Capitulo 2
"Estos libros no son suficientes".
"No."
"¿Qué?"
"No." Naruto estaba quejándose de nuevo, y Satsuki resistió el impulso de atacarlo. "Están bien. No más libros".
Satsuki le dio a Naruto una mirada fría, la mirada volviendo a su trabajo. Naruto se encontró hipnotizado por la forma en que hojeaba las páginas. Ella lo miró, cerró el libro de golpe y lo deslizó sobre una torre de libros mal equilibrada. "Estos no son lo suficientemente específicos", dijo.
"¿Por qué eso importa?"
Satsuki no respondió. Estaba en una posición incómoda, medio arrodillada pero mayormente acostada; un brazo sostenía un libro de texto en el piso, y el otro escribía con fluidez en un cuaderno, el papel sostenido por un codo.
Naruto frunció el ceño, poniéndose de pie y estirándose. El día se había hecho tarde.
"¡Ah! ¡La vista desde tu ventana es increíble!"
Y fue.
La habitación de Satsuki daba a la plaza principal de Konoha y al edificio Hokage, y al cielo sobre él. La tarde había caído, y las linternas de la tienda de abajo daban a la vista un resplandor anaranjado chamuscado. El sol brillaba sobre tuberías angulares y tanques de los tejados de Konoha, una silueta de rompecabezas a medio completar que se proyectaba sobre el alféizar de la ventana. Satsuki no dijo nada.
"¿No te gusta?"
Ella no levantó la vista de su trabajo. "Obtenga más fuentes".
"¿Cómo?"
Satsuki no dijo nada, y Naruto se volvió y la miró. Ella tenía una gracia extraña, y él no podía entender de dónde venía. Incluso entre el papel y los libros dispersos, con el codo presionado en la esquina de un libro con lápiz y papel en la mano y el cabello medio recogido en un moño, conservaba una elocuencia que hacía que cada error pareciera intencionado. Apartó la mirada rápidamente.
"¿Tienes alguna taza de ramen?"
Ella levantó la vista, los ojos planos y negros. Naruto no estaba seguro de que ella lo estuviera mirando.
"No", dijo, desenvolviéndose del desorden de documentos y carpetas como una serpiente enroscada. Satsuki no sacó una sola cosa de su lugar, incluso en medio del precario desastre.
"Voy a Ichiraku entonces-"
"Estoy haciendo té".
Naruto parpadeó. "¿Qué?"
Satsuki se puso de pie, cepillando mechones de cabello oscuro detrás de su oreja y pasando a Naruto como un extraño. "Estoy haciendo té", repitió, llegando a la cocina y encendiendo el gas.
"¿Y?"
Satsuki se detuvo, colocando la sartén sobre la encimera antes de detener sus movimientos. Después de unos segundos, giró la cabeza ligeramente, mirando a Naruto al borde de su visión periférica.
