Anne es una psicóloga la cual le propondrán el mayor trabajo de su vida, ayudar al Teniente de policía Hank Anderson salir de su pozo de depresión. A lo largo de está historia, ella misma se dará cuenta que era ella la ciega ¿vencerá el amor aun las...
Anne Rose Fitcher tan solo era una niña cuando entró por las frías puertas blancas, tras un grave accidente que se llevaría la vida de su familia, entre ellas la de su hermana gemela Lara, nunca se sintió confiada de contar la verdadera historia.
¿Queréis saber como esa niña llego a ser psicóloga del departamento de policía?
Cuando tuvo la edad suficiente se apunto a un año de servicio militar, era muy común en su programa de niños refugiados "no teníamos que perder". Este servicio le dio una beca para la universidad, no se lo pensó tras ver como las psicólogas de aquel centro salvaron su vida.
Con lo cual, si estamos en el centro psiquiátrico de Detroit, porque hoy yo soy una de las psicólogas.
ESTÁ ES MI HISTORIA.
- ¡Anne! ¿Hora del descanso?- afirmo en la sala común de los trabajadores, me siento a tomar una manzana.- ¿Cómo va el 449?
- Ya no se arranca los dientes, pero me preocupa su familia que no vino en dos semanas, eso puede ser un shock.- me inclino en mi asiento, mi compañero es el que envía los informes semanales a las familias.
- Problemas con su androide, hemos quitado de las televisiones los programas de noticias, anoche se volvió loco y mató a el hermano de 449 y casi a la niña pequeña.
- Un error de programa, lo escuche el otro día en la radio, cada vez hay más ¿Por qué dices casi?
Bebo un poco de agua mirando la televisión de la sala, es la única que refleja las noticias, pausa la imagen y contemplo un androide cuyo prototipo nunca había visto.
- RK800 gracias a él, es el nuevo modelo de cyberlife.
Me acerco más a la pantalla, no podía evitar sentir que me llamaba la atención.
- ¿Cómo saben que no dará el mismo fallo?- pregunto, se limita a encoger los hombros.- De todas formas estaré una temporada sin aparecer por aquí.
- ¿ Te vas de vacaciones?- me pregunta.
- Ojala, me han llamado expresamente del departamento de policía, para un caso grave de depresión y adicción al alcohol.- agarro mi archivador. - Hank Anderson, no entiendo porque yo pero dicen que encajo con el trabajo.
- ¡Eres la mejor de aquí Anne! ¡Es un trabajo importante! Hank Anderson fue el mejor policía al mando cuando cayó una gran red de cristal rojo.
- Pues ya sabes más que yo.
Literalmente mi vida se había basado en vivir bajo estas paredes, mientras más hago las maletas mas me doy cuenta de la ansiedad que me provocaba salir de mi zona "segura". Observo mi pared llena de dibujos de los niños en terapia, me encantaría llevarme todos pero se que volveré, no tengo esperanza en el éxito de mi trabajo.
Tomo el primer bus que me llevara a algún motel más cerca del distrito donde trabajaría, me coloco mis cascos para ponerme al día de los nuevos conflictos con lo que llaman "divergentes", las imágenes de como una protesta anti-androide agredían a uno y este se defendió ganando la batalla ¿cómo pretenden que estás maquinas no se vuelvan locas? Con esos golpes yo también acabaría fallando.
Levanto mi mirada y veo como la gente comienza a sentarse lejos del cristal que nos separa del compartimento de androides, como si temieran que fueran a atacar. Me levanto para acercarme a su cristal, uno de los modelos se sale de la fila para mirarme, apoyo mi mano en la barrera que nos separaba, él hace lo mismo.
<< Ayuda>> Me separo enseguida ¿me lo está pidiendo a mi? ¿Cómo es capaz de hacerlo? Vuelvo a apoyar mi mano incrédula. << No somos solo maquinas, no somos asesinos, haz que lo entiendan>> Me retiro un poco aterrada, sus ojos están triste ¿pero cómo un androide puede sentir eso?
... Tiene que ser un fallo de sistema...
- ¡¿CUARENTA PAVOS LA NOCHE?! Debes estar loco.- me quejo al señor del motel.
- Lo tomas o lo dejas señorita.- mira mi carnet.- Fitcher.
- Pase buena noche.- recojo el carnet y me giro dispuesta a irme.
- ¡ Espera!- vuelvo a mirarle.- Te lo dejo a 10 si prometes que te quedarás una temporada, quiero que vean a una chica soltera salir de mi negocio y no a drogatas, darle otra imagen.- le sonrío y le doy lo correspondiente a una semana.
Definitivamente, tenía que lavar las sabanas, decorar un poco el sitio, ventilarlo, para que no parezca que vivo en un zulo. Me levanto a la mañana siguiente, comienzo recogiendo el polvo mientras las sábanas se lavan en la lavandería del otro lado de la calle. En la tienda conseguí anti cucarachas, ambientador, algo de comida ya hecha, grito al encontrar bajo mi cama una jeringa usada, soy demasiado pulcra para no volver a fregarlo todo.
Cuando termino ya es de nuevo la noche, me acuesto satisfactoria era domingo y mañana debería comenzar mi trabajo con ese tal Hank, pero mi teléfono suena saco mi frustración con un quejido, era mi compañero.
- Es tarde lo se, pero como hasta mañana no vas al departamento tengo que informarte, tu paciente está en un bar y acaban de dar el aviso de que hay un asesinato.
- Mmmh.- afirmo medio dormida.- Tomo el autobús enseguida.
"El bar de Jimmy, androides no permitidos", huele entre pis, alcohol y sangre. Respiro hondo antes de entrar, solo unas cuantas miradas van hacía mi, parece que algo más llama su atención, levanto mi mirada y me encuentro con aquel RK800 de las noticias discutiendo con mi paciente.
- ... Así que robotico vete a tomar por saco de aquí.- es la voz gruesa de Hank.
- Debe saber que haré un informe de su comportamiento, su psicóloga no deberá estar contenta.
- No.- me acerco a ellos.- Pero sabes que RK800, haremos lo que el quiere ¡Jimmy otra ronda pago yo!- me tiende la bebida y me la bebo de una vez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Me cago en la puta, si eres una niña.- Anderson bebe un sorbo.- Con el estomago de un camionero.
- Me llamo Connor señorita Fitcher.- es ahora el androide quien se presenta.
- Veo que me ha estudiado Connor, soy Anne Rose Fitcher, Anne, y seré tu terapeuta y compañera psicólogica.
- Vaya Hank te toco la lotería, el robot y la niña.- Jimmy se ríe pero a él no le hace gracia.
- Vale "terapeuta".- habla como si no me tomara enserio.- Tengo un caso y no tengo ganas que me toques las pelotas, mi comandante solo exagera con que tengo un problema.
Se pone en marcha sin pagar, soy yo la que refunfuñando tengo que pagar al final toda sus bebidas, Connor me espera paciente.
