capitulo 6

393 23 9
                                    

—¿Te apetece hablar de algo en especial, Serena? —preguntó el doctor Artemis el martes. Todos aguardaron expectantes la respuesta. Mamá, papá, Mina, los terapeutas, el neurólogo y el obstetra que había asistido en el parto de Daiki casi doce semanas antes. Y Diam.

Daiki se había quedado en casa con Lita. Tanto Mina como ella eran maestras y tenían todo el verano libre lo cual, según la madre de Serena era una bendición aunque ella no estaba tan segura. Diam parecía inquieto por la ausencia del bebé, como si necesitara llenar sus brazos vacíos con algo, pero Serena había estado de acuerdo en que no tenía sentido llevarla.

—No, creo que por el momento no será necesario —contestó ella—. Ya me han explicado que puedo llamar a cualquiera, y a cualquier hora, si me surge alguna duda. Ya me ha explicado —se volvió hacia el obstetra, el doctor Artemis— que mi cuerpo se ha recuperado muy bien del parto y que no hay motivo para pensar que no pueda tener más hijos.

Serena se mordió el labio. Estaba parloteando incoherentemente sobre tener más hijos cuando ni siquiera había empezado a enfrentarse al que ya tenía.

—Estás muy bien —asintió el médico.

Era un hombre algo mayor y bastante distante, la clase de hombre que uno esperaría que te hubiera asistido en el parto de un bebé cuya existencia habías desconocido hasta dos días antes. La clase de hombre que habría cuidado de Serena durante y después del parto, pero que parecía alegrarse de que el tema del vínculo le correspondiera al doctor Artemis.

De repente, Serena se rebeló. No quería que ningún profesional la ayudara a aprender a amar y cuidar a su bebé. Quería hacerlo, como de pequeña, todo sola.

A pesar de que ya había demostrado que no sabía ni por dónde empezar.

Esmeralda y Rubeus, los terapeutas, empezaron a hablar, advirtiendo de la importancia de la rehabilitación. Serena debía anteponer sus propias necesidades al bebé.

—Es como en los aviones —explicó Esmeralda—. Primero te colocas la máscara de oxígeno y luego atiendes a tu hijo. Si no estás bien, ¿cómo vas a cuidar del bebé?

Todos parecían opinar que la terapia de Serena se iba a retrasar si se agotaba con el bebé.

—Cuento con mucha ayuda —contestó ella—. Seré sensata. Sé cuánto amor rodea a Daiki, incluso sin mí.

—¿Y hay algo más que necesites? —Esmeralda y Rubeus parecieron satisfechos—.

¿Quieres algo?

«¿Que si quiero algo? ¿Que si necesito algo? Quiero amar a mi bebé. Quiero saber si tiene hambre, si está cansado, o si le duele algo. Quiero ser yo quien la duerma. Quiero que sepa que soy su mamá, pero él no lo sabe y no sé cómo explicárselo. Reacciona ante Diam, Lita, Rei, Mina y mamá pero no ante mí, y eso me asusta».

Le asustaba tanto que no sabía cómo expresarlo, sobre todo con tantos pares de ojos pendientes de ella: la mirada profesional de los terapeutas, la más personal de Diam y mamá, que intentaban sin éxito disimular su preocupación. Toda su vida estaba mal en comparación con el otoño anterior, antes del accidente. Recordó uno de sus últimos paseos a caballo por el bosque con algunos alumnos.

Ese día, el mundo había parecido perfecto. Diam y ella iban a verse aquella noche. Recordó el aroma del bosque, el sonido rítmico de los caballos.

—Necesito ver a mis caballos.

No era lo que habían esperado oír los terapeutas pero Diam y su madre quizás sí, pero a pesar de ello la miraron perplejos. Pensaban que se estaba equivocando en sus prioridades. Caballos. ¿Con todo el trabajo que le quedaba por hacer con su cuerpo?

Você leu todos os capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Jun 10, 2020 ⏰

Adicione esta história à sua Biblioteca e seja notificado quando novos capítulos chegarem!

Sonrisas de Amor..... (PRÓXIMAMENTE) Onde histórias criam vida. Descubra agora