Bueno, estaba claro que el momento LIMÓNGGGGG (algunos entenderán xd) iba a llegar en algún momento yyyyyyy aquí está. Aviso aquí por si genero algún trauma o algo <3.
-Sigue.
El menor juraría haber visto un brillo especial en los ojos del mayor, pero ahora prefería centrarse en otros temas.
-¿Estás completamente seguro y consciente de lo que vamos a hacer?
El menor se limitó a bufar y a atraer a Raúl hacia él cogiéndolo por los hombros.
Nunca fue de esperar.
Y lógicamente ahora tenía menos paciencia que de normal.
Raúl rio internamente mientras se centraba en el presente.
Agachó su cabeza para besar al menor, no tenía muy claro si alguna vez Ismael había hecho algo parecido, por lo que decidió empezar lo más despacio que su sucia mente le permitía.
El menor siguió el beso, pero se extrañó al notar que no era "apasionado" como había leído en algún que otro relato o visto en alguna que otra película... Raúl le sujetaba con mucha delicadeza la cara.
Sintió las manos del mayor bajar desde sus mofletes, tocando suavemente su dorso por debajo de la camisa (que estaba ya un poco desabrochada), como si de una pieza de artesanía egipcia se tratase.
Llegó al cierre de los pantalones, se paró ahí y separó los labios de los del menor, dejándolo un poco desconcertado.
-¿Por qué paras? - Gruñó nuevamente Isma.
El mayor rio ante las formas de decir aquello y decidió aprovecharlo para jugar un poco con él...
-¿Son esas formas de pedir las cosas?
-¿Perdona?
-No habrá perdón hasta que no te portes como debes.
Ismael no entendía nada.
Raúl tenía una expresión seria, muy seria, pero por dentro estaba deseando reírse.
-Perdón, Raúl. No quería ser así. ¿Puedes continuar, por favor?
Victoria.
Raúl sonrió ampliamente y el menor sintió algo raro en la barriga.
Volvió a acercarse a los labios del menor y con sus manos y un ágil movimiento, le quitó los pantalones. Se disponía a quitarle la camisa entera, pero ahí lo detuvo.
-Déjame la camisa, no me gusta que me vean sin ella.
-Como ordenes, car... pequeño.
"¿Car... Cariño...? ¿Carlos"
No podía pensar en eso ahora, ya que sintió las manos de Raúl acariciar su miembro por encima del bóxer.
No le gustaba la idea de ser tan pasivo, por lo que en un despiste del mayor, le quitó la toalla y se quedó con los ojos abiertos como platos.
Ante esa reacción del pequeño, Raúl no pudo evitar estallar en carcajadas haciendo sonrojar aún más a Ismael.
-¿Quieres seguir o te has quedado con trauma? - Preguntó burlón el mayor.
- No, es que, yo, ehh. Quiero seguir, pero MADRE MÍA -Se tapó la cara por el sonrojo que llevaba - Sigue...
Raúl siguió a lo suyo, volviendo nuevamente a poner una expresión seria, dominante.
Quería hacerlo ya, pero le encantaba ver las facciones de deseo, lujuria y vergüenza que se mezclaban en los ojos verdes del más joven.
Besó sus labios, mordiendo y estirando ligeramente el inferior, hizo un recorrido de besos hasta el cuello, donde se paró para hacerle una marcha en forma de corazón.
– ¿Qué... Qué haces? - suspiró el pequeño.
— Ahora eres totalmente mío... —Soltó Raúl en un tono grave que erizó la piel de Isma.
Subió haciendo un camino de lametones hasta los lóbulos de sus orejas.
Mientras que jugaba con la lengua, una mano del mayor pasó por debajo del pequeño, atrayendolo más a él, mientras que la otra iba haciendo un camino de círculos por la parte inferior del abdomen de Ismael, hasta llegar a su bóxer.
— Raúl... Quiero más...
— Peque, las cosas hay que hacerlas con amor...
“¿Amor?“
Había dicho amor.
Raúl se posicionó, aún desnudo, encima de Ismael.
— ¿Eres mío?
El menor no sabía que responder.
— Ra... Raúl...
Por primera vez desde que había empezado eso, el menor había fijado su mirada en los ojos de Raúl.
Tenían un brillo especial, le notaba deseo... Pero, ¿por qué con él?
— No... No soy tuyo.
El mayor puso un semblante duro.
— Quiero que me hagas serlo.
<< Me encantas, pequeño >>
