Nunca Hubo Amor

Boda

Buenas noches, gente, les quiero dar las gracias por todos sus comentarios, vistas y votaciones en esta historia, la verdad no pensé que les fuese a gustar tanto :O me hacen jy feliz, jajaja.

Advertencias de este capítulo: lime (lemon ligero) y mucho drama, no me odien xD

..........

Durante la cuarta gran guerra ninja, Aoi era una kunoichi de nivel jouning de la aldea de la nube, era bastante fuerte y reconocida, así que, en el momento en que los antiguos kages y enemigos habían sido revividos, ella había sido asignada al escuadrón del Kazekage, debido a su buen uso del elemento tierra. Aoi lo había visto por primera vez cuando él dio ese fantástico discurso frente a toda la alianza shinobi, en ese instante, ella no había podido apartar su mirada de él ni por un segundo; sabía bien que no era el momento para estarse fijando en lo apuesto que era ese hombre, pero no había podido evitarlo. Ella quedó fascinada con escucharlo, con ver su rostro, sus ojos, la forma de su rostro, todo en él parecía perfecto.

Ella estuvo apoyando al escuadrón de Temari contra el antiguo Raikage, hasta que llegó Uzumaki Naruto para acabar con el invencible enemigo. Después de eso, había estado luchando como el resto de la alianza, pero hubo un momento en que un ataque enemigo estuvo a punto de acabar con ella y todos los ninjas que peleaban a su lado, fue entonces que el Kazekage les protegió con su arena, él se paró justo a su lado y el corazón de Aoi se detuvo por un segundo al tenerlo tan cerca, se sentía como una estúpida fangirl.

—¿Estás bien? —le preguntó él, sin siquiera mirarla. Aoi no podía hablar, se limitó a emitir un ligero "ajá", sin dejar de observarlo. Entonces, Gaara se volvió a lanzar hacia la zona de batalla.

Cuando la guerra acabó, ella sólo volvió a verle de reojo, hablando con varios ninjas de su aldea, entre ellos estaban Temari, Kankuro y Matsuri.

Aoi no volvió a saber de Sabaku No Gaara hasta que se llevó a cabo la boda del héroe de la guerra, Naruto Uzumaki, un par de años después. Ella había asistido como parte de la escolta del Raikage, quién parecía tener una extraña competencia contra las demás aldeas por quién le daba el mejor regalo de bodas a los novios. Ella se había comprometido hace poco con su novio, otro shinobi de Kumogakure, pero en cuanto sus ojos volvieron a observar a aquel pelirrojo, sintió que las piernas le temblaban y todo su cuerpo se paralizaba, era aún más guapo de lo que lo recordaba; llevaba el cabello un poco más largo y su mirada parecía mucho más amable, con sólo observarlo, Aoi se sentía desfallecer.

Durante aquella fiesta, ella no fue capaz de acercársele, le daba mucha vergüenza, temía que el Kazekage simplemente pasara de ella, pero fue el mismo Raikage quién la introdujo en una conversación con el joven, cuando éste la presentó como su escolta y uno de los prodigios de su aldea.

Fue ese el momento en que, por primera vez, los ojos de Gaara se posaron sobre su figura, y mientras ella se sentía como si se fuese a desmayar, el Kazekage sólo podía pensar en que aquella mujer era la más hermosa que él había visto. Y, aunque no cruzaron más de dos palabras, la llama quedó encendida para ambos.

Tiempo después, cuando el Raikage le encomendó viajar a Suna, fue cuando las cosas realmente empezaron, fue cuando Gaara cayó ante ella y ella ante él definitivamente, cuando Aoi pensó que podría dejar de lado su vida para estar junto a él, ocultándole la verdad. Hasta que las cosas llegaron a este día, el día de su boda.

¿Era ella la clase de mujer que renunciaba a todo lo que siempre había deseado? Aoi se lo preguntó en el momento en que vio a su amado futuro esposo besándose con su ex alumna, besándola de un modo en que jamás lo había hecho con ella. Aoi amaba a Sabaku No Gaara, desde la primera vez que lo vio, jamás pudo olvidarse de su imagen, no había podido arrancárselo aun cuando él la despreció y la abandonó por haberle mentido. Ella estaba esperando a su hijo, al futuro de Sunagakure, un bebé que había sido concebido del amor entre ambos.