedos dentro de su boca. Haciendo que Guillermo los lamiera con hambre, sus piernas temblaban al sentir el miembro de Rubén rozar contra su desnuda entrada, que era atendida por la mano libre del más alto mientras besaba, succionaba y mordía su cuello a su antojo.

El ambiente era puro placer, el aroma de cada uno mezclándose mientras sus cuerpos se rozaban con necesidad de calor.

Rubén quito su mano de la boca del más bajo para dirijirla a su entrada, masajeando aquel pequeño agujero que quería destrozar con duras embestidas. Pero no quería dañarle, tenía que prepararle primero, si no recibiría una fuerte paliza por parte de Guillermo.

Un dedo entró, haciendo chillar a Guillermo por lo bajo mientras apretaba sus puños. Los obscenos sonidos se intensificaban a medida que Rubén fingía embestidas y jugaba con el a su antojo. Otro dedo entró, haciendo que la mente de Guillermo no pensara en otra cosa más que el placer que su novio le estaba haciendo sentir en este momento, aquel movimiento de simular tijeras lo estaba volviendo loco y Rubén lo notaba. Sonriente introdujo el tercer dedo, logrando sacar un precioso gemido agudo de la boca de Guillermo que no dejaba de temblar de placer.

Las "embestidas" comenzaron nuevamente, haciendo que el más bajo perdiera la cabeza totalmente, ya no le importaba que sus gemidos se oyeran por todo el lugar. Solo se preocupaba de sentir aquella ola de placer que el más alto le estaba regalando en estos minutos. Sus gemidos y palabrotas se mezclaban en aquel pequeño espacio, habían roces, caricias y mordidas.

El control se había esfumado, el interior estaba vacío pero duró apenas unos segundos. Rubén hambriento introdujo su miembro con cuidado para no lastimarlo, haciendo que Guillermo soltara maldiciones y altos gemidos mientras mordía su labio inferior encendiendo más la llama al interior del más alto.

Aquel vaivén había comenzado lento, con cuidado e incluso con amor. Pero a medida que Guillermo se acostumbraba al intruso en su interior aquellas embestidas pasaron a un plano más duro y salvaje. Donde sus caderas chocaban con fuerza mientras las manos de Rubén lo sostenían por la cintura para intensificar aquel vaivén que lo estaba volviendo loco, hasta que oyó aquel grito desesperado por parte de Guillermo. Había tocado aquel dulce punto que sabía que volvía loco al más bajo, Sonrió y con la exitacion a flor de piel chocó su miembro contra ese punto con fuerza, sacando fuertes gemidos y maldiciones. Rubén posó sus labios sobré los de Guillermo, besandolo con hambre, introduciendo su lengua, jugueteando con ella mientras sus embestidas se hacían más rápidas.

—Joder... —Grito Guillermo separando su boca de la de Rubén— V-Voy a acabar... ¡R-Rub!

Grito cuando el más alto colocó sus manos en su duro miembro, masturbandolo segundos antes de acabar.

Rubén coloco su frente contra la espalda de Guillermo cuando sintió el semen en su mano, para después de un par de embestidas más hundiera su miembro lo más dentro posible de su novio manchando su interior, escuchando el delicioso grito de placer que soltaba. Sus respiraciones agitadas y sus manos entrelazadas contra la muralla del cubículo del baño, se besaron, con cariño.

Pero ninguno tomó en cuenta, que en el cubículo del lado, se encontraba un jadeante Samuel. Con su mano empapada de su propio semen al escuchar el erotico espectáculo.

Holi! Wacha alcohólica reportándose ;;

Como están? Soy pésima escribiendo este tipo de cosas jddj, pero espero que les gustara.

Que tengan una buena noche! Si hay faltas de ortografía lo siento T-T

LittleRainbow

ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ | ʀᴜᴡɪɢᴇᴛᴛᴀ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora