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Una vez más se encontraba Beomgyu mirando una foto de su amigo en su teléfono, mientras acariciaba la pantalla con suavidad y delicadeza, causándole una hermosa sonrisa

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Una vez más se encontraba Beomgyu mirando una foto de su amigo en su teléfono, mientras acariciaba la pantalla con suavidad y delicadeza, causándole una hermosa sonrisa. Él se la había tomado cuando estaba distraído pensando en quién sabe qué cosa, viendo lo hermoso que se veía aún sin mirar fijamente a la cámara, viendo lo bello que se veía mordiendo su labio inconscientemente a causa del estrés.

Era normal que entre miembros hubiera ese tipo de confianza, pero todo cambiaba cuando sentías algo más que amor amical por la otra persona. No era la primera vez que le tomaba fotos de esas forma, de hecho, unas cuantas veces lo había descubierto en pleno acto, pero solo se excusas diciendo que era muy feo y que lo colgarla en Weverse y se burlen de él. Una gran mentira, porque para sus ojos, era el ser más perfecto habitando el planeta tierra.

Taehyun, su amado Taehyun, al que solo podía considerar su amigo porque sabía que nunca lo aceptaría de otra forma, ya que, bueno, creía que era muy poca cosa para él. Lo tenía sentado en un trono de oro, y en poco tiempo se había convertido en una de sus cosas más preciadas. No sabía cómo había pasado, antes no había ese gusto, pero conforme fueron pasado los días, el cariño crecía más y más, llegando a un punto que ni él mismo imaginaba.

Apagó su teléfono al sentir como tocaban su puerta, felizmente lo habían hecho, porque se hubiera llevado la vergüenza de su vida y una larga explicación a la persona detrás de esta.

Se paró a abrirla, recibiendo a un sonriente Taehyun. Su cuerpo se estremeció al verlo, sus mejillas se tornaron de un color carmesí, pidiendo internamente que no se notara. Apoyó su brazo en el marco de la puerta, queriendo parecer desinteresado, más pensó que se veía ridículo.

—Beom, los chicos ya hicieron la cena, ¿vas a comer? —Le preguntó señalando la mesa que estaba a unos metros. —Hay Bulgogi, sé que te gusta.

Y por más insignificante que haya sonado, era realmente emocionante saber que tu crush sabía una de tus comidas favoritas. Se permitió soltar solo una sonrisa tierna, a pesar de que gritaba en su mente.

—Claro, ya voy —El contrario asintió a la respuesta que le había dado, retirándose con una mueca risueña. Luego de unos segundos, el mayor suspiró aliviado, ahora podía soltar todo el aire que había retenido durante esos segundos de euforia.

Tenerlo frente a él, aunque sea unos cortos momentos, hacía que su corazón dejara de latir, que su cerebro deje de funcionar, y que su día se vuelva mucho mejor. Era como su medicina, y sabía mucho mejor que el Paracetamol y Ambroxol juntos.

Se dirigió a la mesa tal como había prometido, sentándose al costado de Yeonjun, chocando los puños cuando se encontraron. La cena se basó en bromas, juegos y risas por parte de todo, y, como se suponía, las miradas por parte de Beomgyu a Taehyun no faltaron.

Se le hacía tan difícil quitarle los ojos de encima tan solo un maldito segundo. Reprendió a su cuerpo por no ser menos discreto y dejar expuesto algo que tenía escondido desde hace no mucho tiempo.

Beomgyu no le había contado a nadie ese pequeño secreto, sabía que podía contar con ellos para todo, pero tenía miedo. No quería arruinar su amistad tan pronto con cosas del amor, sobre todo con el que le gustaba por culpa de sus sentimientos. Tampoco quería arruinar su carrera que tanto esfuerzo estaban construyendo, ya que no solo lo afectaría a él, sino también a su grupo. No quería dañar, y no quería herirse.

Lo tenía totalmente hipnotizado, es como si le hubiera dado esa agua de calzón de las que tanto MOA'S Occidentales escribían en los FanSites, no sabía muy bien de lo que hablaban, pero había buscado su significado en Google.

Regresó a su habitación minutos después de que la cena finalizó, cerrando la puerta con seguro, para seguidamente tirarse de espaldas a la cama, pensando en quien lo traía loco.

Vio su guitarra a unos metros de él, una electricidad recorrió su cuerpo, y al instante fue a por ella. Se acomodó en su colchón, sosteniendo el artefacto entre sus manos, tocando con delicadeza las cuerdas de náilon, imaginando que esas eran la facciones de Taehyun.

Como si se tratara de algo que había planificado de algo desde hace mucho tiempo, comenzó a colocar sus dedos en la posición correcta, y las notas salieron por si solas. Cerró sus ojos con fuerza, dejándose llevar.

—Dime que esto es un sueño, por favor, no me despiertes. Dime que esto es obra del destino, y que no se ha equivocado en ponerte en mi camino.
Dime que esto no va acabar nunca, que seremos eternos.

» Nunca pensé en quedarme paralizado bajo la luz de las estrellas, admirando tu increíble belleza.
Siempre creí que no tendría una mano para sostenerme, que me dejarían caer. Tú me diste alas, no me dejes caer.

» ¿Qué dirá el mundo? Es tan corrupto y sucio, ¿cómo podrían aceptarlo? La respuesta la hallaré cuando te vea cruzar el campo del amor. Sería hermoso tan solo pensar en que no nos separararemos, que quedaremos unidos como el brillo y el sol.

» Ahora solo puedo implorar tu cariño, porque aún soy un ser despreciable. Tómame, rómpeme, pero sobre todo, ámame.

Su voz salió sencillamente dulce, llegando incluso a aclarar los más oscuros corazones. Todo eso lo lograba con tan solo pensar en él, en su sonrisa, en su voz, en su personalidad, sus hermosos ojos, que lo hacían dudar una vez más de su heterosexualidad, y en lo increíble que era con tan solo existir. Un sonrojo apreció cuando se imaginó cantando eso en frente de él.

Miró la Luna a través de su ventana, observando sus destellos y lo perfecta que era, así como Taehyun. Su Taehyun. Se escuchaba tan bonito.
No sabía con exactitud cuando sería el momento, en el cual declarara todo lo que sentía por su menor, pero lo que sí sabía, era que mientras él existiese, Taehyun alguien en quién confiar, y tal vez, amar. Esperaría ese día con ansias.

Observó una de las tantas estrellas en el cielo, jurando en el nombre de ellas, que daría todo para que por fin se pueda cumplir lo que tanto deseaba.

Se acostó, dejando todo de lado, ahogado en sí mismo, en sus preguntas, en sus inseguridades. Quería pensar que también lo amaba, que lo quería para él, y que le correspondiera, pero ¿quién dice que Taehyun no lo hacía?

 Quería pensar que también lo amaba, que lo quería para él, y que le correspondiera, pero ¿quién dice que Taehyun no lo hacía?

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mi primer OS, y me salió re choto, gg.

y recuerden amiguitos, taegyu nobi0s, osí. :)

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