Felicidad 2

208 145 16
                                    

Gabriel era un hombre casado que vivía con su hermosa esposa Elizabeth. Ellos dos vivían en un pueblo grande, que mucha gente de la zona conocía ,en el norte de Canadá. Se querían mucho, no tenían hijos y eran muy felices. Gabriel era mecánico y le encantaba crear cosas nuevas. Elizabeth era una pintora muy creativa que era bastante conocida en su provincia.
Sus vecinos solían hablar muy bien de ellos, siempre eran muy buenas personas con todos y mostraban una sonrisa impecable a cualquier persona que tenían en frente. Tenían una vida soñada.

Un día, no muy diferente a todos, Elizabeth fue a comprar comida cerca de su casa, como lo acostumbraba a hacer, mientras que Gabriel ayudaba a un viejo amigo suyo a arreglar su auto. Cuando Gabriel llegó a casa esperaba ver a su esposa como todos los días, ya que ellos dos eran muy unidos.
Al llegar a su pequeña pero acogedora casa de madera, Gabriel no encontró a su esposa así que decidió esperarla sentado en su comodo sofá mirando la televisión, porque creía que tal vez había mucha gente en el lugar donde compró comida y se le iba a hacer tarde.

Pasó el tiempo y de repente Gabriel miró la hora y se dió cuenta que Elizabeth había salido de casa hace 5 horas. Entonces se puso un abrigo verde grande, (ya que era invierno) y salió a buscarla. Lo primero que hizo fue ir a la tienda y preguntar por ella.

-Hola buenos días Héctor. ¿Viste a Elizabeth por acá? -dijo con un tono de preocupación.

-Hola, no, no la vi pero me pareció raro que hoy no venga a la tienda -dijo el encargado de la tienda amablemente.

-Ah, está bien, muchas gracias, nos vemos

Apenas terminó de decir esto salió de la tienda para volver a su casa con cara de preocupación todo el camino. Estuvo en casa hasta la noche haciendo cosas variadas pero de vez en cuando miraba la puerta para esperar que llegue su rubia favorita hasta que se acostó y se quedó dormido. Esa noche soñó que nunca más volvió a ver a Elizabeth.

Al día siguiente Gabriel se levantó con un fuerte dolor en la panza y se percató de que no había comido nada en toda la noche así que fue rápido a su cocina para prepararse algo, terminó haciéndose un pan con queso rápido, se cambió se lavó la cara y salió de vuelta a preguntar por Elizabeth. Cuando salió se encontró con 4 oficiales de policía, eran altos y mostraban una cara seria. Gabriel fue directo hacia los oficiales a preguntar.

-Hola buenos días. ¿Puedo saber qué está pasando? -dijo él un poco confundido

-Hola, si, pasa que un hombre nos llamó para decirnos que vio cómo se llevaban a una señora -dijo firmemente-. Acá estamos investigando -Agregó.

Gabriel, al escuchar esto puso una cara difícil de describir. Fue una mezcla de preocupación, terror y tristeza.

-Mi esposa no vuelve a casa desde ayer. ¿Le pudo haber pasado algo? -preguntó a los policías

-Puede ser, vamos a hacerte un par de preguntas para saber si la mujer que se llevaron se trata de su esposa o no -dijo tranquilamente.

Gabriel y dos de los hombres uniformados se dirigieron caminando a su casa, cuando llegaron se acomodaron e hicieron un par de preguntas a Gabriel y llegaron a la conclusión de que si, Elizabeth había sido la víctima de ese rápido pero hábil secuestro. Los policías le pidieron el número de teléfono para avisarle si encontraban algo y se fueron, dejando así a Gabriel en su ahora tan solitaria casa de madera.

◾◾◾◾◾◾◾◾◾◾
Voten por favor, #noaloslectoresfantasmas

El soñador y su inesperado encuentroWhere stories live. Discover now