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— ¿Estás bien? – preguntó Soobin al rubio.

Yeonjun miró el apartamento, era grande y muy bonito, no podía creer que Soobin le haya dado una habitación como ésta prestada.

— Sí, estoy bien – apretó un poco su abrigo – Pero...mis cosas aún están con...– su mano comenzó a temblar.

— Hey calma – acarició su mejilla – No te atormentes con eso puedes ponerte mientras algunas ropas mías no tengo ningún problema – sonrió – Tranquilo, luego resolveremos eso ¿bien?

Yeonjun asintió y sonrió. Soobin hacía que su miedo se desvaneciera con sólo una sonrisa suya.

— ¿Terminaste de bañarte? En un momento la cena estará lista – dijo lavándose las manos mientras despejaba la cocina.

Sintió como unos brazos y pequeñas manos le rodeaban, sonrió y cerró el grifo. Las lágrimas que mojaban su ropa debían ser atendidas.

— Te quiero Soobin...– hipo y Soobin sólo acariciaba su cabeza – no me dejes solo, por favor...no lo hagas – apretó su ropa y el pelimorado lo sintió.

— Yeonjun, cariño mirame – se inclinó para mirar esos ojos preciosos que lloraban – te prometí estar a tu lado y creeme no pienso romper esa promesa – pasó un mechón tras su oreja – lo prometo.

Yeonjun tomó los hombros de Soobin y apoyándose en ellos se paró de puntillas y dejó en pequeño beso en la mejilla del pelimorado. Soobin sonrió ante el tierno gesto; Yeonjun poco a poco iba recuperando su confianza y eso le alegraba.

El horno sonó; la cena estaba lista.

— ¿Quieres comer o mejor dormir? – acarició sus mejillas regordetas y el rubio sonrió ante el toque.

— Tengo hambre...– habló más calmado y Soobin asintió – pero...¿no voy a subir de peso? Comer de noche....es malo – apretó la ropa. Era obvio que alguien le había dicho que estaba 'lleno'.

Soobin lo miro, Hwang de verdad le hizo daño y mucho, ¿cómo que engordar? Las personas engordan por ingerir chucherías y falta de actividad física, y falta de agua no por comer.

— Yeonjun, tú no engordarás – lo tomó de las manos – No lo harás tu cuerpo es precioso tal y como es, no necesitas dejar de comer – lo miro con ternura – eres perfecto de pies a cabeza, para mí lo eres.

Yeonjun se sonrojo y sus ojos brillaron. Lo abrazo, porque si Soobin lo decía debía creerle porque él nunca le mentiría, nunca.

— ¿Comemos y luego vemos televisión? O ¿comemos viendo televisión? – le preguntó suave con una sonrisa sin dejar de acariciar sus mejillas.

— Comer y ver televisión está bien – respondió feliz.

Luego de comer y ver una película ambos se lavaron los dientes, Soobin se ducho y en cuanto termino miro al rubio quien ya yacía dormido en el sofá. Sonrió ante la escena.

— Si tan sólo te dieras cuenta de lo hermoso que eres – acarició su mejilla y le dio un beso en su frente.

Tomó el frágil cuerpo en sus brazos y lo llevó a la habitación, como futuro médico sabía que aquella posición dejaría muchos dolores al día siguiente y no quería que Yeonjun los tuviera.

Acomodó el cuerpo del rubio en la cama y con delicadeza lo cubrió con las sábanas. Sonrió y se retiro de ahí, él también estaba cansado pero mientras se tratara de Yeonjun podía dejar su sueño de lado.

Pasaron alrededor de una horas y Yeonjun se levantó, sus ojos estaban húmedos, y su cuerpo temblaba. Había tenido una pesadilla, una en donde Hwuang volvía a golpearlo y nadie podía ayudarlo.

Se bajo de la cama con los pies descalzos, la ropa de Soobin le quedaba grande hasta los muslos,y aunque tuviera su aroma del alto impregnado en ella no era lo mismo que estar con el verdadero. Así que iría a dormir con Soobin.

— Soobin....– murmuró abriendo la puerta un poco – ¿Soobin?

— ¿Yeonjun? – se incorporó con los ojos semicerrados – ¿Qué pasa? ¿Te duele algo? ¿Quieres tomar agua? – el rubio negó suavemente – Entonces ¿no puedes dormir? – el rubio asintió – Ya veo, en ese caso ven aquí, te haré compañía – sonrió y le dejó un espacio en la cama. 

Yeonjun se metió en las sabanas y se aferró a Soobin, no quería llorar pero no podía evitarlo ese sueño le dio mucho miedo.

— Yo...s-soñe con él...– sollozo – T-Tengo miedo...

El cuerpo de Yeonjun temblaba y Soobin lo atrajo más a él, lo abrazo y con dulzura lo arropó. Eran síntomas normales pero aún así le dolía mirar como el rubio lloraba.

— Aquí estoy Yeonjun – se acurrucó con él – Y no iré a ningún lado.

Grito Silencioso (Soojun/Yeonbin)Onde histórias criam vida. Descubra agora