Concurso (Tanner Reed)

35. Cielo Vs. Infierno.

♡ Palabras: 603

♡ Autora: khaishaalex

TANNER

Luego de llegar a la casa de verano de los padres de Sav mientras cargo a Pauline en mis brazos, trato de hablar con Savannah, pero sale corriendo. Debido a ello me dirijo al cuarto y recuesto a Pauline en la cama, pero antes de apartarme de ella me toma de la mano y me mira con sus ojos marrones. Sé que quiere que me acueste a su lado. Lo hago para que se duerma rápidamente. Mientras espero que lo haga, no puedo dejar de pensar en Sav, así que trato de pensar en otra cosa. Pauline poco a poco se va durmiendo. Cuando lo hace me levanto para ir al baño que está en el pasillo para relajarme un poco. Mientras me despojo de mi ropa preparo la regadera para que sea de agua caliente.

Mientras me ducho no puedo dejar pasar la manera que Sav me habló. Estoy molesto con ella por provocarme. Estoy muy furioso. Solo quiero arrinconarla en una pared para tomarla de las manos mientras muevo mi cadera para que sienta mi pene en su vagina. Al abrir los ojos veo que este tiene una erección, así que me toco y comienzo con el vaivén de arriba hacia abajo. Mientras me masturbo vuelvo a cerrar mis ojos para pensar en la suculenta chica que se cruzó en mi cama antes de que buscara a Pauline. Rayos, ¿por qué no puedo dejar de comparar a Savannah con la chica que estuvo conmigo? Ella era tan fogosa gimiendo en mi oreja mientras la penetraba sin parar y con mucha fuerza. Ella logró sacar mi lado más salvaje. Esa misma noche fue como estar en el mismo Infierno. Sentía que el cuarto estaba en las llamas del Infierno. Mientras nos consumían, nosotros nos dejábamos fluir por el calor de nuestros cuerpos casi como si fuéramos animales salvajes. Fue el mejor sexo que tuve en mi vida. Mientras trato de hacer memoria para el rostro de la chica, me aprieto más fuerte mi pene y me masturbo más deprisa. Antes de recordar la cara de la chica de mis sueños, siento en mi mano mi semen. Abro los ojos y veo que hasta en las baldosas está, así que digo:

—Maldita sea —gruño—. ¿Qué me estás haciendo, Savannah?

Termino mi baño y limpio mi desastre para salir de nuevo a la realidad, una donde Sav es mi enemiga y mi novia es Pauline.

*****

Luego de mi momento en el baño, pensando en mi Infierno, me he alejado de Savannah aunque muy en el fondo no quiero alejarme de ella. Sé que es egoísta de mi parte porque tengo a Pauline, pero sé que Savannah es el mismo Infierno y Pauline es el cielo. Lo digo porque me he comportado muy bien con mi novia y viceversa. Le he dado regalos, paseos, idas a restaurantes y hemos hecho el amor, como dice Pauline, pero no me siento suficiente. Aún me falta esa adrenalina del momento de hacer algo prohibido, así que en nuestros momentos de soledad siempre le recuerdo Savannah cuál es su posición que nunca estará a mi lado porque ese lado ya lo ocupa Pauline. Sé que soy un desgraciado, pero así me lleno yo. Quiero que Savannah sea esa rebelde sin causa y que siempre me lleve la contraria aunque eso siempre me lleve a una inminente erección, pero quiero ese Infierno en mi vida, pero también quiero que mi Cielo no me desampare y trate de controlarme si es que puede.