Lorena contra el jefe

Capítulo 45

Al principio no entiendo muy bien lo que pasa. Veo a Carolina, quien tiene la boca abierta de la impresión. Pero cuando siento su caricia sobre mi mejilla todo se va desvaneciendo y cierro los ojos. Está aquí, besándome frente a todo el mundo. Suspiro y me entrego a su beso, hasta que su brazo alrededor de mi cintura me hace ponerme de pie.

A nuestro alrededor suenan silbidos y gritos de felicitación mientras yo sigo en la nube. ¿Qué está pasando?

Cuando me separo de él, está sonriendo. Tengo mis manos sobre sus brazos y me rodea por completo, haciéndome sentir una calidez indescriptible. No puedo hacer nada más que mirarlo con emoción, estoy temblando y él parece orgulloso por eso. No me lo esperaba para nada, hasta el día de ayer estaba molesto. Y me besó frente a todos, es la mayor prueba de que ya no le importa lo que otros piensen.

—¿No vas a decir nada? —pregunta con una sonrisita.

Lo abrazo con fuerza mientras entierro la cabeza en su hombro. Lo quiero, lo quiero mucho. No quiero dejarlo ir. Ojalá pudiera abrazarlo todo el día. Oh Dios, creí que no volveríamos a estar así de cerca, menos después de todo lo que causé. Quiero llorar, estoy muy emotiva últimamente pero esto es muy emocionante. ¿Entonces puede quedarse conmigo?

—Creí que estabas molesto—murmuro, abrazándolo mas fuerte.

—Sí, lo estaba—contesta—. Pero ya lo veo todo mas claro. Además quiero estar contigo.

¡Es tan dulce!

—Daniel... —lo abrazo con mas fuerza.

—No me vayas a decir que no—se ríe—. Ya no te puedes retractar.

—¿Retractar? Pero si yo no he dicho nada.

—La verdad es que ayer...

—Es una lástima que seas un machista opresor...

—Ya para de hablar. Es la fiebre hablando por ti.

—¡Es una verdadera lástima! Porque eres tan guapo, lindo, dulce y considerado, y me gustaría besarte mucho mucho y jugar a las maquinitas contigo, ver películas contigo, que almorzáramos juntos...

—¿Qué?

—Estoy enamorada de ti, pero tu no me quieres... así que es una lástima...

No puedo creerlo. No recuerdo nada de eso.

—¿De verdad dije eso? Qué vergüenza.

Me separa un poco para verme a los ojos. Ahora se ve algo molesto. ¿Pero qué dije ahora? Estoy muy paranoica, no quiero asustarlo. Solo quiero entender que esto realmente está pasando.

—A mi no me avergüenza —murmura, ofuscado.

—¿Me quieres? —pregunto con duda.

—Sí. ¿Y tú?

—Sí, yo también me quiero—me burlo.

Su agarre se vuelve mas flojo. Oh no, está dudando. Solo estoy jugando con él, no es en serio. No quiero asustarlo y que se arrepienta.

—Estoy bromeando—lo abrazo de nuevo—. Yo también te quiero.

Me aferro a él con todas mis fuerzas y suspiro. Sí, aquí es donde quería estar. No podría sentirme mas feliz. Este maravilloso hombre se ha enamorado de mí, yo lo quiero con todo mi corazón y no tengo palabras para describir la alegría que me produce eso. No quiero soltarlo jamás.

—¡Ya bésala! —grita alguien al fondo.

—Con gusto—murmura en mi oído y me besa de nuevo.

Podría llorar de la felicidad. Esto es un sueño. ¿Lo es? ¿Sigo acostada en mi cama y no he despertado aun? Puede que Valeria y Carolina recibieran un ascenso, pero esto es el mejor regalo del mundo. Pero no quiero separarme de él, voy a tener que volver al trabajo y no quiero. Lo he extrañado mucho. Mientras me besa me aprieta entre sus brazos y olvido como pensar.

Se separa de mí y le habla al resto.

—Acabamos por hoy. Váyanse a casa.

¿Qué?

Todas gritan de emoción y comienzan a empacar. ¿Es en serio? ¿Nos vamos? Daniel me agarra de la mano y se echa a correr mientras me río. A mi alrededor puedo ver que todos se están yendo. ¿Qué está pasando?

Cuando nos encerramos en el ascensor me acorrala contra la pared. Me río mientras me da un besito en los labios.

—¿Qué haces? —pregunto, con el corazón a mil.

—No quiero separarme de ti para volver al trabajo—me dice mientras pone su mano en mi cintura—. Así que los envié a todos a casa.

—Entonces hasta el lunes, jefe—me burlo, fingiendo que me voy.

—Ah no. Eso no aplica para ti.

Me besa de nuevo mientras rodea mi cintura con sus brazos. Podría morir de la dicha ahora mismo, no hay mejor sensación que esta. Quisiera quedarme así para siempre. Ni siquiera quiero ir a casa, y no creo que dejarme ir a mi casa esté en sus planes. No me importa a donde sea mientras pueda seguir abrazándolo.

—Gracias—musita en mis labios.

—¿Por qué?

—Por hacerme enojar.

Me río. Normalmente eso no es algo para pedir las gracias, pero lo entiendo.

—Gracias por quererme—sonrío.

El ascensor para en la primera planta y él me jala mientras ambos sonreímos. No me importa a donde vayamos, ni siquiera sé cuales son sus planes.

Lo retaría una y mil veces solo para obtener este final.

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Aaskdjaklsdj que hermoso. ¡Voy a llorar! ¡Ya este es el final! ¡Muchas gracias a todas las personitas que siguieron este pequeño proyecto personal! Pero no se preocupen, que aun falta el epílogo, y ya se viene Valeria por el premio, de la cual ya está disponible la sinopsis. Así que si quieres, nos veremos por allí ;)

¡Muchas gracias a todos! 

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