Capítulo 10

11.7K 1.5K 1.6K
                                    

Cuando apenas habían entrado cada uno a sus salones su plan comenzó.

Kageyama se aseguró que los tres estuvieran ahí y mientras fingía desinterés por las miradas que recibía de cada uno de ellos, Hinata estaba empezando con su farsa del dolor de estómago.

—Sensei...me duele el estómago—dijo mientras se retorcía en su lugar, los demás lo veían atentos esperando a ver lo que pasaría, algunos hacían apuestas para ver si vomitaría ahí mismo.

—Ve al baño, no te tardes mucho, si sigues con dolor te enviaré con la enfermera— dijo para luego volverse y continuar con la clase que aguardaba para ver lo que haría el más bajo, Hinata solamente salió del aula y caminó lentamente frente al salón de Kageyama y los tres matones que lo seguían.

Kageyama observó a través de la ventana al ver algo de color naranja pasar frente al salón, definitivamente era Hinata, ya comenzó, al parecer Ryuichi, Satoshi y Takumi también se dieron cuenta de lo que acababa de pasar por lo que no tomó mucho tiempo para que, uno por uno, fueran pidiendo permiso para ir al baño.

Kageyama estuvo atento a su comunicador esperando alguna señal de Hinata, pero esta no llegaba y comenzaba a impacientarse, hasta que, por fin, una luz roja había comenzado a aparecer de manera intermitente en el comunicador. No dudó y pidió permiso para ir al baño y salir a toda prisa.

Cuando estaba a punto de entrar pudo escuchar como unas risas salían del baño y había otro sonido...choques eléctricos, no había duda, eran ellos, Kageyama sacó una de sus armas de su faja y quitó el seguro y entró a toda prisa dando un portazo, que hizo que cuatro pares de ojos se posaran en él.

Hinata se encontraba cerca de la pared sosteniendo el bolígrafo que el más alto le había dado antes de entrar a clases esa misma mañana, los tres matones que tenían a Hinata acorralado sostenían en sus manos cada uno un aparato de descargas no letales, seguramente para hacer el mínimo daño a su presa.

Cuando los tres chicos vieron el arma de Kageyama abrieron sus ojos de par en par y soltaron las suyas, automáticamente comenzaron a temblar y Satoshi soltó un par de lágrimas mientras levantaban las manos en señal de piedad.

Hinata no pudo contener la risa al ver como los tres comenzaban a sollozar en dirección al más alto, ver cómo las personas que lo habían molestado desde que inició la preparatoria de rodillas frente a su guardaespaldas era muy gracioso.

Kageyama lo único que podía pensar era que, si habían soltado el aparato al verlo entrar con un arma era porque no formaban parte del Aoba Johsai, o podría ser una trampa, pero en su mente muy en el fondo no dejaba de resonar el pensamiento de los ridículos que se veían en esa posición, además de la estruendosa risa de Hinata, era música para sus oídos.

Aunque hubieran soltado sus armas siguió apuntandoles con la suya en caso de que hicieran algún movimiento sospechoso, mientras más se acercaba los tres chicos más lloriqueaban, el más alto miró a Hinata cerciorándose que estuviera bien, aunque, su risa lo decía todo.

Después de unos momentos Kageyama regresó el arma a su lugar.

—No voy a hacerles daño, si me dicen quien les dio esas armas— mientras que el más alto hablaba los tres comenzaron a relajarse, Kageyama se colocó en cuclillas y quedó frente a Satoshi quien intentó retroceder por  el miedo, pero los cuerpos de los otros no le permitieron hacerlo, todos estaban asustados, Ryuichi y Takumi temblaban de pies a cabeza mientras que Satoshi se encontraba pálido y apenas respiraba.

—Un chico...—dijo Ryuichi bajo la atenta mirada de Kageyama, quien intensificó la mirada, lo que hizo que el chico temblara sin dejar de hablar— nos esperaba después de la escuela...nos dijo...nos dijo que... debíamos llevarle al enano...—cuando pronunció la última palabra Kageyama dirigió rápidamente una mano a su hombro y le dio un leve apretón, dándole una advertencia silenciosa, el chico parecía al borde de una ataque cardíaco, pero entendió a qué se refería de inmediato, así que se apresuró a cambiar sus palabras—a Hinata... que querían hacer una broma o algo así.

Guardaespaldas (Kagehina)Where stories live. Discover now