Capítulo Uno

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La ceremonia –

Parpadeantes luces volaban en el sorprendente Gran Comedor, luces del centenar de velas que alumbraban aquel salón. Un magnífico techo alto y tapizado de colores oscuros bañado en miles de estrellas presenciaba la ceremonia de Selección de aquel año, como en todos los años anteriores, sacando brillo en los ojos de los nuevos alumnos por la maravillosa vista.

Aquella noche, durante la cena de bienvenida al castillo, el enorme salón del colegio vibraba por la atmósfera de euforia y gran elocuencia por parte de los alumnos de nuevo ingreso y los alumnos de cursos superiores de sus respectivas casas.

–¡Ravenclaw!- gritó un sucio sombrero viejo y remendado.

Los cantos de victoria en la mesa de aquella casa no tardaron en hacer presencia, la casa de Ravenclaw tenía un miembro más y sus compañeros no dudaron en darle una cálida y alegre bienvenida.

Un joven hombre de tez morena, cabellos castaños recogidos en una coleta y una marcada cicatriz que atravezaba el extremo derecho al izquierdo de su rostro, estaba frente a la mesa reservada para profesores y personal del colegio; tenía en sus manos un pergamino semienrrollado, iba llamando en orden alfabético a los alumnos de nuevo ingreso para que pasaran a probarse el Sombrero Seleccionador: este último decidía a qué casa pertenecería cada persona.

–Haruno Sakura- llamó el profesor.

Una coqueta pelirosa de largo cabello y ojos jade caminó hasta el taburete en mitad del comedor, frente a las largas cuatro mesas a disposición de los alumnos y de espaldas a los profesores. La chica andaba con un porte serio aunque por dentro moría de nervios.

"Seguramente estaré en Gryffindor, como el famoso Harry Potter. Me corto el cabello si no, ¡cha!" pensó antes de sentarse en el taburete.

El profesor procedió a colocar el
Sombrero en su cabeza, y la pelirosa pronto pudo escuchar la voz de tal mugriento sombrero.

–Humm, vaya, veamos que tenemos aquí. Eres valiente, sí, podrías estar en Griffyndor- dijo solo para la rosa. -Pero no sé, tal vez no sea lo adecuado. Sigamos viendo qué más hay ahí... Veo también una gran inteligencia, casi por excelencia... Vaya, es una difícil decisión, pero puedo ver que necesitarás de mucho esfuerzo para cumplir tus metas, y estoy seguro que pondrás todo tu empeño. Sí, ¡decidido!

La sala estuvo en completo silencio durante ese corto lapso de tiempo, apostanto (y estaban ansiosos por saber también) a qué casa pertenecería.

–¡Hufflepuff!- anunció a los demás.

La Haruno se quedó estática, en blanco. Vaya que el sombrero la había tomado por sorpresa.

Y aunque un estallido de de vítores recibió a la pequeña ojijade, esta no pudo más que tener un aura de derrota mientras caminaba cabizbaja a la mesa de su casa.

"No vuelvo a apostar, aunque sea conmigo misma ¡Shannaroo!".

El profesor sonrió a la pelirosa antes de que ella se retirara a su mesa, para proceder a llamar al siguiente:

–Hyuga Hinata.

Una bella ojiperla, de cabellos cortos y oscuros con destellos azulados se abrió paso hasta el taburete. Se miraba tímida y nerviosa, tenía las mejillas pintadas color carmín en su blanco rostro en ese momento.

Se sentó en el taburete, y el profesor le colocó el Sombrero. Ella escuchó la vocecita del Sombrero en su oído.

–Oh, una Hyuga. Comienzan a ser bastante comunes en nuestra comunidad mágica, pero veo que no eres para nada codiciosa. Puedo percibir tu valentía y carácter noble, pero sobre todo perseverancia y dedicación.

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