En otro momento

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Salieron corriendo del restaurante sin importarles nada.

Marina estaba totalmente en shock, pero se esforzaba por poner un poco de su parte. Max miraba hacia todas partes sin dejar de caminar. Debían encontrar a Daniel en ese instante para poner fin a la pesadilla de su amiga.

—Yo voy por la izquierda —dijo Marina, señalando el parque de la plaza principal—. Y tú por la derecha, ¿de acuerdo?

Max asintió.

Cuando se hubieron separado, el chico se replanteó la búsqueda. Hubiese sido más fácil que Marina tomara el camino por el que él iba. Era una gran explanada, entre el Ayuntamiento de la ciudad y el parque principal. Gente iba y venía con indiferencia, en ocasiones algunos estudiantes pasaban haciendo un poco de ruido y captaban la atención de los transeúntes.

Max siguió caminando, escrutando en cada rincón de la explanada. Se detuvo en medio de todo el caos peatonal e intentó observar un poco mejor. Nada.

Si Daniel había estado ahí, tal vez él había dejado pasar algunos minutos antes de mandar el mensaje y la imagen a Marina. Ambos no sabían qué tan hábil podía llegar a ser Daniel, pero estaba representando un reto para dos mentes brillantes pensar como otra mente brillante.

Al parecer no lo encontrarían ahí. No en ese momento.

No somos amigos ©Where stories live. Discover now