SEGUNDA OPORTUNIDAD

⚜Primera parte...

<Existe en el universo un sinfín de mundos, llenos de fantasía, romances y tragedias, dimensiones en donde puedes caer si tu vida en este mundo finaliza de forma abrupta>.

......

El suave canto de un pájaro me despierta, teniendo que abrir mis pesados ojos de a poco para poder acostumbrarme a la luz del día. Siento como si llevara dormido una eternidad, así que mi cuerpo parece entumecido, sin ser capaz de mover siquiera un músculo. Pero, en ese instante, la puerta de mi habitación se abre y una persona entra, corriendo las cortinas, dejando entrar toda la luz solar de golpe, encegueciéndome.

—Arriba, príncipe Darien. No es bueno que un joven como usted siga durmiendo a estas horas, mucho menos cuando hoy es el baile inaugural de la visita de los reinos aliados —me dice una voz masculina, que no logro reconocer, hasta que me siento en la cama y miro a mi alrededor.
—¿Qué has dicho? —pregunto con incredulidad, pues no he entendido mucho de lo que ha mencionado.
—Vamos, príncipe. Sé que está agotado por todos los preparativos, pero ya es hora de levantarse.
—¿Principe? ¿De qué hablas? ¿Quién eres? —pregunto alterado, mirando a mi alrededor, viendo que esta habitación no es para nada la mía.

Y, ahora que lo pienso, ¿qué pasó conmigo? ¿Que es lo último que recuerdo? Ah, sí... a ella... esa chica que me disparó directo al corazón el día de mi boda.

Me llevo la mano a mi pecho, comprobando que estoy bien, más el recuerdo de aquel horrible momento llega a mi mente, rememorando el instante en que caí de rodillas al suelo, mientras la sangre salía a borbotones de mi herida a bala, la que me quemaba por dentro. Recuerdo haber levantado la vista para verla, pero su imagen era difusa debido a la pérdida de energía, solo sus ojos celestes brillantes y sus cabellos rubios ondeando ante la brisa que entraba por la puerta abierta fue lo único que me quedó de ella, mientras sus labios se movieron para decirme "perdóname" de forma inaudible.

Comienzo a hiperventilar en la cama, levantándome para poder tomar aire, caminando hacia la ventana abierta, donde quedo aún más estupefacto. Ante mi se extiende un jardín que jamás había visto, lleno de flores, césped y árboles preciosos, además de pérgolas, piletas y caminos muy bien cuidados.

—¿Do-dónde estoy? —inquiero asustado de lo que está sucediendo, cerrando las cortinas de golpe, para no seguir pensando, pero es inevitable cuando la habitación me grita en mi cara que es el cuarto de alguien importante.

La enorme cama está rodeada de un dosel que ni siquiera vi antes y los muebles son como sacados de una película de época.

—¡Oh, por Dios! —exclamo, tomando mi cabeza para intentar razonar—. ¿Me morí y desperté en este lugar? ¿Qué quiere decir eso?
—¿A qué está jugando, su alteza? —me pregunta el hombre que ha estado todo este tiempo en la habitación, cruzándose de brazos con fastidio—. Sé que solo tiene 17 años y a veces actúa como todo un adolescente, pero ya se está pasando.
—¡¿Qué?! ¡¡¡17!!! ¡Pero, si tengo 25!
—¿Sabe qué? Mejor iré a buscar a su madre. La reina es la única que lo hace entrar en razón.
—¿Madre?
—Seguro que ahora va a decirme que no tiene madre. Ay, su alteza, creo que si no quiere asistir al baile, mejor hable, pero no finja demencia, por favor.
—Soy... huérfano —susurro ensimismado por todo lo que está pasando.

Jamás conocí a mi madre y ¿ahora tengo una? Me tomo el pelo, mientras veo salir al hombre de la habitación, quien me deja solo al fin. Comienzo a revisar el lugar, abriendo el clóset y los cajones de los muebles, viendo la ropa y las joyas propias de un príncipe. Pero, me quedo helado cuando me detengo frente al espejo y veo mi apariencia, tocándome la cara con asombro. Tengo el rostro de un adolescente, el pelo más largo que lo que lo usaba y mis ojos azules son más ¿brillantes? No sé como definirlo... soy yo, pero otro a la vez, ¿cómo es posible?