13. Para siempre

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—¿Dónde está JunMyeon?—aquellas tres palabras lo significaban todo para KyungSoo, que se vio atrapado en una pesadilla que había adquirido proporciones gigantescas.

Él no abrió la boca, alzó las cejas y se quedó mirándolo con todo el odio que podía trasmitir con ese gesto.

En medio de aquella escena surrealista, aquel hombre alto de presencia imponente provocaba en KyungSoo un frío aterrador y tuvo la terrible certeza que no podría salir de aquello.

—¡Eres de lo peor! ¡Cómo te has atrevido a venir a buscar a JunMyeon, luego de todo el daño que le causaste!

Los ojos del hombre lo retaron, y murmuró con una desconcertante tranquilidad: —Nada se comparará con lo que pienso hacerle...

A KyungSoo se le secó la boca. El viejo no podía estar hablando enserio. Tragó saliva antes de hablar.

—Sobre mi cadáver...

El viejo frunciendo ligeramente el entrecejo, preguntó: —¿Estás seguro?

—Pruébame—las palabras le surgieron de los labios con amargura.

El hombre desenfundó su arma y murmuró:

—De seguro en tu funeral lo encontraré. —y disparó.

 —y disparó

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JongIn estaba entre volver y suplicar una oportunidad a KyungSoo, o en hacer lo correcto y olvidarlo. Krystal lo necesitaba, su hijo que estaba por nacer lo necesitaba, pero por qué era tan difícil alejarse de él. Todo en KyungSoo le decía que él era la decisión correcta, no podía renunciar a él sin más.

Estoy prometido a Krystal —se espetó. No podía dejarla con el corazón destrozado.

Con Krystal se sentía tranquilo. Después de todo, ¿no era eso lo que le había atraído de ella en un principio? Ninguna emoción salvaje. Nada de declaraciones de pasión arrebatada. En ese marco de pensamiento, un fuerte estruendo lo sobresaltó. Miró al departamento de KyungSoo y vio a tres hombres salir presurosos y claramente con una actitud sospechosa.

¿Qué diablos estaba pasando?— pensó corriendo hacia los sujetos que rápidamente se subían a un automóvil.

—¡Eyy!...!— gritó, para su sorpresa uno de los hombres sacó un revólver y lo apuntó. Rápidamente JongIn se tiró al suelo. Los sujetos al ver la amenaza neutralizada, arrancaron acelerando y por poco casi terminan arrollándolo.

JongIn atónito y con un horrible mal presentimiento que carcomía su pecho, llamó a la policía mientras corría escaleras arriba tan rápido como podían sus piernas.

Intentaba convencerse que ese sonido, no había sido un disparo y que claro KyungSoo no estaba lastimado.

JongIn estiró la mano temblorosa para abrir la puerta. —¡KyungSoo! —gritó. Su grito fue agudo y penetrante.

Rosa Pastel [SEHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora