Parte 2: Empezamos

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- Vamos Byakuya no seas grosero, no olvides que si quisiera ya podrías estar en el hospital. Si la provocas puede llegar a tener mal genio. Aunque muy en el fondo es un trocito de pan, ¿verdad que si (...)? - Preguntó girándose hacia la mujer que tenía a su derecha quién ni tan siquiera había prestado atención a la conversación puesto que seguía concentrada en el hombre que permanecía atado en aquella silla. 

- (...)... - Susurró Aizen con sus ojos desorbitados ante su imagen. 

La joven ni tan siquiera se molestó en saludar al encarcelado. 

- Así que esta es la persona que tendré que custodiar y que nos ayudará para derrotar a ese malnacido. 

- Así es (...), en caso de que acepte. 

- Acepto. - Respondió sin pestañear y sin apartar su mirada de la joven, quién tampoco la apartaba. Al ver la rapidez con la que había aceptado ambos capitanes se impresionaron. 

- Si llego a saber que ibas a aceptar tan rápido al verla la hubiera ido a buscar yo mismo para llegar todos juntos y ahorrarnos tanta charleta. Bien como comandante del seretei que soy, a partir de hoy Aizen, serás custodiado por la comandante de la novena división (...) Kaheki y su división. Ya sabes cuál es el trato Aizen. 

Comentó el comandante para acto seguido retirar todas las cadenas salvo una que permanecería en la muñeca del arrestado que anulaba todos sus poderes. 

- Bien (...). - Continuó hablando el comandante obteniendo la atención de todos los presentes. - Ya puedes llevártelo y ponerlo al día de todo lo que está ocurriendo. Contamos contigo para que sepas mantenerlo a raya. Cosa de la que no dudo que seas capaz. - Comentó guiándole un ojo al chico a lo cual correspondió con una mirada asesina. 

Acto seguido giró sobre tus pies para comenzar a salir de aquel lugar sin esperar a nadie. Segundos después Aizen siguió sus pasos, pero antes de salir de la estancia pudo escuchar la voz del capitán de la sexta división. 

- Ten cuidado Aizen, no te perderé de vista y en caso de que intentes hacerle daño te pararé los pies sin pensar en las consecuencias. - Amenazó creando ciertas sospechas en la mente del moreno quién continuó con su camino hasta ponerse rápidamente a un par de metros por detrás de la capitana dejando a sus primeros visitantes en la estancia. 

- ¿Estás seguro de esto Kyoraku? 

- Tal y como te dije al comienzo, no es que confíe mucho en él, pero confío en ella.Sé que lo mantendrá a raya y no solo eso. Sino que también conseguirá toda la información. Podríamos decir que ella es nuestra única esperanza. - Respondió observando cómo se perdían en la oscuridad de aquel pasillo silencioso. - Sin embargo, Byakuya. - Continuó, captando así la atención del peli negro observando como el comandante tenía una mirada bastante seria. - No lo pierdas de vista, como ya he dicho, no me fío de él. - Pidió observando como el capitán de la sexta división asentía a modo de confirmación. 

------------------------------------ /Mientras Aizen/------------------------------------ 

Ambos habían salido de la prisión y durante todo el camino el silencio reinó entre los dos. La chica que iba por delante de él lo guiaba sin decir palabra. Calles poco transitadas, sin embargo, las pocas personas que os veían estaban impresionadas por el acto de ver a Aizen fuera de la prisión y sin guardias. 

La capitana siguió caminando hasta llegara su escuadrón sin hacer caso a esas miradas. Tras cruzar con unos cuantos pasillos del escuadrón sin nadie transitándolos llegaron hasta una gran puerta. La joven la abrió pasando a su interior seguida por Aizen quién se percató de la razón por qué no se había cruzado a ningún integrante de esa división. 

- Escucharme atentamente escuadrón. Muchos de vosotros sabéis quién es este hombre por ello os pido que nos os acerquéis demasiado a él. Yo seré la encargada de vigilarle para que no inflija más las leyes. Os preguntaréis la razón por la que está pasando esto y voy a ser sincera con vosotros. A pesar de mis negativas el comandante a ideado un plan. Por lo visto el enemigo conoce al arrestado y dedujo que él también conocería a nuestro nuevo enemigo. Le ha propuesto un trato y es que nos debe ayudar para vencer al enemigo. Esa es la única razón por la que se encuentra entre nosotros. Como ya os he dicho no tendréis que interactuar con él a no ser quesea estrictamente necesario. Espero que comprendáis la situación y deis lo mejor de vosotros en esta batalla. Cuento con ustedes. Pueden retirarse. - Ordenó (...) haciendo que los allí presentes se dispersaran. 

Entre todos ellos buscaba a alguien en particular. Tras visualizar al par de shinigamis cuyo rostro no dejaba lugar a dudas de su asombro por esta situación, la capitana se acercó a ellos, no sin antes hacerle una seña al hombre detrás de ella para que se quedara en su sitio. 

- Hisagi, hazme el favor de comunicarte con Hirako para ponerle al corriente, así como teniente. Si tienen algún problema házmelo saber. Llévate a Kiron contigo.

(Kirón es un nombre inventado. Encontré un OC en internet y me gustó su apariencia para ponérselo a este personaje, así que créditos a su autor.)

- Está bien capitana

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- Está bien capitana. - Afirmó haciendo una pequeña reverencia, gesto imitado también por Kiron. Tras un asentimiento por parte de la mujer pudo ver como ambos desaparecían de su vista. 

Dio media vuelta regresando a su puesto anterior para seguidamente salir de por la puerta sin tan siquiera observar al hombre que tenía que custodiar sabiendo que por su seguridad la seguiría sin rechistar. Hombre que la había observado en todo momento sin perder detalle de sus movimientos. Al ver como había salido la siguió de cerca sin decir ni palabra. 

Al cabo de un par de minutos llegó a su despacho dejando la puerta abierta para que pasara. Se situó detrás de su escritorio que se encontraba a unos cuantos metros enfrente de la puerta. Por detrás de él había unas grandes ventanas por las que se podía observar no solo el escuadrón sino casi todo el seretei. Observando ese panorama esperó unos segundos. Poco después escuchó cómo se había cerrado la puerta y se había colocado delante del escritorio. Un leve suspiro se escapó de entre sus labios para seguidamente hablar con una voz cortante dando a entender que esa situación no le hacía ni pizca de gracia. 

- Ya sabes para qué estás aquí, así que más te vale que cumplas tu parte del trato. Sin trucos, sin juegos, sin mentiras. - Comentó dándose la vuelta para clavar su mirada fría en él. 

- (...)... 

Antes de que pudiera seguir hablando fue interrumpido de manera tajante. 

- Esta relación será estrictamente profesional. Como le dije a mis chicos me negué a todo esto, pero son órdenes de arriba así que no queda de otra que obedecer. No vayas a pensarte nada que no es Aizen. 

El nombrado entristeció su mirada, en otras circunstancias habría conseguido darle pena, pero tan solo recordar aquellos sucesos de su pasado hicieron que su corazón fuera insensible a ese tipo de juegos provenientes de él. 

- No me esperaba encontrarte así. 

- ¿Cómo creías que me encontrarías? ¿Acurrucada en una esquina de mi habitación llorando por ti como la patética humana que era?

.................... Continuará ....................

No todo era mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora