𝖲𝖮𝖥𝖳 ↬ 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐈𝐄

𝘤𝘶𝘢𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘵𝘳𝘦𝘴

Disculpen los errores.

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—¡Minnie!—exclama WonWoo, dando un salto y abrazándose al cuello de su novio, quien logra atraparlo en el aire y mantener el equilibrio para evitar que ambos caigan.

No importaba cuántas veces WonWoo le abrazara así, MinGyu siempre iba a sentir su corazón latiendo errático en su pecho; quizás día con día sus latidos aceleraban.

Pero, ¿pueden culparlo?

Es decir, ¿quién no sentiría una explosión en su corazón al tener a Jeon WonWoo en su vida?

MinGyu se considera el novio más afortunado del mundo.

Los brazos del mayor rodean la cintura de WonWoo, siendo invadido por el aroma a lavanda que desprende el menor. Su outfit consta de una camiseta blanca de manga larga junto a una rosa de manga corta encima, un pantalón claro y unos tenis blancos.

Luce demasiado hermoso y MinGyu siente ganas de llorar por eso.

Pero se prohíbe hacerlo porque su pequeño puede preocuparse y es lo que menos quiere.

Así que en lugar de llorar, rompe la distancia entre ambos rostros y une sus labios en un lento y casto beso. Succiona el labio inferior del menor de manera cuidadosa, como si dejara caricias y tomándose todo el tiempo del mundo. Siente el cuerpo de WonWoo volverse flojo entre sus brazos y sonríe en medio del beso.

Le encanta que su masita se deje llevar, y que se deje mimar.

Los dedos de WonWoo se enredan en las hebras de su novio, otorgando ligeras caricias.

Ambos se separan al mismo tiempo, como si se hubieran puesto de acuerdo, aunque ha sido una simple coincidencia que los hace sonreír.

—Te amo tanto, tanto, bonito. No tienes una idea de cuánto.—susurra MinGyu sobre los labios ajenos que están hinchados y rojizos.

Las mejillas de WonWoo se tiñen de un lindo carmín y rápido huye a su escondite favorito: el cuello de MinGyu.

Suelta un chillido y da pequeños saltitos de la felicidad.

—También te amito, Minnie. Mucho, muchito, muchote.

El coma diabético se aproxima, MinGyu lo siente llegar.

Abraza con más fuerza a su novio y comienza a sacudirlos ligeramente de un lado a otro.

—¡Cómo puedes ser tan lindo, por amor a Cristo!—exclama el mayor.

Incógnitas de la vida.

WonWoo suelta una risita tierna, su nariz fruncida y sus ojitos ligeramente más pequeños.

Es la viva imagen de la felicidad.

Sale de su escondite únicamente para ponerse en la punta de sus pies y darle un largo besito tierno a su Minnie.

¿Quién necesita el azúcar cuando tienes a Jeon WonWoo en tu vida?

—Minnie, quiero adoptar un gatito. ¿Crees que mi mamá me deje?—dice de repente el menor.

MinGyu se encoje de hombros.

No conoce lo suficiente a la señora Jeon como para saber si le dejaría o no tener una mascota.

—¿Por qué de repente quieres adoptar un gato?

—Bueno, es que... yo como que en realidad ya lo adopté.—dice, pateando una piedra imaginaria del suelo.