Dark Side - ChanLix

21

Chan y Lixie llegaron por la noche a Seúl.

Inmediatamente fueron al hospital, llevando el equipaje de Felix.

El doctor Bang había hablado al hospital para que le prepararan un cuarto al menor, y dio instrucciones de poner cámaras de vigilancia día y noche, recordando el intento de suicidio de Felix.

En realidad, no sospecha que Lixie quiera escapar. De acuerdo a lo que veía, ese chico está enamorado de él y sería incapaz de alejarse por voluntad propia. Una vez salvado el obstáculo que representaba Jeongin, nadie lo obligaría a huir de ahí.

─ Quiero que entres y te cambies de ropa. Puedes usar uno de tus pijamas, cariño. – Le dijo a Lixie cuando entraron a la habitación.

─ ¿Tú te quedarás conmigo, amor? – Le dijo, mirando a la enfermera que lo veía con una sonrisa, lista para tomarle los signos vitales.

─ Aquí no podemos dormir juntos, cariño. Pero vendré todos los días a verte. Además, trabajo aquí, así que si necesitas algo o te sientes mal, solo me tienes que llamar y llegaré en segundos. - Le acarició el rostro.

─ Está bien. - El muchacho le sonrió fingiendo que está de acuerdo.

La enfermera checó sus signos vitales e hizo algunas anotaciones en la hoja del menor que le mostró al Doctor Bang. Éste firmó al calce y la chica salió. Entonces Chan le dio un suave beso en la frente y le dio las buenas noches.

─ Buenas noches, Felix. Duerme bien. – Le dijo y salió del cuarto, tranquilo pues el chico se quedaba sin hacer ningún problema.

La puerta de la habitación fue cerrada con llave. Ordenes de Chan. No confiaba ni en su sombra y mucho menos en lo que podría suceder con Felix, una vez que Lixie duerma. Así que solo escuchó el clic de la llave y supo que no podría escapar por ahí.

Por supuesto Lixie pensaba que él podría encontrar diversión en otro lugar que no era el hospital y con personas menos empalagosas que su hyung. Así que se acostó en la cama y sonrió para sí mismo, pensando que las cosas iban muy bien. Muy pronto, Chan le ayudaría a desaparecer al enano y su vida sería perfecta.

Sin embargo, pronto lo venció el sueño... y Felix apareció. Sabía perfectamente donde estaba. Y de quién es la culpa.

Odia a Chan, lo odia con todo su corazón y en cuanto se abriera esa puerta, saldría corriendo de ahí, y nadie lo podría alcanzar.

Las cosas se habían volteado, pues ahora el que huía es Felix.

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