Cap 15

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Hablas como si me amaras y al otro día me hablas como a una extraña...no quiero arruinar lo que ya tenemos porque yo si te quiero...pero me estas ilusionando y se que saldré lastimada como siempre.

Ya estaba lista, eran como las seis y media de la tarde, si me preguntaban que estuve haciendo en todo el día, fue pensar en Dazai.

Literalmente ese castaño no se salía de mi mente, y eso que lo había conocido hace como un mes aproximadamente. Era, como decirlo, demasiado intrigante.

No sabía que tenía en su mente, seguramente lo más probable es que siempre este pensando alguna forma de suicidarse, pero, como se podría saber. Era un misterio, un misterio demasiado tentador diría yo.

Salgo de mis pensamientos cuando escucho la puerta principal del apartamento siendo tocada. Me levanto del sofá y me dirijo a la puerta. La abro y me encuentro con el castaño.

Se encontraba un poco más arreglado,  su venda que siempre se encontraba en su mejilla, ya no estaba, lo que me dejaba ver más su rostro. Su garbadina negra la llevaba bien puesta y estaba un poco peinado, como si se ubiese peinado con lo dedos apuradamente antes de tocar.

-- H-hola-- salude tímidamente a lo cual sonrió.

-- Oh Bella dama, por favor acepté este ramo de flores de este humilde hombre-- dijo mientras de su espalda sacaba un ramo con rosas blancas. Las cuales agarré con timidez.

-- D-Dazai-san...no era necesario-- le hable, este hombre va a darme un paro cardíaco, es demasiado....perfecto.

-- Claro que es necesario, no estuve el día de tu cumple-- hizo un puchero lamentándose-- además, estamos solos sin formalidades, llamame por mi nombre.

-- D-de acuerdo Da.....-- me interrumpi a mi misma-- Osamu.

-- Bien, bella dama-- extiende su brazo, una vez que deje las rosas dentro del departamento-- ¿Nos podemos ir ahora?

-- C-claro.

No me había percatado que en el pasillo del edificio donde se encontraba mi departamento, estaban mis vecinas, las cuales estaban sonrojada por el comportamiento del castaño. Algunas suspiraban Y se encargaban en la pared viéndolo, otras susurraba que tenía suerte.

Lo agarré del brazo y él con una sonrisa me empezó a dirigir hacia el ascensor donde bajamos hasta salir del edificio.

Caminamos por un largo rato hasta llegar a lo que parecía una feria, nos subimos a varios juegos, era raro, estaba conociendo una nueva faceta de él. Además de que sus sonrisas notaba que eran sinceras, no como las que hace casi siempre.

Íbamos comiendo helado mientras hablábamos de diferentes temas.

-- ¿Tienes algún amigo?-- le pregunté a lo cual río un poco.

-- No...bueno si... son dos, uno se llama Ango y el otro Oda-- Me contestó con una sonrisa--pero...tambien....estas tú-- giro su rostro para mirarme con una sonrisa.

-- ¿Encerio?-- pregunté incrédula, era la primera vez que alguien me consideraba su amiga

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-- ¿Encerio?-- pregunté incrédula, era la primera vez que alguien me consideraba su amiga.

-- Si, eres muy divertida, intrigante y....hermosa-- costero parando un poco antes de decir la última palabra como pensando si decirla o no.

-- Es..la primera vez...que me consideran ser una amiga-- digo con la cabeza baja. Quería llorar de alegría, sentía que mi corazón saldría de mi pecho en cualquier momento.

-- Quiero mostrarte algo-- dijo tirando nuestros helados a un cesto de basura para luego tomar mi mano-- No te sueltes-- me susurró a lo cual asenti.

Empezamos a correr a una dirección que no conocía, mientras se reía por la reacción de las personas que nos veían, tranquilamente era como si fuéramos dos jóvenes enamorados escapando. 

Se podía escuchar la perfecta mezcla de nuestras risas, corrimos en medio de las calles vacía de autos, las luces de los edificios eran bajas, por lo cual se podían apreciar las estrellas acompañadas por la luna.

Cada vez nos alejabamos más de la ciudad, para empezar a correr en direcciones y caminos totalmente desconocidos para mi.

Llegamos a lo que era un puente que daba vista al mar, las estrellas en el cielo se veían impecables, sólo la luz de la luna nos iluminaba.

La ciudad se veía lejos, no se cuanto habríamos corrido, pero no me había cansado para nada. Nos sentamos en una banco que allí se encontraba.

Estábamos uno al lado del otro apreciando la tranquilidad y la perfecta vista, faltaban aproximadamente unos cinco minutos para que marque las doce.

Una mano rosando la mía me quito de mis pensamientos para dirigir mi mirada a Dazai quien seguía viendo el paisaje.

-- Feliz cumpleaños-- Me dijo, para luego girarse a mi dirección con una pequeña caja en su otra mano.

Me la entrego para que la abriera, al hacerlo pude ver un hermoso collar de oro, tenía forma de corazón junto con una rosa grabado en su exterior. (multimedia)

-- D-Dazai,...esto es...hermoso...no debiste-- quería llorar, eran demasiadas emociones en mi cuerpo, querían escapar una por una.

-- Permíteme-- tomo el collar para luego hacerme dar media vuelta y así ponermelo.

-- Gracias.

Nuestras miradas estaban conectadas, no me había dado cuenta en que momento nos habíamos parado y acercado al borde del puente, apoyados en la barandilla.

Lo analizaba, cada parte de su rostro perfecto aún con vendas, de cualquier ángulo que mirases a este hombre, encontrabas algo hermoso.

Desde su ojos marrones que te penetran, su pelo castaño desordenado que caía por su frente, su venda en el ojo, y sus labios que te tentaban a besarlo.

No se en que momento nos habíamos acercado, podía sentir su respiración mezclada con la mía, cada vez nuestro labios más cerca hasta el punto de rosarse, pero todavía con una leve distancia.

El cielo se había iluminado con colores, los fuegos artificiales, diciendo que eran las doce, me había olvidado de que era el festival de Yokohama.

Y entre medio de toda esa mezcla de colores sólo sentí como sus labios se pegaban a los míos, en un beso.

🌷Bara o Kaku🌷- Dazai Osamu ✔Where stories live. Discover now