Capitulo Dos

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Capitulo Dos

Mire mi viejo cuarto, no volvería en un largo tiempo, mis amigos me mandaban mensajes para levantarme un poco el ánimo, yo no quería ir, ¿Puedo desistir a estas alturas? No lo creo. Baje las dos maletas con mi ropa y pertenencias, bueno una era ropa y cosas de aseo personal, la otra eran libros, libros de la escuela y libros que me gustan. Hace una semana, cuando llego la carta de parte de la universidad tuve que ir a renunciar a la tienda de música, porque pues era obvio. Estando ya en el aeropuerto, justo segundos antes de apagar mi celular debido a que el avión iba a despegar recibí un mensaje de Lil.

De: Lil Clay

“¡Te vas a Sídney! Suerte!!!”

Apague mi celular y lo que hice fue conectar mis auriculares a mi celular, colocarme los auriculares, recosté mi cabeza en el asiento y dormí. Despertaba y comía y volvía a dormir.

-Disculpe –sentí como alguien me llamaba mientras movían ligeramente mi hombro izquierdo, iba del lado de la ventana y para mi suerte el avión no iba tan lleno, el lugar junto a mi estaba vacío.- el avión está a punto de aterrizar

-Si gracias

Dije adormilada, abroche mi cinto, y finalmente mire por la ventana, una bella playa, Sídney parece más lindo de lo que pensé. El avión aterrizó y recordé las palabras de mi padre “Contrate un chofer para cuando llegues, te llevara a tu casa, y ahí te estará esperando la vendedora de bienes y raíces, te dará las llaves, te deposite dinero a tu cuenta del banco para que compres los muebles que quieras, suerte hija te amo”, recogí mis maletas y camine hacia la salida, vi al chofer el cual traía un papel con mi nombre “Georgia J. Walden”, camine a él, supuso que era yo ya que tomo mis maletas después de decir un “Buenas tardes”, mi padre sí que sabia como complacerme, no era un chofer viejo y mal encarado como siempre, al contrario era uno muy joven, y muy apuesto para ser verdad, y no llevaba la típica ropa que los choferes usualmente traen, no, iba formal, camiseta de vestir a cuadros y pantalón de mezclilla gris, se veía realmente bien; subió mis maletas a la camioneta y yo subí en la parte trasera.

-Georgia, lindo nombre –dijo finalmente después de cinco minutos de silencio-

-Gracias –hice una pausa y hablo-

-Darel –Vi por el retrovisor como sonrió, sonrisa perfecta, este chico sí que es realmente guapo.-

-Gracias Darel, tú no te ves viejo –reímos ante mi comentario- quiero decir que te ves demasiado joven para ser chofer

-Bueno digamos que no soy chofer oficial, tu padre le pidió a mi mentor que te trasladara –Volvió a sonreír-

-Gracias, entonces quiere decir que tú también estudias medicina

-¡Bingo! –Dijo con cierta alegría en su voz- oh cierto tu padre te manda esto, tomo una pequeña caja del asiento del copiloto y me la dio- tu nuevo número australiano, ya trae agendado el mío, -se encogió en hombros- por si lo llegas a necesitar ya sabes

-Emergencias-dijimos al unisonó- gracias Darel –Mire por la ventana, una linda colonia privada, casas realmente lindas.-

-Eres una afortunada

-¿Se podría saber porque? –Dije mientras abría la caja, sacando mi nuevo celular, un i phone, valla no me sorprende.-

-Tienes un padre que se preocupa demasiado por ti –Sentí su mirada, mire por el retrovisor y el ya había volteado de nuevo a la carretera, se fue orillando, una linda casa de dos pisos obviamente, grande y espaciosa.-

La chica de la libreríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora