Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
. . .
el cliente llamó, había sido arrestado y estaba en la carcel, pero no en cualquier cárcel, si no, en una que estaba a cientos de kilómetros de la ciudad, más específicamente a cientos de kilómetros de Pearson Hardman.
y ese cliente tenía que asistir al juzgado esa misma tarde, en cinco horas con treinta y siete minutos.
cuando la llamada de aquel caótico cliente terminó, mike corrió hacia la oficina de su jefe, harvey specter, el mejor abogado que la ciudad había conocido.
cuando llegó, él estaba hablando por celular, sentado con las piernas cruzadas en aquel sillón, que en opinión de mike, era innecesariamente caro.
claro que sabía que a harvey no le gustaba que lo interrumpieran, pero este era un caso especial, era una emergencia de pies a cabeza.
de todas maneras tomó un marcador y una hoja de papel del escritorio de donna y escribió el mensaje, cuando terminó lo estampó contra la pared de cristal, provocando que la persona que estaba en sillón mirara disgustada.
supo que el otro entendió el mensaje cuando le dio paso a su oficina, cortando la llamada de inmediato, al principio no sabía si harvey entendería lo que quería decirle ya que solo escribió "cliente - carcel".
─ ¿que sucedió con el cliente? ─ preguntó cómo una bala.
─ está en arresto provisional, esperando a un inminente juicio ─ respondió lo obvio.
─ eso es obvio, te estoy preguntando como pasó y donde está.
─ fue por conducir ebrio y por casi atropellar a dos personas. está en massachusetts; en la penitenciaria de hampden.
─ bien, no es tan grave ─ dijo pasando una de sus manos por su impecable corbata.
─ nos vamos ─ avisó, tomando un maletín y dándoselo a mike ─ . ten, pon aquí todo lo que creas necesario para sacar a mi cliente de esto.
mike tomó el maletín y miró extrañado al hombre en frente suyo.
─ harvey, él está a 326,69 kilometros de aquí. aún en el mejor auto, no llegaremos allá en menos en tres horas y media, y en cinco horas con treinta minutos tenemos que presentarnos en el juzgado ─ planteó rápido y sin vacilar.
─ ¿quien dijo que iríamos en un auto? ─ sonrió con picardia.
─ ¿entonces como piensas que llegaremos allá?, ¿en un avión que mágicamente aparecerá y nos dará un aventón? ─ comentó con sarcasmo a la vez que con su pulgar señalaba una de las ventanas.
─ exactamente.
mike abrió la boca y quedó estupefacto, ¿acaso había oído mal?.
─ ¿disculpa?, ¿y de dónde crees que vas a sacar un avión? ─ se cruzó de brazos mientras seguía al más alto por el corredor.
