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Llegando de la escuela te encontré en mi casa, estabas hablando con mi madre, se miraban tan lindos como la hacias reír tanto y a ti te encantaba hacerlo, realmente a mi madre le encantabas, siempre fuiste su favorito y lo seguirás siendo, pero en cuanto me miraste llegar solo le pediste a mi madre que guardara silencio y me tomaste de la mano, me diste un una pulsera, era tan hermosa, en ella tenía grabado tu nombre y el mío, tu también tenías una igual en tu mano derecha, me dijiste que esa simbolizaria nuestra eterna amistad, me sentí mal por un momento ¿es que como podría verte como amigo cuando ya mi corazón te miraba como algo más?

Quizás en otra vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora