T R E S

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Ambos adolescentes se besaban de una forma más desesperada, estaban sobre la cama con solo ya el bóxer cubriendolos, las demás prendas estaban regadas al rededor de la cama al igual que unas almohadas y unos cuantos peluches que estaban adornando la cama. Soraru se encontraba besando, mordiendo y lamiendo el pecho del otro escuchando los gemidos delgados y excitandose más al escucharlo, ¿Poque le pasaba eso a él? No lo sabía, pero lo estaba disfrutando.

—Ah~... Soraru... T-Te quiero dentro... —acariciaba los cabellos del mayor.

—Tranquilo, no hay prisa —sonrió—. Pero, no se como hacerlo.

—Dilata con los dedos...que estén lubricados.

—Bien... —Algo nervioso quitó la última prenda de Mafu.

Miró el cuerpo frente a él tomando detalles de como era, le parecía hermoso y con bonitas curvas para ser chico, mordió su labio mirando aquella erección, ¿Porque le gustaba ver eso? Es heterosexual, o eso creía, y ahora estaba excitandose más al ver el cuerpo desnudo de su amigo.

—Estoy...listo... —sonrió el de orbes rubis.

—Bien... —metió dos de sus dedos a la boca y comenzó a llenarlos lo más posible de saliva, no sabía si estaba bien, pero debía intentar.

El de menor estatura miraba las acciones ajenas, no podía esperar más a saber que se sentía esa sensación de ir al paraíso como todos sus amigos le contaban, ¿Sería tan maravilloso como ellos dicen? Por ahora se sentía genial, le gustaba cuando lo tocaban, pero esta vez era distinto.

—Voy a...meter el primero —dijo entre susurros el de orbes oscuros.

—Claro... —separó sus piernas mordiendo su labio inferior.

Aquel chico de cabellos azulinos metió el primer dedo, escuchando un gemido, no se veía adolorido o algo, así que todo iba bien. Cuando iba a proceder a moverlo ambos chicos escucharon un ruido de la puerta, ¿Había alguien más en el Departamento?

—Mafu-kun, ya he vuelto del trabajo —Se escuchó desde la sala.

—¿Alguien más vive contigo? —preguntó el más alto.

—S-Si... No creí que fuera a llegar... —jadeo al sentir como el otro sacó el dedo de su interior.

Ambos como podían tomaron sus prendas y se vestían, pero antes de poder terminar el otro chico entró a la habitación con una gran sonrisa, misma que cambio a una expresión de asombro al ver a los dos adolescentes semidesnudos.

—Mafu-kun, ¿que acaba de pasar aquí? —Miró al invitado, se veía nervioso y con un gran sonrojo en su rostro— ¿Acaban de tener sexo?

—¡No, lo íbamos a tener y vienés a interrumpir todo! —hizo un puchero— No puedes venir solamente así.

—Vale, entiendo, los dejaré solos y no se preocupen por mi —salió de la habitación.

—Ehh... Será mejor que me vaya —siguió subiendo su pantalón.

—No, espera... De verdad quiero que me hagas el amor... —Lo tomó de las manos y las puso en su pecho— Tocame más...por favor...

Soraru suspiro, tomó del mentón al contrario y comenzó a besarlo de una manera profunda, sintió un escalofrío cuando el beso fue correspondido de la misma manera, volvió a quitarle la polera y lo cargo para acostarlo en la cama, quitando nuevamente el bóxer.

El ojirubi comenzó a jadear al sentir los besos bajar a su cuello y pecho, pero esta vez una mano acariciaba su hombría de una manera un poco brusca pero provocativa, no se quizo quedar atrás y acariciaba la espalda ajena insitando al otro a no parar; las prendas nuevamente fueron despojadas y los besos eran más mojados y profundos, mientras dos dedos dilataban la entrada del de piel nivea. El más alto al sentir aquella zona lo suficientemente dilatada, sacó los dedos y se acomodó mejor entre las piernas del menor, tomándolo de las piernas para separarlas lo más que pudiese, el otro lo miraba de forma suplicante, entre jadeos y un delgado hilo de saliva saliendo de su boca; sin más que esperar entró lentamente viendo que el otro curveaba la espalda y soltaba un gemido fuerte, que apretaba las sabanas con fuerza y cerraba sus ojos con la misma fuerza.

—Duele... —susurró sintiendo aquel miembro dentro.

—Descuida, ya entró —Le dió un par de besos en su cuello, comenzando a moverse.

Las embestidas eran lentas y suaves, los gemidos de ambos sonaban por toda la habitación y el ambiente se sentía caliente sin llegar a ser sofocante, el peli blanco rasguñaba la espalda de su amante soltando los gemidos en el oído, abrazaba más la cintura con sus piernas aún si entiendo una leve incomodidad en esa zona, se sentía bien pero dolía y eso nadie se lo había dicho, nadie le dijo que la primera vez dolía tanto. Mientras Soraru movía su cadera a un ritmo moderado masturbaba al chico debajo de él, le encantaba ver esas expresiones de excitación y desesperación por más, ¿Acaso lo estaba haciendo bien? Se veía un poco incómodo pero aún mantenía esa sonrisa.

—¿Te gusta~? —preguntó sin más el más alto.

—Si... Pero mgh~... Aún duele un poco —acarició las mejillas contrarias—Tal vez...si me das más d-duela menos.

—¿Seguro...? —El otro asintió apenado.

Obedeció la petición y movió más rápido su cadera, mordió su labio al sentir las uñas del otro pasar de una manera fuerte por toda su espalda, los gemidos del chico eran más fuertes y su expresión era linda con esa sonrisa, hay supo que había alcanzado cierto punto que le hacia perder la razón, no dejó pasar esa oportunidad y se movía ahora como a él le apetecía, quería más del otro así que comenzó a mover también su mano rápido aunque se le dificultaba un poco, pero tomaba un ritmo placentero para los dos. Ahora los gemidos suaves eran casi gritos de placer diciendo el nombre del otro, se escuchaban los rechinidos de la cama y el choque de pieles haciendo mejor el ambiente en esa habitación; pasaron los minutos así hasta que se corrieron ambos, estaban satisfechos, cansados y adoloridos lo que los hizo perderse y caer dormidos mientras se abrazaban.

Unas horas después ya había amanecido, los dos chicos aún se abrazaban y una manta cubría sus cuerpos un poco pegajosos del sudor. El primero en despertar fue el mayor en estatura, tenía un dolor de cabeza, espalda y cadera, miró la habitación recordando todo lo que pasó la noche anterior lo que le provocó una sonrisa, ¿Estaba feliz de perder la virginidad con un chico que apenas y sabía su nombre? Si, lo estaba.

—¿Donde esta mi celular? —Se levantó con cuidado de la cama y buscó el aparato entre sus ropas.

Ya encontrando lo que quería, trató de prenderlo pero no tenía batería, suspiro acomodando su cabello hasta que recordó a sus amigos, ayer en la fiesta ya no los volvió a ver después que la rubia lo había llevado con ella y ahora estaba en un lugar que no conocía del todo con un extraño.

—Hay no —comenzó a vestirse rápido, tratando de no hacer mucho ruido para no molestar.

Una vez listo salió de la habitación y camino hasta llegar a la Sala donde estaba el chico de la noche anterior, un chico de cabellos azules claros y ojos rosados de piel apiñonada (entre morena y blanca) que miraba la televisión aún con la pijama. Este al notar la presencia de la visita sonrió mirandolo.

—Parece que ayer se divirtieron, pero a la otra traten de no hacer tanto ruido que no me dejaron dormir, ¿bien? —Se levantó, era de la misma estatura que él— Soy Ayagi, compañero de Mafuyu.

—Hola... Eh, lo siento pero debo irme, mis amigos me esperan, —razco su nuca— fue un gusto conocerte, Ayagi, dile a Mafu cuando despierte que nos vemos depués en la escuela —salió rápido de la vivienda nervioso, saber que los había escuchado se le hacía un poco incómodo.

Ahora se dirigía a su casa, pensando en que esperaba que sus amigos no lo hayan buscado con sus padres o estaría en problemas, esperaba que aunque suene mal, se hayan marchado olvidandose de él.

Mi Pequeño Secreto [Soraru×Mafu]Where stories live. Discover now