Capítulo 12

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—No podemos empeñarlos si están marcados — el rubio señaló el trigo marcado en el oro.

—Funcionará — la morena empezó a fundir los lingotes en una olla.

Nos pusimos en camino para poder empeñar el oro, celebrábamos que había salido bien y repasamos el plan para que nadie supiera sobre el oro excepto la dependienta.

—¿Porqué tengo que hacerlo yo? — el rubio se quejaba por el echo de que debía hablar él.

—Porque eres el que mejor miente — respondió Pope.

Entramos y nos esparcimos por la pequeña casa de empeños.

JJ se acercó a la dependienta.

Oh, mierda.

Alargué mi brazo y agarré la gorra de JJ, que permanecía en la mano del moreno, éste me miró y pudo notar mi cara, le pedí las gafas de sol y me las tendió.

—Buenas tardes señora, veo que compra oro — empezó a hablar.

—Eso pone en el cartel — respondió ella.

—Espero que quiera comprar mucho porque la voy a dejar sin habla — vaciló el rubio.

—No hablo mucho, así que adelante — el rubio soltó el lingote y ella se quedó mirando.

Empezó a decir que era falso y levantó el lingote apreciando lo pesado que era.

Empezó a hacer varias pruebas y finalmente debía hacer la definitiva, la prueba del ácido.

—Parece que alguien a intentado derretirlo — miró hacia nosotros, mientras hablaba con el rubio nos observaba cada dos por tres.

—Mi madre — habló JJ —Tenía muchas joyas y decidió fundir las, para "consolidarlas" — hizo comillas con sus dedos.

—Y dime joven, ¿Ella viene contigo? ¿Es tu hermana? — me señaló, el rubio extendió su mano y tuve que acercarme.

—Si, es mi hermana, ¿Sabe? Es muy duro ver a mi madre con Alzheimer — ya no podía colar, ella sabía que todo era mentira.

—Vaya, no recordaba que Jane tuviera un hermano — todos mis amigos incluido el rubio se miraron entre sí —Es más, no recuerdo haberte parido — volvió a hablar.

El rubio me miraba helado, me quité las gafas y la gorra y la miré a los ojos.

—Que valiente fue por tu parte irte — recriminó, el rubio apretó mi mano sin entender nada.

—Me voy de los lugares que no me quieren — al terminar esa frase oí un "Hostias" por parte de Pope, ya se habían dado cuenta de quién era esa mujer.

Era mi madre.

—Pudiste haberlo echo — me miró — Pudiste haberle salvado.

El rubio iba a hablar en mi defensa pero lo jalé del brazo para que no hablara.

—Venimos a por lo del oro — pegué un golpe al mostrador —No hablar.

—Eres una mala hija — las lágrimas de rabia amenazaban con salir.

—Escuche, necesito una respuesta sobre el oro y creo que no debería culpar a su hija de lo que pasó — lo miró asombrada.

—Dadme un momento.

Desapareció por la parte de atrás dejándonos en silencio.

El rubio sin importarle que nuestros amigos estaban delante, me abrazó por la cintura ocultando mi rostro en su pecho, salió de nuevo y nos vió, me separé de él para poder mirarla a los ojos.

ꜱᴜᴍᴍᴇʀ ʟᴏᴠᴇ || ᴏᴜᴛᴇʀ ʙᴀɴᴋꜱ Where stories live. Discover now